Prologo

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Su corazón latía fuertemente.  Los nervios la atenazaban y debía serenarse.  Por primera vez en tantos años que lo conocía tendrían su primera cita.  Cita a ciegas, pero cita al fin. 

Siempre lo había visto en el colegio rodeado de chicas y con su novia Beatriz.  Sentía envidia de que aquélla chica tuviera el privilegio de abrazarlo y besarlo.  Con el tiempo olvido su enamoramiento tonto y se enamoro de Kyle, el chico que la hizo ver a la naturaleza y todo lo que le rodea desde otra perspectiva.  Le mostro que el mundo necesitaba a gente que cuidará de ella y que hiciera lo posible por conservarla.

Para llegar a ello debía de hacer de muchos sacrificios y los consiguió todos.  Su novio se moría cuando veía que utilizaba algo que profanara a la naturaleza así que se acostumbró y aprendió.   Cuando aquella relación llego a su fin la costumbre no se le fue y muchos la veían raro.  Era catalogada, la hippie.  Incluso por su hermana y su desquiciada amiga Danatella.

Gracias a ella estaba consiguiendo una cita con su hermano que era tan guapo y siempre le había gustado.

Cuando por fin Danatella confirmó que su hermano había aceptado.  Ella se había duchado y arreglado un poco.  Era un milagro porque nunca lo hacía.

Estaba sentada con las piernas bien juntas en aquélla mesa apartada de todos.  Solo era una pizzería.  No era muy buena con las citas y no se le ocurrió otro lugar.  Esperaba que le gustará porque estaría perdida.

El tiempo pareció detenerse cuando por fin lo vio.  Entraba con ése airé desenfadado que lo caracterizaba.  Su pelo rubio era lo que más destacaba en él.  Lo podía mover para el lado que quisiera.  Bryan adoraba su pelo.  Sus ojos eran marrones, pero achinados y para a rematar era dueño de una sonrisa que lo hacía lucir jovial.

Qué guapo, pensó Constanza mirando embobada.

Su cuerpo no era atlético aunque parecía que estuviera ejercitando.  Los pantalones azul oscuro le quedaban a la perfección y su camisa blanca de botones estaba para chuparse los dedos.

Constanza nunca se había sentido así por un hombre y en ése instante se arrepintió de la estúpida idea de salir con él.  Bryan no se fijaría en alguien como ella. 

Bryan paso la vista por toda la pizzería buscando donde estaba aquélla magnífica modelo de Victoria Secrets.  Su hermana Danatella, le había dicho que una de sus compañeras del colegio tenían una hermana modelo que lo quería conocer.  Él estaba ofuscado porque su novia Beatriz le había terminado.  No le dio razones y eso lo enfurecia.  La quería y sobretodo la pasaban muy bien en la cama. ¿Qué más quería? 

¿Dónde estaba su modelo?  Enfocó la vista y vio una chica vestida algo horrorosa que le sonreía con timidez.  Era un patito feo en toda la regla.  Su pelo rubio era opaco y parecía enredado como si un gallinero estuvo sobre el.  Llevaba un vestido gris holgado y unas zapatillas negras asquerosas que parecían de la prehistoria.  Además ése labial rosa le quedaba muy mal.  Era lo único que tenía en el rostro.

Tan fea.  Alguien debería decircelo, pensó alejando su vista de ella.

Bryan continúa buscando cuando ve que aquél espectro le hace una seña con las mejillas sonrojadas.

— ¿Qué querrá la fea? — murmuro caminando despacio hasta Constanza que quería desmayarse.  Al principio, pensó salir huyendo porque él no la conocía aún siendo su hermana Laura, amiga de la hermana de él.  Pero le pareció demasiado cruel dejarlo plantado. 

Bryan se detuvo frente a su mesa donde sus manos descansaban.  Él se fijo en sus uñas descuidadas y sin pintar.  Asquerosa.

— ¿Qué quieres? — pregunto con hostilidad y Constanza trago saliva arrepintiendose al instante.

— Siéntate — ofreció con voz dulce.  Una voz que ni siquiera hizo inmutarse al rubio.

Bryan sonrió de medio lado—. No gracias.  Tengo cita con una chica.

Constanza se mordió el labio inferior y el rubio la miró como si fuera un animal raro.

— Yo soy...tu cita — dice la rubia con la voz temblorosa.

Bryan se mete las manos en los bolsillos de su pantalón y la mira con sorna—. ¿Tú, modelo?

Constanza negó—. Danatella me consiguió una cita contigo. — Al mismo instante que soltó las palabras se sintió estúpida.

El semblante del rubio se endureció y la sangre comenzo a hervirle.  Su hermana siempre jugando bromas de mal gusto, pero con está fealdad se había pasado.

— Soy la hermana de Laura — dijo Constanza para que él se sintiera más seguro, en confianza.

— La hippie — murmuro con una sonrisa burlona.

Aquél apodo en sus labios le cayó como un balde de agua fría.  Se esperaba todo, pero ésa actitud era demasiado para lo que podía aguantar.

— No...

— Mira escuchá lo que te voy a decir porque alguien debe decirtelo. — Bryan se sento en el asiento frente a ella—. Eres fea.  No me atraes ni un poco.

Constanza abrió los ojos y sintió la bofetada de sus palabras de lleno en ella.

— Estoy haciéndote un favor porque no puedes hacerle ésto a otro hombre.  Yo vine aquí esperando a una mujer no un espectro — dice Bryan con coraje.

— No tienes que ser tan cruel. — Fue lo único que consiguió decir.

Bryan torció la boca—. ¿Cruel?  Cruel fuiste tú apareciendo aquí cuando me hicieron pensar que me encontraría con una modelo.  Mírate, mira ése pelo mal cuidado.  Ése labial no te favorece y tu ropa es un asco. — dijo repasandola de arriba abajo haciendo que se sintiera poca cosa.  Miserable.

— Yo esperaba está noche una mujer que se moviera muy bien debajo de mí y dudo mucho que tu lo consigas.  Tampoco estoy tan loco para meterme contigo.  Busca a hombres de tu propia clase.  No quieras escalar tan alto porque no lo conseguirás.

Los ojos de Constanza se llenaron de lágrimas, pero se negó a llorar frente a él.

— Eres un imbécil — susurro poniéndose de pié y sintiendo una humillación tremenda sobre sus hombros.

La mano en su brazo la detuvo—. Mira hagamos una cosa yo le diré a mi hermana que robaste un beso y que me tocaste el trasero para que no te sientas mal.  Puedes decirlo tú también.  No cualquier chica toca mi trasero.

Muerta de vergüenza y con la poca dignidad que le quedaba se soltó de su agarré y salió huyendo.

Al llegar a su casa se miró en el espejo de su habitación.  Se tocó el rostro y lloró.

"Eres fea" "Eres fea" "Eres fea"

Llena de rabia se quiti el labial con la mano y lloró mucho más. 

" Yo vine aquí esperando a una mujer no un espectro"

Todas las palabras que Bryan le había despotricado se quedaron grabadas en su alma aún después de quedarse dormida.

******
Hola aquí tienen el prólogo.  Ya vieron lo que paso en aquélla cita a ciegas. 

Bryan la humilló y hasta yo quiero matarlo.  Constanza está herida.

¿Qué opinan?  Animense a comentar.

Todo lo que se viene encima de esta historia...!

Saludos y muchos besos!!!

¿Enamorado de la hippie? ¡No puede ser! - SNSRTE 4 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora