El primer dia de infierno... De instituto.

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Nirvana:

Había esperado algún tipo de acto compasivo por parte de mi tía aunque mis esperanzas habían sido en vano. Mi tía nos había despertado a las 6:30 para ir al purgatorio... Es decir, el instituto. Después de pasar el fin de semana desempaquetando cajas y deshaciendo maletas me había esperado una pizca de compasión pero no, tenía que ir al instituto sin más remedio. Me levanté (si se le puede decir así) de mi cama. Me dirigí al baño y me miré en el espejo y... ¡Vaya! Tenía unas ojeras que me llagaban a la barbilla, unas legañas más grandes que mi cara y el pelo como el de un León, pero como un León por el hecho de que parecía que no había tocado un cepillo en mi vida.

-Eres una rompe corazones.-Me dije e intenté cepillarme el pelo y parecer más presentable.

Después de una hora preparándome me dirigí a la cocina con la mochila al hombro. Allí estaba mi hermana desayunando mientras hablaba con mi hermano. Tenían cierto parecido en la cara ovalada que los tres compartíamos y el color castaño claro del pelo, pero, Skylar, mi hermana tenía los ojos azules, como mi padre y yo, en cambio Sean tenía los ojos verdosos de mi tía y mi madre.

Después de desayunar Sky y yo nos metimos en el coche de mi tía y nos dirigimos al instituto. El trayecto se me hizo muy corto, cuando me había dado cuenta ya estábamos allí, en la entrada. Nos despedimos de mi tía y nos quedamos un momento quietas, sin hacer nada, nos miramos y vi el miedo en los ojos de mi hermana.

-Ey, no te va a pasar nada, sólo intenta no hacerte pis encima ni llorar en clase.- le dije y pude ver un atisbo de sonrisa en su rostro.

Caminamos hacia el interior del instituto y nos dirigimos a la oficina de información. Allí había una mujer rondando los 50 años con rostro amable, le dijimos nuestros nombres y nos dio media tonelada de libros y la combinación de nuestras respectivas taquillas. Salimos de allí cargadas de libros, Skylar se dirigió a su taquilla que resultó ser la 275, es decir, cerca de la entrada. La mía era la 610, es decir, en el culo del mundo.

Empecé a caminar por los pasillos atestados de gente, pregunté varias veces si alguien sabía donde estaba mi taquilla y la respuesta de todos fue: Al fondo, sigue caminando. Y caminé y caminé mientras hacía malabares con los libros, la mochila y hasta llegar a la fila de taquillas 600, 601, 602.. Me fui acercando por el pasillo a la 610 y baje la mirada a mi bolsillo, donde guardaba la combinación y antes de poder sacarla del bolsillo me estampé contra algo haciendo así que todos los libros cayesen por los aires al igual que yo, golpeándome fuertemente en la parte derecha de la frente.

Por un momento pensé que todo el mundo se habría quedando mirándome y riéndose de lo torpe que era la chica nueva. Levanté mi dolorida cabeza para ver mi vergüenza y ¡Vaya con lo que me encontré! Unos ojos azules cargados de preocupación.

-¿Estás bien?.-preguntó el dueño de los ojos azules.

Me quedé embobada y por un momento pensé que había muerto y subido al cielo. No no, eso no podía ser, ¿yo en el cielo? No encajaba.

-¿Eres un ángel?.- me limité a preguntar e inmediatamente me arrepentí. Ahora el Bombón Rubio pensará que me falta un riego en el cerebro.

Si lo pensó no lo demostró, sólo sonrió y me ayudó a levantarme. ¡Vaya! Ahora si que se le puede aplicar el término de bombón, debería ser ilegal estar tan bueno.

-Parece que te has dado un buen golpe, lo siento mucho, debería de mirar por donde voy.-me dijo.-creo que te tendré que llevar a la enfermería, pero creo que será mejor dejar todos los libros en tu taquilla. ¿Cuál es la tuya? ¿Tienes la combinación?

-Es la 610.- le dije mientras me llevaba la mano a la frente y fruncía el ceño, me había empezado a doler mucho la cabeza.

El Bombón Rubio se acercó a mi y metió la mano en mi bolsillo, de donde asomaba el papelito con la combinación. Se acercó a una taquilla y metió todos mis libros ahí y se acercó a mi y me pasó la mano por la cintura y me hizo pasar el brazo por su hombro y me llevó a la enfermería.

Una vez en la enfermería me sentaron en una camilla y la enfermera me dio un antibiótico, el Bombón Rubio estuvo conmigo en todo momento, y, cuando la enfermera se fue a buscar un poco de hielo, el cogió la silla en la que estaba sentado, le dio la vuelta y se sentó en ella apoyando la barbilla en el respaldo de la silla.

-¿Te sientes mejor?-me preguntó.

-Más o menos, ahora sólo siento que me pasó una apisonadora por la cabeza.- le dije y me gane una de sus sonrisas.

Me tendió la mano y dijo:

-Me llamo Isaac ¿Y tu?.- Con que se llamaba Isaac, le pega más Bombón Rubio.

-Yo me llamo Ana, bueno... Me llamo Nirvana pero me puedes llamar Ana o Anie o como prefieras.- le conteste y paré de hablar cuando me di cuenta de que era muy probable de que estuviese haciendo el ridículo.

-Me gusta Nirvana, es original, como el grupo musical.

-O como mis padres tomaban cosas raras cuando me pusieron el nombre.

Se empezó a reír y eso me hizo reír a mi. Nos pasamos toda la hora en la enfermería bromeando sobre todo un poco hasta que el condenado timbre sonó y tuvimos que salir de ahí para ir cada uno a su clase. Me paré en medio del pasillo y miré mi horario. Economía, Sala 17. Seguí caminando por los pasillos atestados de gente mientras me fijaba en los desgastados números de las aulas. Llegue a las supuesta sala 17 y le pregunté a un chico con el pelo de punta si esta era el aula de economía, el chico de dio la vuelta y su cara me resultó familiar.

-¿Eres el chico de la gasolinera?.- le pregunté

-y tu eres la chica de los ojos azules.-asentí y el sonrió

-Oye, ¿Podrías ayudarme? Me toca economía y no se sí es en este aula o en la siguiente

-Por desgracia es esta y a mi también me toca economía. Por cierto, soy Stiles

-¿Stiles? Yo soy Nirvana.- le dije y me abrió la puerta y me hizo un gesto para que pasase.

Las mesas de la clase estaban repartidas de uno en uno y la gente se amontonaba en grupos repartidos por toda el aula. Me senté en una mesa y frente a mi se sentó Stiles y se dio la vuelta para hablar conmigo. La gente fue entrando hasta llenar el aula lentamente y ¡Vaya! El Bombón Rubio... Es decir, Isaac acababa de entrar junto con una chica guapísima, ya decía yo, no podía ser tan perfecto y seguir soltero. Isaac me miró sorprendido y le sonreí en cambio, la chica que venía con el se acercó a Stiles y le besó. ¡Bieeeen! No es la novia de Isaac.

-¿Me estas siguiendo?.- le pregunté sonriente.

-Vaya, me has pillado.-me dijo y me guiñó el ojo. No pude evitar sonreír como una retrasada.

Antes de poder decirle nada el profesor ya había entrado y había comenzado la clase.

Eres mi ancla (Isaac Lahey Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora