Blake.

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Nirvana:

Los recuerdos del día anterior me inundaban, necesitaba ver a Isaac, llamar a Lydia y hablar con Skylar. Me levanté de mi cama y fui corriendo a desconectar mi móvil del cargador y mandar un mensaje a Lydia.

"Ven a mi casa. Te tengo que contar una de cosas... Te vas a quedar patinando"

A los segundos de haber mandado el mensaje me llegó su contesta.

"Vaya, ¿Tu madrugando? Esto tiene que ser importante. Estoy allí en 15 minutos"

Bajé a la cocina y ¡Vaya! Había una tonelada de álbumes de fotos en la mesa central con varias fotos esparcidas por todos lados de mi tía Rosie y mi tío Michael. Skylar estaba rebuscando en la nevera. Al escucharme se dio la vuelta con la boca llena de comida.

-¡El Apocalipsis se acercaaa!.- dijo mientras masticaba todo lo que tenía en la boca.-¿Qué haces despierta a las 10 de la mañana? Pensaba que Sean y tu erais como los koalas, que dormíais 22 horas al día y que las dos horas restantes las pasabais comiendo.

-Eso es sólo en días laborales, en días festivos rompo las normas.-le contesté. Ella me miró durante varios segundos con el ceño fruncido.-¿Qué?

-A ti te pasa algo, estas demasiado sonriente. Hacía mucho tiempo que no te veía tan feliz.

Fui a contestarle pero el timbre de la puerta sonó. Me dirigí a la puerta mientras Skylar me bombardeaba con bolas de pan. Abrí la puerta y vi a Lydia, la abracé con todas mis fuerzas. Se debía de notar demasiado lo emocionada que estaba, o eso o Lydia sacaría un crucifijo en cualquier momento.

-¿Te ha tocado la lotería?.-preguntó extrañada mientras la soltaba y entraba a mi casa.

-Algo mejor. Por cierto... Ya me lo han contado todo.-le contesté.

-¿Todo?.- preguntó y yo asentí.-¿Y no estas asustada o algo?.-me preguntó mientras subíamos las escaleras hacia mi habitación.

-No, lo peor que puedes hacerme es gritarme y dejarme sorda.-le dije risueña. Lydia se acercó a las flores que había en la mesilla.

-¿Isaac?.-preguntó y yo asentí sonriente como una niña pequeña.-Entonces ya me puedo imaginar que ha pasado para que no dejes de sonreír.

Me tiré en la cama con Lydia a mi lado.

-Ha sido perfecto, casi se transforma pero consiguió mantener el control. Y me trajo esas flores, son mis favoritas.-le dije. Las dos estábamos tumbadas en la cama. Nos miramos y reímos a la vez.

-Tienes una cara de enamorada que no puedes con ella.-dijo.- Repugnante.-se apresuró a decir y reímos de nuevo.

-También me han dejado una rosa en la almohada.-le dije. El tema de la rosa me tenía un poco extrañada. Había salido 5 minutos de mi habitación y cuando había vuelto la puerta estaba cerrada, la ventana abierta y la preciosa rosa roja en la almohada junto con aquella extraña nota.

-¿Ha sido Isaac?.

-No tengo ni idea. Me gusta pensar que sí pero la ventana estaba abierta y tengo miedo de que cualquier persona pueda entrar e intentar algo.-le dije.

-No tienes miedo de que entre cualquiera, tienes miedo de que entre tu tío y acabe lo que empezó.-Me contestó Lydia, la miré extrañada, al parecer ya le habían contado lo que había pasado.-No debes tener miedo, ahora nos tienes a nosotros para protegerte.

-¡No! No soy una niña pequeña, no necesito que estén pendiente de mi, de lo que me pase.-Chillé. Era verdad, no era ninguna niña, nadie tendría que estar encima de mi por sí me pasa algo. ¿Y si me caga un pájaro encima? ¿Vendrán ellos a limpiarme? ¡No! Me negaba. Era fuerte, no era una boxeadora ni una luchadora de sumo pero si alguien intentase atacarme yo devolvería el golpe sin lugar a dudas, ya le di un zambombazo con un bate a mi tío, lo podría hacer de nuevo. Me rendiría cuando las piedras bailasen.

Eres mi ancla (Isaac Lahey Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora