Capitulo 27

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Capitulo 27

Bryan

- Que cosita más preciosa - susurro mi madre sentada cerca de mi hijo.

Hace dos semanas había llegado a Nueva York junto con mi padre. Ambos me regañaron por ocultar algo tan importante como un hijo. Mi padre ya estaba más tranquilo, pero mamá aprovechaba para montar drama a cada minuto.

- Salió a su padre - dije orgulloso del niño que había engendrado y el que aún no había despertado.

Mi madre se levanto del asiento intentando hundir su panza para parecer menos gorda, pero no funciono. Ella siempre había sido rellenita y con los años seguí subiendo de peso. Aunque ella decía que estaba bien buena.

- Espero que no saque tu sentido común porque sigo molesta contigo - farfullo apuntandome con su rellenito dedo.

Bufé tomando la mano de mi hijo y comienzo a besarla. No sabía si sentía algo, pero quería que sintiera mi contacto. Despierta Alexander, rogué con tristeza.

El médico nos dijo que la inflamación había comenzado a bajar, pero que deberíamos prepararnos para el peor de los casos. Unas de las probabilidades era que no despertara nunca o tuviera serías repercusiones en el como inmovilidad o algo mucho peor.

- Conseguí todas las películas que te gustan. Hoy vamos a ver spiderman, pero animados - digo sintiéndome horrible al ver como una de las enfermeras entraba a aplicar el alimento intravenosa.

Si pudiera ponerme en su lugar lo haría.

- Es bueno que le hables, hijo. Tal vez escuché - murmuró mamá dando una palmada en mi espalda.

Ya había perdido la cuenta de todo lo que le hablaba. Le contaba tantas cosas a mi pequeño que no sabía que más decirle. ¿Qué más puedo contarle? ¡Mi primer encuentro sexual!

- Ya no puedo más. Solo tiene cuatro años y miralo. No quiero perderlo - susurre besando sus deditos.

La enfermera me miro y me ofreció una sonrisa. Muchas de las que venían aquí demostraba lástima por lo que me estaba pasando.

- Tenga fe. El niño ha demostrado mucha fortaleza. Ya vera que dentro de poco le estará dando lata - murmuro para luego salir de la habitación.

Mi madre se fue en busca de algo de comer en la cafetería, dejándome solo. Estaba perdido en mis pensamientos cuando escucho que tocan la puerta abierta, para hacer saber su presencia.

- Espero no importunar. Danatella me hablo lo que sucedió con tu hijo.

Su voz, su tímida sonrisa y ésa aprensión en su mirada me cautivaron. Ella estaba aquí. Vino a verme. Eso ya significaba algo, ¿no?

- No me importunas. Gracias por venir - dije observandola con detenimiento. Necesitaba saber si estaba bien-. ¿Cómo te encuentras? Espero que te estés alimentando bien - añadí dando unos pasos hacia ella.

Constanza no se movió sino que sonrió. No fue totalmente una sonrisa, pero con algo se empieza.

- Algo mejor. No te preocupes estaré bien.

Negué con un suspiro-. Me preocupo porque me importas mucho, Constanza. Se que fui un desgraciado y lo lamento, pero no podríamos olvidarlo todo. Comenzar de cero y...

Sus dedos tocaron mis labios para que guardara silencio.

- Perdóname a mí también. Me deje llevar por el rencor y arruine tu vida, tus negocios y...arruine tu relación con tu amigo - trago saliva como si le doliera lo que estaba diciendo-. Mereces a una mujer mejor, Bryan.

¿Enamorado de la hippie? ¡No puede ser! - SNSRTE 4 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora