CYELITY. La elegida. [Libro I] [En edición]

Capítulo VII. [I]

― ¿No dormiste bien? ―preguntó Gaeni observando las ojeras de su amiga.

―La verdad es que tuve pesadillas y casi no dormí ―confesó bostezando.

Soñó de nuevo con ella misma y los penetrantes ojos rojos. Tuvo que levantarse más temprano de lo normal porque la escuela había organizado un recorrido por la ciudad. Eso no le molestaba en lo absoluto si no estuviera tan cansada. Se la pasaba bostezando a cada rato. Era una mañana fría y ni siquiera eso le ayudaba a mantenerse en sus cinco sentidos además que el entrenamiento hacía con Aurán la tenía físicamente mal y no podía creer que todo lo que estaba haciendo era el bien de la humanidad.

Todos se dirigieron al centro de la ciudad disfrutando de ese día de verano en particular. Varios negocios apenas estaban abriendo Y Los compañeros de Eileen se distrajeron comprando dulces y otros fueron más sanos comprando manzanas o alguna otra fruta disponible.

El centro de la ciudad tenía una extensa área peatonal con pequeños jardines y los edificios antiguos. Eileen ya se sentía con más energía tras esa caminata y pararon en el museo del pueblo para entrar a ver la nueva exposición de pinturas con la temática de ángeles y demonios.

Oráculo estaba ahí observándola. Llegó al mundo de los humanos por órdenes de Aurán y después de que ella interrogara a Eril con el fin de averiguar a donde se lo había llevado la noche anterior. El guardián no pudo resistir y confesó haber acercado al chico a ver a sus padres. Estaba esperando el regaño, pero en cambio Aurán le agradeció la gentileza y el cariño que le tenía al adolescente. Así que le permitiría ir al mundo de los humanos con la condición de no intervenir con sus padres y tomando todas las precauciones necesarias.

Eileen se percató de su presencia a lo lejos y se acercó a él sin que la maestra o sus compañeros se dieran cuenta.

― ¿Qué haces aquí? ―preguntó.

―Espero a que tu clase termine para llevarte conmigo a Cyelity, debes seguir tu entrenamiento por órdenes de Aurán ―dijo sin mirar a la pequeña para no llamar la atención.