Cap. 40: "Caminos cíclicos"

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Hemos llegado al final de Keep Holding On, y no me queda más que agradecerles a cada uno de ustedes por estos casi dos años en el que me han acompañado a través del mar de emociones que fueron plasmadas capítulo a capítulo.

Saber que la vivieron, la sintieron, se identificaron en diferentes situaciones, y se sumergieron junto a los personajes en su larga travesía, es lo que me mantiene motivada para seguirles dando más.

El gran apoyo que le han dado a esta historia a través de sus comentarios, votos, ponerla como favorita o agregarla a sus listas de lectura, significa un mundo para mí, más aún por las ocasiones en las que tuvieron que esperar durante largos periodos en los que mi salud no fue la mejor y no me permitió actualizar seguido, como lo hacía al inicio, y sin embargo continuaron pacientes aquí.

A quienes empezaron a leerla desde la primera publicación que hice, y a quienes se han unido a lo largo del camino, llegando incluso a este punto en cuestión de días: ¡GRACIAS CON TODO MI CORAZÓN!

Y ahora les dejo esta última actualización con 25 páginas. Abrazos para todas y todos.  

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CAPÍTULO 40

"Caminos cíclicos"


Marzo, 2016.

Blaine había salido a almorzar con su tío Leonard después de una larga reunión con varios accionistas de la empresa. La relación entre ellos era intermitente, pero no podía evitar sentirse mal por él en ocasiones, ya que este llevaba una vida solitaria debido a su carácter.

Caminaban de regreso cuando a lo lejos vio a un joven que ciertamente desentonaba por su vestimenta sencilla entre los ejecutivos y adinerados que circulaban por esas calles.

Rápidamente notó que llevaba un cajón para limpiar zapatos, lo cual le llamó la atención pues hacía mucho que no veía a alguien realizando esa labor.

Era obvio que el joven buscaba clientes, pero nadie parecía interesado o tener el tiempo para hacer lustrar su calzado.

—¡Idiota, fíjate por donde caminas! —Farfulló Leonard luego de que alguien lo pisara en su prisa por llegar a alguna parte.

—No lo hizo a propósito, tío.

—Pero mira cómo me dejó. No puedo regresar así. La imagen es importante.

—Hay un joven que limpia zapatos del otro lado de la calle.

—¿Dónde?

—Allá —Señaló el lugar.

—¿Ese zarrapastroso?

—Tío, por favor. Es una gran coincidencia que en este momento que lo necesitas, él esté allí. Como tú mismo dijiste, no puedes volver así a la empresa.

Los dos hombres cruzaron la calle, pero Blaine se quedó más atrás, ayudando a alguien que le preguntó por una dirección. Cuando se acercó, negó con la cabeza al escuchar la manera insolente en que su tío trataba al joven, e intervino.

—No entiendo esa manía tuya de andar defendiendo a quienes no lo merecen. Además, yo hablo como a mí se me dé la gana —Bramó alejándose del lugar, dejando al limpiador de zapatos atónito y frustrado.

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