Cap 3: "Vanessa"

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~ SERIE DE FLASHBACKS ~

- Te amo tanto que no es posible ponerlo en palabras. – Dijo feliz la chica de cabellera rubia ligeramente ondulada y ojos verde aceituna.

- No más de lo que yo te amo. – Respondió el castaño con una enorme sonrisa.

- ¿Quién diría que el chico que me hizo llorar unos años atrás se terminaría convirtiendo en mi cómplice de vida?

- No te hice llorar a propósito. Me estabas coqueteando y terminaste por invitarme a salir. Sólo te respondí con sinceridad.

- La historia de mi vida... Todos los chicos que conozco son unos cretinos, y cuando finalmente aparece el único que es decente, resulta ser gay. Pero no me quejo, eso nos llevó a ser los mejores amigos, y no te cambiaría jamás por nada ni por nadie.

- Ni yo a ti Vane, dirás que es una locura, pero no veo la vida sin ti.

El tiempo seguía transcurriendo y la amistad entre Kurt y Vanessa era realmente fuerte y a prueba de todo. Habían superado juntos los obstáculos que encontraron en el camino, sin imaginar que les tocaría en el futuro enfrentar el más grande de todos.

El lazo entre los dos era maravilloso y sumamente especial, sabían lo que el otro estaba pensando mucho antes de que lo dijese, para comunicarse les bastaba una mirada o un gesto. Compartían demasiadas cosas y se habían vuelto extremadamente unidos.

No guardaban ningún secreto entre ellos, no había nada de sí mismos que el otro no supiera, y tenían una complicidad absoluta, situación que era envidiada por algunos y admirada por otros tantos.

Fue Vanessa quien alentó y apoyó a Kurt para hablarles a sus padres acerca de su orientación sexual, y quien después permaneció a su lado siendo su soporte hasta que ellos lo aceptaron.

Por su parte, Kurt la acompañó y alentó cuando les habló sobre su primer novio a sus progenitores, y la ayudaba a que se vieran a escondidas hasta que logró convencerlos y consiguió su permiso.

Cuando el castaño tuvo su primer corazón roto, ella no se separó de él ni un instante, y cuando la rubia pasó por la misma situación, él no la dejó ni a sol ni a sombra.

Tantas situaciones, demasiados momentos, muchos sueños compartidos. Los dos querían convertirse en grandes publicistas y pondrían su agencia en sociedad algún día. Habían trazado todo un plan de vida, sin imaginar que el destino tenía otros planes.

Un día saliendo de clases, la ojiverde se desmayó sin una causa aparente, motivo por el cual sus padres la llevaron al médico para que le hiciera una evaluación y le mandase todos los exámenes pertinentes. No importaba el costo, ellos tenían el dinero suficiente para solventarlos, lo único que interesaba era el bienestar de su única hija.

Kurt estaba sumamente preocupado y consternado porque durante semanas no le permitieron verla. Los padres de la chica le decían que le estaban haciendo pruebas constantes y que ella se sentía muy cansada. Aun así, no dejaba de enviarle mensajes a diario esperando en algún momento recibir respuesta.

Un mes había transcurrido desde lo ocurrido cuando el ojiazul recibió una llamada y saltó de la emoción al ver el nombre de su mejor amiga en la pantalla.

- ¿Cómo estás? Este tiempo sin ti ha sido terrible.

- Estoy mejor, creo.

- ¿Crees? ¿Cómo es eso?

Keep Holding OnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora