Eres mi ancla (Isaac Lahey Fanfic)

No todo es malo.

Nirvana:

El día se había pasado increíblemente rápido. A lo largo del día Isaac y Stiles me habían presentado a sus amigos, y, para ser sincera me encantaron todos, sobretodo Lydia. Me había acompañado a mi casa y la había invitado a pasar para que conociese a mis hermanos, había almorzado con nosotros y después se había ido a su casa, pero no antes de quedar esta tarde para ir de compras. Por fin hacia amigos en Beacon Hills, al final no había sido tan malo el hecho de mudarnos a pesar de que el último recuerdo de mis padres seguía fresco en mi mente. Cogí un libro y me lancé sobre mi cama. Intenté concentrarme en la lectura pero sólo se me venía algo a la cabeza, bueno... Más bien alguien. Todavía tenía sus ojos azules en la mente. Bueno, no sólo había hecho amigos sino que me había pillado por uno. ¿Y si no le gusto? ¿Y si prefiere a otra? ¿Y si es gay?

Las horas pasaron y yo seguí comiéndome la cabeza pensando en Isaac y en las posibilidades de que fuese el quien me hiciese el boca a boca si fingía ahogarme en la piscina del instituto. Para cuándo me di cuenta ya eran las cinco y media, es decir, hora de mover el culo e ir a buscar a Lydia. Me puse unos vaqueros y una camisa blanca con un estampado de flores y unos tacones negros. Bajé las escaleras y tomé prestadas (robé) las llaves del Jeep negro de mi hermano, él estaba durmiendo así que no lo echaría de menos.

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La casa de Lydia era impresionante, estaba cerca del culo del mundo (si, como mi taquilla) pero valía la pena venir a verla. Toqué la pita del coche y Lydia salió corriendo de la casa y se metió en el coche.

-No sabía que tenías semejante coche.-dijo

-Y no lo tengo, ha sido por cortesía de mi hermano.

-¿Voluntariamente?

-Si por voluntariamente te refieres a quitarle las llaves del coche mientras duerme entonces si.

Nos miramos y las dos soltamos una carcajada.

Conduje hasta llegar a unas tiendas en el centro del pueblo. Lydia y yo bajamos del coche y nos metimos en las tiendas. Cuando ya habíamos recorrido todas las tiendas del pueblo decidimos dejar las bolsas en el coche y sentarnos en la terraza de una cafetería y tomar algo.

-Me he fijado en como miras a Isaac. ¿Te gusta?.- me preguntó Lydia. Me había pillado desprevenida, no sabía que contestar.

-Es muy simpático, me cae muy bien pero sólo me gusta como amigo.- Vale, eso no me lo creía ni yo pero tenía que convencer a Lydia, ya después me encargaría de convencerme a mi misma.

-Ya, claro...¿Sabes qué eso no cuela?

-Me imaginaba que no me creerías.

-Mira Anie, Isaac no es como el resto de los chicos. Ha sufrido mucho, su madre murió y su padre le maltrataba. Y a parte...- hizo una pausa. Algo me dijo que lo que me iba a contar no era muy agradable.- Isaac se medio enamoró de una amiga mía. Ella... Ella murió, en un robo a mano armada en un callejón.-su voz se iba quebrando, al contarme la historia de la muerte de su amiga pude ver que las lágrimas luchaban por salir.

-Lo siento mucho, de verdad. Pero hazte un favor a ti misma y no te guardes las lágrimas, si las dejas dentro pueden acabar contigo.- intenté hablar lo más segura que pude. Yo sabía lo que era perder a alguien que quieres. Lydia me miró y sonrió.

-Lo que te quiero decir con todo esto es que a Isaac le gustas, y, el corazón de Isaac está hecho pedazos. Si vas a intentar algo con el, por favor, intenta arreglar su corazón, no romperlo aún más.- dijo con voz amable.

-No tenía pensado romperle el corazón a na... Espera, ¿Has dicho que le gusto a Isaac?.-le pregunté con los ojos abiertos como platos.

Lydia se limitó a reírse de mi cara de loca. Pagamos a medias y nos metimos en el coche. Al llegar a casa de Lydia nos despedimos con una abrazo, aunque, cuando ya se iba alejando y yo ponía el coche en marcha ella se dio la vuelta y vino corriendo de nuevo hacia el coche.

-¡Ana! ¡Espera!.- se acercó al coche y baje la ventanilla y vi que tenía un trozo de papel en la mano.-Toma, se me olvidó dártelo antes, es el número de Isaac, el ya tiene el tuyo, seguramente te enviará un mensaje en un rato, cuando acaben los entrenamientos de Lacrosse.-cogí el papel atónita. Tenía el número del Bombón Rubio, es decir, Isaac, me tendré que acostumbrar a no llamarle Bombón Rubio. Lydia se alejó del coche, se dio la vuelta y se despidió con la mano. Arranqué el coche y me dirigí a mi casa con una sonrisa en la cara.

Al llegar a casa pude ver a mi hermano sentado en las altas sillas de la cocina. Estaba muy enfadado, daba bastante miedo, sólo le faltaba la motosierra en la mano y la máscara de hockey para parecerse a Jason, el de Viernes 13.

-¿Se puede saber la razón por la cual me has secuestrado el coche?.- me preguntó muy serio. Yo sólo respiré hondo con mi sonrisa de oreja a oreja y me dirigí a subir las escaleras para ir a mi cuarto. Me cruce con Sky en medio de las escaleras, se me quedó mirando perpleja.

-¿Y esa sonrisa? Das miedito, como el Joker.

Hice oídos sordos y seguí caminando hacia mi cuarto. Me tire en la cama con la cara en la almohada, seguía sonriendo sin parar. No se cuánto tiempo pasé pensando en Isaac, en sus ojos azules y en su sonrisa. De repente oí mi móvil sonar. Me levanté de la cama y fui hacia el escritorio, donde estaba mi bolso. Rebusque en el bolso y finalmente encontré el móvil, tenía un mensaje.

"Hola Ana, soy Isaac. Lydia me ha dado tu número. ¿Quieres ir mañana a comer un helado después del instituto?"

Mi corazón pegó un brinco en mi pecho. Contesté automáticamente diciéndole que sí, que me encantaría comer un helado con el. Puse el móvil a cargar y me tiré de nuevo en la cama, sólo que, esta vez me quedé profundamente dormida.

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Hola corazones de melón<3

Tal vez este capítulo haya sido un poco más corto pero lo compensaré en el siguiente.

P.D: intentaré subir el próximo capítulo lo más pronto posible.

P.P.D: gracias a toda la gente que ha votado y comentado, eso me hace muy feliz y me hace querer escribir más capítulos <33