Capitulo 1

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Capitulo 1

Siete años después de la boda de Danatella...

Bryan

— Guapo — susurro una voz melosa a mi oído. 

Sonreí sabiendo quien estaba a mi lado.  Era una hermosa mujer morena, de largas piernas que son una delicia al abrirse, un cabello oscuro rizado y unos ojos avellanas muy bonitos.  Eve, una modelo brasileña con la que me acostaba cuando me apetecia o si no buscaba a otra belleza dispuesta a satisfacerme.

Las mujeres eran un ser predecible, venenosas y muy traicioneras.  Todas estaban contigo por algo a cambio y ahora mi dinero era una dulce recompensa. 

Había comenzado desde muy abajo con un pequeña empresa de ingeniería para ahora tener una constructora con muchos proyectos a realizar.  Me había ubicado en Nueva York porque era el mejor lugar para crecer y vaya que lo había conseguido.  Todo había válido la pena.

Observo sus ojos avellanas mirarme con picardía y sonrió—. Tengo que ir a la oficina — digo poniéndome en pié y caminando desnudo hasta el baño.

Estaba molesto.  No me gustaba dormir en casa de ninguna mujer con la que me acostaba.  Eso era darle espectativas que no estaba dispuesto a darles por ningún motivo.  Yo era dueño de mi vida y ninguna mujer vendría a querer formar parte de ella.
Me di una ducha rápida y salí con la toalla envuelta en la cintura.  Eve seguía acostada en la cama estirada como una sirena y camine en busca de mi ropa.

— Mis padres tienen una cena.  Me preguntaba si podrías acompañarme — dice con voz coqueta y yo alce la vista después de ponerme los bóxers.

— Te preguntaste mal, Eve.  Yo no voy a cenas familiares.  Lo nuestro es más físico y lo sabes — digo seco y ella resopla—. No pongas esa cara porque mientras te abres de piernas no te quejas — añado continuando con mi ropa.

— Está bien.  Yo busco otro quien me acompañé.

Me río de manera burlona—. Los celos no van conmigo, Eve.  Para sentir celos deberías de importarme y tú ni nadie me importa — dije saliendo de la habitación sin olvidar llevarme mi móvil que estaba en el suelo.

— ¡Desgraciado!

Su grito me hizo negar y seguir caminando.  Ése era el problema con las mujeres.  Le das más de lo que deberías y rápidamente se creen con derecho sobre tí.  Yo con ninguna tengo citas y mucho menos duermo abrazado a ella.  Es mi regla primordial.  Eve fue un pequeño error.  Estaba agotado por tanto trabajo en la oficina que me dije irme, pero mi cuerpo tenía otros planes.  Sin remedio me quede dormido. 

Salí del lujoso edificio y divise mi audi plateado a unos pies del lugar.  Con una resaca monumental me adentre en el coche y luego de unas aceleradas, arranque.  Hoy tenía unas reuniones importantes y conocería a una ingeniera que se estaría integrando a nuestro equipo de trabajo. 

Rick, mi amigo le había hecho la entrevista y quedó prendado de ella, y concluyó también de du inteligencia.  No me confiaba de su criterio porque él adora a la mayoría de las mujeres.  Además una mujer que se llame Constanza, no debe tener un gramo de belleza.  Tal vez tiene más arrugas que mi pobre madre o utilicé demasiado maquillaje para tapar sus imperfecciones. 

Ésa mujer debería pasar por mi inspección antes de decidir si se queda.  Esperaba que si fuera fea por lo menos lo recompensara con inteligencia porque no soportaba perder por ambos lados.

No creía que me metería debajo de su falda.  Ya eso traería demasiados problemas, ya bastaba con mi secretaría. 

Entre a mi departamento y taciturno entre a mi habitación que había sido recién decorada por un reconocido diseñador de interiores.  La estancia completa era en tonos rojos y negros, algo muy raro, pero así era que la quería. 

¿Enamorado de la hippie? ¡No puede ser! - SNSRTE 4 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora