Nirvana:
No entendía que me estaba pasando. Mi autocontrol había desaparecido por completo, intentaba calmarme pero no lo conseguía. Cada vez que me gritaba a mi misma "contrólate" mi cuerpo me negaba cada orden. Isaac se había acercado a mi pero mis instintos habían sido más rápidos y había intentado atacarle, no lo había evitado. Mis colmillos se habían alargado, mi visión se había perfeccionado y... Solo quería sangre. Ese fluido rojo que corría por las venas y hacia que todo me supiese a gloria.
Antes de que hubiesen traído al sótano y me hubiesen encadenado Reid había bajado la guardia y mis instintos primarios se abalanzaron y no pude evitar morderle, evidentemente no quería hacerle daño pero no lo había podido evitar.
Y ahora mismo seguía en el mismo sitio de antes, encadenada en la condenada pared del sótano con las cadenas con ese curioso destello morado que cuando las tocaba me hacia arder la piel.
Harper, una amiga de mi hermano entró en el sótano y se sentó en el "centro de mando", es decir, en la silla que se sentaban todos para vigilarme. Cruzó las piernas y me miró tranquilamente.
-¿Como vas con el Cambio?.- preguntó ella tranquila, tanta tranquilidad me estaba poniendo nerviosa.
-Acércate y te lo enseñaré.- contesté. No podía evitarlo, cada cosa que intentaba decir era remplazado por alguna cabronada.
-Se que tu alma sigue ahí, lo puedo sentir. No nos vamos a rendir contigo.- me dijo calmadamente. Me había enterado ayer que Harper era una bruja, me había provocado una neurisma para dejarme tranquiliza. Si, lo se, un método muy agradable.
-¡TENGO HAMBREE!-grité descontroladamente, eso era otra ventaja de estar poseída por el Dracula de Bram Stoker, que ahora pegaba chillidos que parecían que me iban a dejar ronca.
-No te vamos a dar de comer nada hasta que te calmes.-contestó muy seria.
Me lancé hacia adelante pero las cadenas tocaron mi piel haciéndola arder. Aún así el salto hacia alante había sido tan fuerte que había sentido las cadenas desencajarse un poco.
Harper se levanto de la silla, retrocedió y llamó a Sean.
Volví a mi oscura pared, Harper pensó que me había calmado pero yo solo pensaba que con otro tirón como el de antes podría romper las cadenas y salir de allí. Y así lo hice, salté hacia adelante de nuevo haciendo que las cadenas se rompiesen, su contacto ardía pero mis ganas de salir de allí eran mayores.
Corrí por las escaleras hasta llegar al salón. Me dirigí a la puerta pero estaba trancada y si la rompía haría mucho ruido.
Escuche el grito de Harper y una voz en mi cabeza que me decía <Sal de ahí, por la ventana de tu habitacion>
Hice caso a aquella voz y corrí a mi habitación mientras escuchaba a Sean gritar y a... ¿Isaac?
Me pare en seco y me di la vuelta, me miraba asustado. Probablemente mi cara era la responsable de aquella expresión de pánico. Sentí como una lagrima se derramaba y salí de allí. Abrí la puerta de mi habitación y le puse una cómoda delante para evitar que entrasen.
Abrí la ventana y sin pensarlo dos veces salte por ella hasta llegar a la superficie lisa de la entrada. Corrí y corrí hacia donde la voz de mi cabeza me decía. Finalmente llegue a un descampado en el bosque, el descampado donde habían muerto mis padres. Quería sentir miedo pero ninguna emoción acudía a mi.
De repente una sombra se movió entre la oscuridad poniéndome alerta. De las sombras salió un chico al que no conseguí verle la cara bien. En un segundo ya lo tenia frente a mi. Lo mire extrañada.
-¿Blake?.- pregunté extrañada. Él solo sonrió de medio lado y me guiñó el ojo.
-Anda, ven conmigo. Te tengo que enseñar un poco de autocontrol.-me cogio de la mano y me adentró en el bosque.
ESTÁS LEYENDO
Eres mi ancla (Isaac Lahey Fanfic)
FanfictionDespués de tantos años intentando olvidar aquel día, el destino me ha traído de vuelta a mi ciudad natal, Beacon Hills, el lugar de dónde provienen todas mis pesadillas solo que, esta vez no será todo tan malo.