Cap 2: "El Día a Día"

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Complaciendo a quienes pidieron la actualización de esta historia, les traigo estreno doble. Disfruten ;)  

Dedicado a Kmiilo Bastidas, Robin Barraza, Fiore Velez, Miilo Dos, Olga Moreno, Karen Alfaro, Camy Gonzalez e Ivana D. Ortiz.

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Por azares de la vida o quizá el destino, Kurt había visto en varias ocasiones a aquel hombre de cabellera rizada en el transcurso de la semana, pero no había podido expresarle su agradecimiento por la generosidad que tuvo anteriormente  porque siempre iba acompañado por diferentes personas.

Al salir de la construcción se dirigió hacia el almacén de su amigo en busca de su material de trabajo. Había ocasiones en las que se quedaba ahí y otras en las que se desplazaba por diferentes lugares para tratar de conseguir más clientes, y esa era una de aquellas.

Luego de caminar lo suficiente  decidió sentarse en una banca del parque en el que se encontraba. No había sido una mala idea ir allí puesto que había atendido a varias personas ya y todavía no era su hora de retirarse.

El sol parecía cooperar con él manteniéndose leve y escondiéndose entre las nubes por momentos. Sin duda había días mejores que otros, incluso le habían pagado en la construcción. Si bien no era todo lo que le debían, le dieron lo de la semana, que para él significaba bastante.

Y como si las cosas no hubieran sido bastante buenas ya, mientras contemplaba a los transeúntes ir y venir, pudo distinguir a aquel con quien tanto quería hablar. Automáticamente una sonrisa se dibujó en su rostro y esperó con impaciencia que estuviese más cerca.

- ¡Hola! – pronunció emocionado.

- ¿Ah? – volteó al escuchar una voz detrás de él – ¡Oh! ¡Hola! – sonrió.

- No sé si se acuerde de mí, pero...

- Claro que te recuerdo. Y aún me siento apenado por la forma en la que te trató mi tío. ¿Cómo estás?

- Olvídelo, no vale la pena. Y estoy bien.

- Es bueno saberlo.

- ¿Puede darme unos cuantos minutos de su tiempo?

- Seguro, pero no me hables de usted. Somos como de la misma edad, así que deja de lado las formalidades.

- ¡Oh! Bueno... Amm... No quiero que pienses cosas raras o que tengo alguna mala intención, sólo me acerqué para agradecerte por ese día, fuiste muy generoso.

- En primer lugar, no entiendo por qué pensaría algo malo. Aclárame eso por favor.

- Lo que sucede es que hay personas que cuando te les acercas piensan que quieres hacerles algo, que los vas a asaltar o alguna cosa de esas... Bueno, obviamente no es algo que a ti te pasaría, pero a mí sí. Tal vez es mi apariencia, no lo sé.

- Eso es totalmente ridículo. Lo peor es que no dudo que sea así porque nuestra sociedad está ciega y totalmente condicionada por factores externos irrelevantes. Ese tipo de cosas me molestan tanto.

- Estoy de acuerdo, pero lamentablemente esa es la realidad.

- Lo es – suspiró con pesadez – ¡Ah! Y lo otro que mencionaste, no tienes nada que agradecer. Mi tío se fue sin pagarte y eso no era justo.

- Pero sabes que la cantidad que me diste era superior a...

- Ni lo menciones. Espero que no lo hayas tomado a mal. Luego de hacerlo me di cuenta que podías haberte enojado o sentido ofendido, y te juro que esa no fue mi intención en ningún momento.

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