Capitulo 21

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Capitulo 21

Bryan

Era noche cuando por fin llego a Miami y me encuentro frente a la casa de dos pisos de mi hermana.  Ahora que he llegado me siento algo nervioso.  Yo no soy de visitar mucho a mis hermanas, siempre nos encontramos todos en Texas. Pero aún así las quiero mucho a las dos.

Toco la puerta y no tengo que esperar nada para que sea abierta por Travis, el esposo de mi hermana.

— ¿Bryan? Tú por aquí — dice frunciendo el ceño algo confundido.

Sonrió al ver a mi hermana detrás de él, corriendo detrás del pequeño Bradley de tres años.  El niño estaba desnudo y tenía espuma por todo su cuerpo.

— Quería visitar a mi hermana unos días. ¿No puedo? — digo sonriendo y el castaño asiente haciéndome pasar.

— ¡Bradley no he terminado de bañarte! ¡Vuelve aca! — chillo mi hermana resbalandose en el pasillo.

Bradley la mira con sus lindos ojos marrones y se agarra su pelo negro—. ¡No!

— ¡¿No?! — exclamó Dana poniendo sus manos en la cintura.

Mi sobrino frunció el ceño y chillo de coraje.

— ¡No quiero!

Dana alzo la cabeza al techo y soltó un suave chillido de frustración.

— Por pórtate mal santa claus no vendrá éste año para tí — murmuró mirando al niño y yo abrí la boca sorprendido.

— ¿Cómo le dices eso al niño? — pregunto riendo.

Dana se voltea y por fin puedo ver su rostro sonrojado por la carrera.  Su pelo negro largo estaba revuelto y su pijama de pantalón corto estaba mojado.  Había llegado en la noche así que era lógico que estuvieran preparándose para llevarlos a la cama.

— ¡Bryan! ¿Mamá esta bien? — pregunto Dana con preocupación y yo negué.

— Mamá está muy bien.  Vine a verte y tomarme unas vacaciones.

Travis me da una palmada en la espalda y pasa por mi lado directo a atrapar a su hijo que vió muy tarde lo que su padre haría.

— ¡No quiero!

— Ven para que comas algo — dice caminando por un largo pasillo y yo la sigo.

Su cocina blanca era enorme con los suelos en mármol crema.

Me inclino sobre la encimera y ella empieza a servirme. Arroz junto con habichuelas y pescado ahumado.  Lucía delicioso

— ¿Estás bien? De verdad estoy sorprendida de que estes aquí — dice colocando el plato frente a mi después de haberlo sacado del microondas.

Me quedo mirandola unos segundos y mi hermana sonríe, pero se nota que está demasiado extrañada con mi presencia.

— Deja de mirarme así. ¿Qué sucede? ¿Tengo un moco? — pregunta moviéndose rápido en busca de un espejo.

— No es eso, Dana.  Quería hablar contigo.  Hace mucho tiempo a rondado en mi cabeza esto, pero no ha sido hasta hoy que tome la decisión de hablar contigo — digo sintiendo la voz rasposa.

Era horrible esta sensación de culpabilidad, pero más horrible era saber que no podre estar con la mujer de quien estoy enamorado.

— ¿Qué ha pasado que decidiste hablar conmigo?  Además de que quieres hablar — pregunta sentándose en la alta silla frente a la encimera.

¿Enamorado de la hippie? ¡No puede ser! - SNSRTE 4 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora