Capitulo 16
Constanza
Lentamente abrí los ojos, sintiéndome relajada y muy descansada. Alce la cabeza para mirar el reloj en mi mesita de noche y solo eran las cinco con diez minutos de la tarde. Pero eso no era todo el fuerte agarre en mi cintura hizo darme cuenta que Bryan no se había ido y que seguía abrazado a mí.
Suavemente me gire para observalo mejor y me encuentro con que sigue dormido. Su respiración es pausada y tiene los labios entreabiertos. No puedo quitarle los ojos de encima y por un momento pienso en pasar mis dedos, pero me arrepiento.
¿Qué estoy haciendo? El plan es lastimarlo no enternecerme. Me había acostado con él y para colmo le doy el privilegio de tenerlo en la cama. Hace unas horas había sido mágico y no podía creer que éste era el hombre que cruelmente me humillo. Estaba confundida y no sabía como actuar ahora.
Me quite la sábana y con sigilo salí de la cama. No quería despertarlo y mucho menos encararlo. ¿Qué le iba a decir? Ni yo misma lo sabía. Vengo con un propósito y él viene a virar mi mundo patas arriba. Entro al baño y me doy una ducha rápida. No quería que entrará y quisiera tomar el segundo asalto porque estaba segura que no me negaría. Me envolví en una toalla y rápido entre a la habitación a vestirme o moriría de frío.
- Bonitas vistas - escuche su voz y la camisa que tenía en las manos se me cayó.
Lo miré frunciendo el ceño-. ¿Desde cuándo estás despierto? - pregunto volviendo a tomar la camisa y me la pongo.
- Desde que saliste del baño - dice con picardía. Mosqueada tomo la almohada y le doy con ella en el rostro.
Bryan comienza a reír. Pero era una risa que nunca había escuchado, era sincera. Me muerdo el labio inferior y hago como si no estuve varios segundos analizándolo.
- Mientras me dabas ésas tremendas vistas pensé que podríamos ir a cenar y luego hacerte el amor cuando los fuegos artificiales estén en pleno apogeo - dice divertido, pero buscando en mis ojos una respuesta.
La garganta se me seca y no se que decir. ¿Qué quiere de mí?
- Tengo una mejor idea. Búscate un hotel y alojate allí - digo saliendo de la habitación. Necesitaba alejarme de él por unas horas porque si no, no podría pensar con claridad.
Escuche sus pasos seguirme a la cocina y suspiré. No me dejará aunque sea un minuto en paz.
- No podrás alejarme tan fácilmente, hada - dice con diversión y me volteó para maldecirlo, pero lo que sea lo olvide por completo.
Bryan estaba desnudo sobre la encimera. No sabía si gritarle por tener su trasero en donde a veces como o invitarlo a que me lo haga alli encima.
- ¡Quítate de ahí! ¡Nos ves que yo como en ése lugar! - exclamo halandolo del brazo para que se bajara.
Bryan comienza a reírse y respiro profundamente. Lo voy a matar lentamente y de una manera dolorosa.
- Voy a ducharme. Abrígate bien que esta demasiado frío alla fuera - dice y desaparece de mi vista.
¿Qué voy hacer?
No recuerdo ya las veces en la que me había negado a salir con él, pero Bryan insistió tanto que practicamente me vistió. Llevaba puesto unos pantalones negros, camisa blanca de mangas largas y un chaqueta larga roja. Además él me había puesto un gorro rojo y una bufanda negra enredada en mi cuello. Los guantes los cargaba en su bolsillo de su chaqueta por si me daba frío.
Él lucía tan natural con unos jeans oscuros, camisa verde de mangas largas y uja chaqueta negra. Además sus mejillas estaban rojas por el frío haciéndolo ver más atractivo.
Me tenía al borde de los nervios mientras caminabamos en busca de algún restaurante en un día como hoy.
- Bryan, dudo mucho que haya algún lugar abierto a estás horas. Ya son las seis, la gente debe estar cerrando para ir a celebrar con su familia - Me queje mientras él no soltaba su agarre en mi codo.
- Mujer de poca fe - murmuro apuntando a un pequeño local donde todavía había un letrero que decía abierto.
Maldita sea. Hoy no cierran locales, pensé frunciendo la nariz.
Cuando entramos la música navideña inundaba el lugar y me encanto el toque navideño que le habían dado. Las luces estaban por todos lados y crearon copos de nieves en papel. Las mesas eran en madera igualmente las sillas, cada unas con manteles rojos.
Bryan me halo la silla para que me sentara y así lo hice. Luego lo vi hablar con una señora mayor, me imagino que dueña o empleada del local.
- Ya todo listo. Debemos esperar un poco para que nos traigan la comida. Lo siento, pero la propietaria dijo que no ofrecen menú.
- ¿Qué comeremos?
- Lo que todos comen en navidades - responde como si fuera lo más obvio.
Se hace un incómodo silencio y busco con que entretenerme aunque sea mirando las paredes.
- Soy gay.
- ¡¿Qué?! - exclamos tan pronto lo escucho decir semejante mentira. Él no puede ser gay, y hacermelo como me lo hace.
Bryan comienza reír y se pone rojo. Yo frunce el entre cejó por querer cogerme de tonta.
- Con algo tenía que hacer que me mirarás - dice encogiéndose de hombros-. Esta bién. No soy gay, soy muy heterosexual. Creo haberlo demostrado.
- Idiota. No se de que hablás. No estoy segura de que seas tan bueno - digo para picarle, pero no funciona.
- Constanza quiero conocerte. Hablame de ti- dice tomando mi mano entre la suya.
Rápidamente me pongo nerviosa. ¿Qué le voy a decir? Pues Bryan mira yo era la hippie asquerosa que no se afeitaba y que quiso tener una cita contigo. ¡No puedo!
- No hay nada que contar - farfullo tajante y él traga saliva.
- Bueno, yo soy el hermano mayor de dos hermanas, Danatella y Karen - dice con una sonrisa-. Dana es la loca de la familia y le pasan muchas cosas raras - añade meditabundo.
Como olvidar a Dana, ella me había depilado las piernas y las axilas cuando yo me había negado. Mi madre solo le ofreció dinero y ella con mi hermana se convirtieron en mis cazadoras. Ahora cuando lo recuerdo siempre comienzo a reírme.
— Karen es otra cosa. Es más seria y casi no pasaba tiempo con la familia. Creo que no perdona a mi madre por haberla obligado a casarse cuando se embarazo.
— ¿Entonces no quiere a su marido? — pregunté sintiéndome mal por la chica.
— Sí, lo quiere, pero dice que perdió muchas cosas — dice encogiéndose de hombros.
Podía entenderla. Cuando uno siente rencor por algo o alguien es tan difícil olvidar y peor aún perdonar.
— ¿Qué me dices de ti? — pregunto viendo como traían la comida.
Esperamos que pusieran los platos y nos quedamos viendo la comida que lucía deliciosa.
— Yo soy lo que vez Constanza. Fui un bastardo con muchas mujeres, pero te prometo que no te lastimare — susurro mientras acariciaba una de mis manos.
Pero yo no prometo no lastimarte.
***
Hola!! Aquí esta el capitulo ya terminado. Espero que les guste y espero sus reacciones.
¿qué opinan?
Besos!!!
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¿Enamorado de la hippie? ¡No puede ser! - SNSRTE 4
HumorBryan no ha tenido suerte con las mujeres y todo porque solo busca la belleza en ellas. Bryan es un infeliz arrogante que con el paso de los años amaso su fortuna, haciendolo el hombre más deseado entre las mujeres. Nunca ha mirado más allá del fí...