El diario de una chica invisible

Capítulo #41

ALICE | CAPÍTULO #41

Cometí un error.

Esta vez metí la pata a fondo.

Lo arruine.

Estoy muy consciente de ello.

Solo espero que Ian me perdone.

Él tiene todo el derecho a enojarse conmigo.

Esto ya ha durado mucho, se salio de control. Yo pensé que seria como las demás veces, pensé que al final él me perdonaría y nos terminaríamos besando.

Lamentablemente no fue así.

Lamentablemente, creo que él ya se canso de perdonarme.

Ayer no pude aguantar la tentación y lo llame.

Lo llame para pedirle perdón.
Pero como las demás veces él no me creyó.

Y ahora estoy aquí.
Apunto de tocar la puerta de su apartamento para hablar con él.

Ya llevamos ocho días peleados, y nunca habíamos durado mas de una hora.

Vaya que lo extrañaba.
Yo...he estado mucho tiempo con él.

¿Pero le quiero?

Por supuesto. He pasado mucho tiempo con él...

Juntando toda la valentía que tengo di una larga respiración para luego tocar la puerta dos veces.

No pasaron ni cinco segundos cuando Ian me abrió la puerta, su aspecto era deprimente.

Su cabello estaba hecho un desastre, tenias unas horribles ojeras y se miraba decaído.

Yo amaba su cabello, era castaño tirando a rubio y me encantaba la forma en que caía por su frente, pero en este momento se veía miserable.

Me lastimaba saber que era por mi culpa.

–Yo...–comence a hablar pero él me detuvo.

–¿Que haces aqui Alice?–me pregunto él, al parecer no le hacia gracia verme aquí.

Y eso vaya que me dolió, no había ni rastro de felicidad en sus ojos por verme aquí.

–Ian, quiero arreglar las cosas ¿sabes? Yo te quiero.–le dije y él me miro mal.

Al parecer él comentario no le gusto para nada.

Pero si le quiero.

¿Segura?

Si...he pasado mucho tiempo con él, como dije antes. Obvio que le he de querer.

–¿Me quieres? Si, claro. Por eso lo besaste después de decirme que no sentías nada por él.–me respondió seco.

–¡El me beso!–me defendí.

–¡Pero tu le seguiste el beso!–alzo la voz–¡Me dijiste que no sentias nada por él! Me mentiste...si lo querías a él hubiéramos roto desde él principio.–dijo lo ultimo más bajo.

Pero yo no le quería a él.

¿O si le quiero pero no quiero lastimar a Ian?

No. Yo quiero a Ian.

–¡Lo hice sin pensar, yo te quiero a ti!–estaba desesperada él no me iba a perdonar...