Isaac:
Había salido del cementerio y había estado hablando con Celine de Nirvana, teníamos que encontrarla y ayudarla a controlar su transformación.
Celine me había explicado lo que eran los strigoi y por qué Ana era una.
-Los strigoi son la mezcla entre un brujo y demonio, en mi caso yo era una bruja, muy muy poderosa y, Leviatan, el padre biológico de Ana es un demonio. Un incubo para ser exactos. Un día Leviatan entró en mi habitación con la apariencia de mi marido Caleb y cómo te imaginarás ahí hicimos a Nirvana, pero claro, yo no sabía que el hombre que había en mi cama no era mi marido hasta que la piel de "Caleb" se empezó a volver roja y caliente como el mismísimo infierno, se levantó de la cama y vi a Leviatan, con su sonrisa diabólica. Se acercó un poco a mí mientras yo temblaba del miedo y me dijo: "Volveré, volveré a buscar a mi hijo, el conquistador del mundo, el que purificará la raza".
Pero claro, él se esperaba un varón que siguiese sus pasos no una joven rebelde que no hace caso a nadie más que a sí misma. Así que mi marido y yo decidimos mantenernos callados, no decirle nada a ninguno de los hijos que tendríamos hasta que a Sean le mordió un hombre lobo, su transformación no fue tan dura como la de Ana, Sean lo supo controlar bastante bien, después mató al alfa de su manada y se volvió él el alfa a los 16 años.- me había dicho Celine.
Avisé a todos dispuesto a encontrar a Ana, teníamos que encontrarla y ayudarla, no me rendiría hasta que estuviese junto a mí de nuevo.
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Nirvana:
Me había despertado con la cabeza martilleándome. Blake seguía a mi lado y la luna seguía brillando sobre mi.
Me levante del suelo y Blake junto conmigo.
-¿Tienes hambre?- me preguntó.
Negué con la cabeza.
-Necesito una ducha, urgentemente.- dije mientras miraba al lago que había un poco más adelante de nosotros.
-¿Te vas a bañar ahí?¿No es mejor volver a la guarida y te duchas en el baño de mi habitación?
-No, Leviatan me puede encontrar y hacerme cosas horribles, o podría encontrarme cualquier otra persona y hacerle yo cosas horribles.-comenté. Era verdad, me daba miedo lo que me pudiese hacer Leviatan pero, más miedo me daba lo que pudiese hacer yo.- necesito algo de ropa, nada más.
-Está bien, en lo que tú te bañas en el lago yo iré a buscarte algo de ropa, vendré en seguida.
Se fue caminando con su andar tranquilo de siempre y yo me fui quitando la ropa sucia y llena de sangre que tenía puesta.
Chaqueta rota, fuera.
Zapatos que en su momento fueron bonitos, fuera.
Vaqueros hechos polvo, fuera.
Camisa blanca que ahora era de una mezcla de colores entre rojo y marrón, fuera.
-¿Nunca has visto a una tía en ropa interior?- pregunté un poco molesta.
-¿De verdad pensabas que me iba a perder semejante espectáculo?.-dijo Blake sonriente.
-Espero que lo que se marca en tu pantalón sea el móvil.-le dije mientras le guiñaba el ojo. El solo se limitó a sonreír.
La sonrisa se le apago de repente y empezó a caminar hacia mi (que, acordaos, seguía en ropa interior). Me agarro la cara y estuvo un momento en silencio.
-Ana, te llevo observando desde hace tanto tiempo, siempre a tu lado pero sin que me pudieses ver, evitando siempre que te hicieses daño. Te llevo cuidando desde que eras una niña, mientras veía como te convertías en una mujer. Vi cuando te rompieron el corazón y como el hombre lobo te lo reparaba después de tantos años con el corazón partido en pedazos, y, honestamente me moría de envidia de no ser yo quien te lo arreglase, de no ser yo quien te abrazaba o besaba, siempre mirándote desde las sombras. ¿Te acuerdas cuando tenias 8 años y casi te caes de aquel pino enorme? Te agarré evitando que te cayeras y me dijiste...
-Eres mi héroe.-le corté, claro que me acordaba, de eso me sonaba Blake, lo llevaba viendo desde que era una niña.
Antes de decirle nada él me besó y no sé por qué, yo le seguí el beso. Los besos se iban calentando cada vez más. Le arranque la camisa y él me cogio en brazos mientras el beso continuaba y me llevaba hasta el lago. Ahí me quito la poca ropa que me quedaba y él se quitó lo que le quedaba a el.
Separó sus labios de los míos y me miró fijamente, como quien contempla una obra de arte, nunca había visto tanta admiración en los ojos de alguien.
-Esto es un sueño hecho realidad.- dijo y me volvió a besar con la luna en el cielo de testigo de lo que estaba pasando ahí.
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Eres mi ancla (Isaac Lahey Fanfic)
FanfictionDespués de tantos años intentando olvidar aquel día, el destino me ha traído de vuelta a mi ciudad natal, Beacon Hills, el lugar de dónde provienen todas mis pesadillas solo que, esta vez no será todo tan malo.