Nirvana:
Por primera vez en mi vida las sábanas no se me habían pegado al cuerpo y no me había costado levantarme de mi cama. Me había levantado de un humor excepcional (algo muy inusual en mi, mejor dicho, nunca me levantaba de buen humor. Es más, el simple hecho de despegarme de mi buena amiga la cama me ponía de mala leche). Hoy había quedado con Isaac después de clase, lo que significaba que tenía que ir guapísima a clase y dejarlo embobado.
Me acerqué sonriente a mi armario y lo abrí. Rebusque hasta encontrar una falda azul, una camisa blanca con la espalda de encaje y unos tacones negros. Tal vez el conjunto era un poco atrevido para ir al instituto pero me daba bastante igual. La misión de hoy era impresionar a Isaac.
Me vestí y preparé para ir al instituto. Baje las escaleras hasta llegar a la cocina y quitarle una galleta a mi hermana. Mi tía me miró de arriba a abajo impresionada.
-¡Vaya Ana! ¿A quién se supone que vas a impresionar?.- preguntó sonriente. Mi tío, un hombre corpulento de ojos azules y pelo castaño claro entró en la cocina y abrazó a mi tía por la delgada cintura y le plantó un beso en la mejilla. Dejó su barbilla reposando en el hombro de mi tía y aparto los mechones de rizos castaños de mi tía para que no le molestasen. Me miró de una manera extraña, era de... ¿Deseo?
Nunca me había gustado mi tío, no sabía nada de su pasado, era un misterio para todos. Hace años mi hermano entró a su habitación y encontró una pequeña caja debajo de su cama, pero, antes de poder abrirla mi tío entró por la puerta, agarró a Sean por la camisa alzándolo y le dijo que sí alguna vez volvía a buscar en sus cosas se arrepentiría. A partir de aquel día nadie de la familia lo traga, excepto mi tía, que está locamente enamorada de el. A veces pienso que la tiene hipnotizada.
-¿A qué está preciosa?.- preguntó mi tía con su habitual sonrisa en la cara.
-Está perfecta.-dijo mi tío. Un escalofrío me recorrió toda la columna. Su mirada daba miedo, era sombría y sonreía de medio lado. Levantó la barbilla del hombro de mi tía y se fue a su estudio con una sonrisa de suficiencia.
Mi tía se dirigió al garaje para poner el coche en marcha y ponernos de camino al instituto. Mi hermana me miró muy sería.
-No me gusta nada el tío Michael. Me da miedo, a veces me da la sensación de que me espía o algo.-dijo
-Tal vez sea agente secreto, ¿le preguntamos si tiene licencia para matar? Tal vez nos deja hablar por su zapatófono.- repuse. La verdad es que yo a veces también me sentía observada, hacia tiempo que había empezado a trancar la puerta del baño cuando me iba a duchar por miedo a que él entrase. Era alguien que intimidaba con nada más verlo.
Mi hermana solo sonrió, se levantó de la silla y fue hacia el garaje seguida por mi. El camino se me hizo largo, mi tía y Skylar hablaban pero yo sólo quería que acabasen las clases para poder salir con Isaac. Cuando llegamos salté del coche, me despedí de mi tía, la cual me sonrió y arrancó el coche con rumbo a casa, Sky se limitó a mirarme curiosa.
-¿Vas a decirme por que estas así de feliz?.- preguntó.
-Hoy he quedado con un chico.-le dije sonriente
-¿Es por eso por lo que te has vestido como una modelo de catálogo?
Me reí y cuando fui a contestarle oí que alguien gritaba mi nombre. Me giré y distinguí a Isaac bajando las escaleras hacia Sky y yo. Tenía una sonrisa en la cara que hacia que me derritiese. Sky me dio un codazo, me guiñó el ojo y se fue.
-Hola Ana.-dijo Isaac sonriendo de oreja a oreja. Me miró de arriba a abajo como había hecho mi tía, sólo que, el me miraba con admiración.- ¿Sigue en pie lo de esta tarde?
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Eres mi ancla (Isaac Lahey Fanfic)
FanfictionDespués de tantos años intentando olvidar aquel día, el destino me ha traído de vuelta a mi ciudad natal, Beacon Hills, el lugar de dónde provienen todas mis pesadillas solo que, esta vez no será todo tan malo.