Problemas de familia.

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Nirvana:

Me desperté en una silla muy incómoda con un dolor de cabeza horroroso. Levanté la mirada y vi a Isaac tumbado en una camilla de metal con el hombro derecho vendado. Me levanté de la silla y me acerqué a el, le acaricié el rostro, pero... De repente los recuerdos me abordaron. Ojos amarillos, garras y colmillos.

No estaba segura si lo que había visto en ese parque era de verdad, es decir, habían disparado a Isaac, eso estaba claro con ver su vendaje del hombro, a lo que me refería era a Isaac retorciendose de dolor mientras de la herida salía un humo morado, sus ojos cambiaban de color y le salían colmillos y garras a una velocidad sobrenatural. ¿Me estaba volviendo loca?.

En la puerta apareció un hombre con una camiseta blanca en cuello de V. Estaba bastante bueno, la verdad.

-Nirvana, ven conmigo. Te tenemos que explicar un par de cosas.- me tendió una mano que yo dude en aceptar.-No te voy a hacer nada. No me tengas miedo.

Finalmente acepté su mano y me llevó hacia la sala de espera donde estaban Scott, Chris Argent, el veterinario, un chico de ojos verdes, el de la camisa con cuello de V y...

-¿Sean?.-pregunté. Mi hermano se levantó de la silla, se acercó a mi y me abrazó.-¿Qué haces aquí? ¿Qué esta pasando?

-Cálmate, te lo explicaremos todo, pero tienes que calmarte y no perder los nervios.- me contestó. Me rodeó con sus brazos mientras yo luchaba por no llorar. No lloraba por tristeza ni nada parecido, lloraba por impotencia y confusión. A mi novio lo habían disparado y algo extraño había ocurrido en el, mi hermano estaba en la clínica veterinaria donde habían traído a Isaac y estaba con gente que no tenía ni idea de quien era.

-¿Por qué nadie me cuenta que esta pasando? Estoy al borde de un ataque de histeria así que o me cuentan que coño esta pasando o empezaré a pinchar inyecciones letales a todo el mundo.- Al acabar la frase me di cuenta de que estaba gritando como una loca y que probablemente estarían buscando el número de un exorcista por que había un 99% de probabilidades de que pareciese una poseída.

-Ven, siéntate. Te lo explicaremos todo.-dijo el chico de los ojos verdes mientras se levantaba de la silla y me cedía su sitio.

Me senté y escuché lo que me tenían que decir.

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Vale. Ahora si que estaba flipando.

-A ver si lo pillo. Kira es un Kitsune ¿no?-pregunté y todos asintieron.- Y la traducción de eso es...

-Es de la mitología japonesa, es como una especie de zorro.-contestó Deaton, el veterinario que resultó ser un druida. La verdad es que no tenía ni idea de lo que era un druida pero como el resto parecía saberlo preferí no preguntar y evitar parecer idiota.

-Y ese tal Jackson un kanima, es decir, un lagarto asesino gigante y Lydia una banshee, o sea, una mujer gritona.- todos asintieron y Peter se rio.- Y Derek, Scott, Isaac y Peter son hombres lobo ¿no?

-¿Necesitas traducción de eso?.- preguntó mi hermano divertido aunque a mi no me hizo ninguna gracia.

- Vale, ahora me podéis decir donde estala cámara oculta.-contesté. Era imposible, todo lo que me estaban contando parecía una película de terror en vez de la realidad.

Mi novio era un hombre lobo, sus amigos también... Entre otras cosas.

-Ana.-me llamó Scott.-También hay otra cosa que debes saber. Hay alguien que se hace llamar el Benefactor y paga mucho dinero para que caze a los de nuestras especies. Tiene una lista con nuestros nombres y el dinero que vale nuestra muerte. Y bueno... Tu estas en esa lista, y Sean también.

