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Cap. 20: "Mis Infinitas Ganas de Amarte"

Saludos a todas y todos. Como muchos de ustedes saben, he tenido días bastante complicados y a eso se ha debido mi ausencia. Pero aquí sigo escribiendo, y hoy les traigo actualización doble.

Gracias a quienes siguen fieles a pesar de los lapsos que puedan presentarse entre cada publicación.

Disfruten la lectura, y espero sus comentarios =)

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CAPÍTULO 20:

"Mis Infinitas Ganas de Amarte"

La sonrisa en el rostro del pelinegro era tan grande que seguramente dolía, pero no podía importarle menos. Kurt acababa de decir que sí sería su esposo, y él era la persona más feliz del universo.

- Amor... - Le acunó el rostro con ambas manos. - ¡Te vas a casar conmigo!

- Sí, Blaine. Quiero casarme contigo, quiero ser tu esposo.

- ¡Te amo tanto! Lo abrazó y empezó a llenarlo de ósculos por todas partes, haciéndolo reír. - ¡Dijiste que sí! - Fundió finalmente sus labios en un cálido beso. - ¡El anillo! ¡Tengo que ir por el anillo!

- Cálmate, cielo.

- No puedo. - Su euforia era total e imposible de ocultar. - Kurt... Voy a amarte y cuidarte cada día de mi vida.

- No tienes que cuidarme, no soy tu responsabilidad, cariño.

- A lo que me refiero es a que voy a estar pendiente de ti siempre, y lo haré no porque seas mi responsabilidad sino por lo mucho que te amo. ¿Acaso tú no vas a hacerlo por mí?

- Sabes que sí.

- Bueno, de eso es de lo que estaba hablando. Y me aseguraré de hacerte feliz por toda la eternidad.

- Ya soy tan dichoso contigo, Blaine. Y te amaré con todas mis fuerzas hasta el último día de mi existencia.

El pelinegro lo envolvió entre sus brazos y frotó sus narices, sin dejar de sonreír. - Voy por el anillo. - Dijo al cabo de varios minutos y se levantó de un salto, dirigiéndose hacia su maleta y sacándolo de uno de los bolsillos.

Dame tu mano. - Susurró arrodillándose junto a la cama.

- No tienes que hacer esto.

- Quiero hacerlo. - Suspiró y miró a los ojos a su novio. - Kurt, mi gran amor, mi compañero de vida, mi alma gemela. Eres más de lo que siempre había soñado, y ahora que te encontré, voy a atesorarte como lo más valioso de este mundo. Estamos formando juntos un hogar, una familia maravillosa que crecerá con el tiempo y a la que llenaremos de amor, y es por eso y muchas otras razones que nada me haría más feliz que poder llamarte mi esposo. - Exhaló suavemente y acarició la mano que estaba sosteniendo. - ¿Te casarías conmigo?

- Blaine, eres el hombre más espléndido del universo, y haberte conocido ha sido una de las mayores dichas que me ha dado la vida. Quiero despertar junto a ti cada mañana y caminar tomados de la mano hasta el final de nuestros días, por eso será más que un privilegio llamarte mi esposo. Te amo tanto, y sí, acepto. Me quiero casar contigo.

- Te amo con todas mis fuerzas, Kurt. - Abrió la caja de terciopelo y tomó el anillo de oro blanco con dos zafiros azules y uno color avellana incrustados, y lo deslizó lentamente por el pálido dedo. - Éstas, - señaló las piedras preciosas, - son un símbolo de nosotros dos y Stephanie, y la manera en que nuestros caminos estaban destinados a entrelazarse.