Mis ojos se abrieron como platos. No sólo existían los hombres lobo sino que me habían añadido a una lista en la que pagaban un pastón por matarme. Esto era demasiado para asimilar.

-No sabemos por que estás en la lista, tu no tienes ningún poder sobrenatural ni nada parecido.-comentó Derek.

-Creo que es mejor que nos vayamos a casa. Está conmocionada y tiene que asimilar todo este asunto.-dijo Sean mientras caminaba hacia mi y me levantaba de la silla.

-Pero Isaac. Tengo que estar aquí cuando despierte.-dije yo. Estaba asustada pero lo que sentía por el superaba cualquier miedo.

-No te preocupes. Te avisaremos cuando se despierte.-me contestó Deaton en tono tranquilizador.

Sean y yo nos dirigimos a la puerta y salimos. Cuando me di cuanta de que todavía tenía la chaqueta que me había prestado el señor Argent salí corriendo hacia la clínica.

-Señor Argent, se me ha olvidado devolverle la...-se me entrecortó la voz. Isaac estaba despierto, junto a Deaton, que, le estaba examinando para ver si estaba bien. Isaac me miró apesadumbrado. Mi cara paso de impresión a tristeza, el me devolvió la mirada. Senti añoranza, necesitaba estar con el, abrazarlo. Un brazo me sacó de mis pensamientos. Mi hermano me agarró del brazo y tiró de mi.

-Tenemos que irnos Anie.- me dijo mientras tiraba de mi, yo no podía apartar la mirada de Isaac.

Dejé la chaqueta en una silla y dejé que mi hermano me guiase al coche de nuevo. Me subí en el Jeep de mi hermano y nos dirigimos a casa.

El trayecto se pasó en silencio hasta llegar a casa. Me bajé del coche y camine hacia la entrada, abrí la puerta y entré mientras mi hermano aparcaba el coche en el garaje. La casa estaba en penumbras excepto por la pequeña lámpara del salón, que estaba encendida y con mi tío al lado, sentado en el sillón con un cigarrillo encendido y un libro cerrado en el regazo.

-¿Qué haces a estas horas despierta?.-me preguntó enfadado.

-Te podría preguntar lo mismo.-me limité a contestar.

-¿Se puede saber que hacías en la calle?

-Eso no es asunto tuyo.

El sólo soltó un bufido parecido a una risa.

-Son las 4:30, Nirvana.-me contestó y miró su reloj, su reloj plateado y muy brillante.

Lo miré asustada y el sólo sonrió. Se me erizó el vello de la nuca y salí corriendo escalera arriba. El se levantó del sillón y me persiguió. Me cogió por el pie haciéndome caer a media escalera. Me tenía agarrada por el pie izquierdo así que, con el derecho le atize una patada en la cara. Logré que me soltase y seguí corriendo hacia mi cuarto. Abrí la puerta de mi cuarto, entré, eché el pestillo y me senté en el suelo apoyando la espalda en la puerta. Respiré hondo, pero cuando fui a soltar el airé unos golpes en la puerta me detuvieron.

-Anie, abre la puerta.-Dijo mi tío Michael desde el otro lado de la puerta.

-¡NO! Tu disparaste a Isaac.-grité.

-Nirvana, te eh dicho que abras LA PUTA PUERTAA.-empezó a gritar pero el grito se detuvo debido a un enorme golpe contra la puerta.-¡Suéltame!

Me levanté de golpe y quite el pestillo de la puerta. La abrí un poco y pude ver a Sean y a mi tío peleando, sólo que, los ojos de mi hermano se habían vuelto rojos, un rojo brillante, como los de Scott.

-Cierra la puerta y no la habrás hasta que yo te avise.-rugió Sean. Le hice caso y me metí en mi habitación apoyando me de nuevo en la puerta.

Ya empezaba a entender, mi hermano estaba en la lista por que era un hombre lobo pero ¿Yo?

¿Qué diablos era yo?

Eres mi ancla (Isaac Lahey Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora