Capitulo 26

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Capitulo 26

Bryan

Había pasado una semana desde que mi hijo esta en el hospital. Tiene cortes en la cara y todavía sigue en coma. Su cerebro esta inflamado y debemos esperar que la inflamación baje para ver si despierta. Todos los días le ruego a Dios que abra sus ojitos, pero el sigue allí inerte.

Tuve que ir a terminar los últimos asuntos de la constructora y ya nada más me ata a Rick. Todo fue tan raro. Él ni siquiera se atrevía a mirarme a la cara y hasta me dio el sesenta porciento de todo de lo que alguna vez compartíamos.

- Quiero ser justo. Ambos hemos trabajado en ésto. Te corresponde la mitad - dije sin todavía firmar los papeles que ya él había firmado.

- Te lo debo - susurro sin querer mantener contacto conmigo y salió de la oficina dejando a su abogado.

Todavía no entendía a que se refería con que me lo debía, pero en estos momentos no podía pensar con claridad. Mi hijo estaba postrado en una cama sin muchas esperanzas y yo sentía que me moría. Ahora que estoy perdiendo a lo que siempre quise tener, lo estoy perdiendo. No quería tenerlo conmigo de esta manera.

- Alexander, chiquito despierta. Deja que papá vea tus ojos. Quiero conocerte bebé - digo tomando su pequeña manito.

Como siempre no movió ni un sólo musculo. La desesperación me estaba matando. Ni siquiera podía conciliar el sueño pensando en que cualquier momento él podía dejar esta tierra. Además tampoco sabía como estaba Constanza. Teníamos que hablar sobre nosotros y sobre lo que le sucedió. Necesitaba saber quién le hizo daño y no iba a descansar hasta saberlo.

- Era un niño tan tierno - susurro su abuela entrando a la habitación con unos muñecos en las manos.

Cuando los miro quise sonreír, pero mi estado de ánimo no lo permitía. Alexander era digno hijo de su padre. Al parecer le encantaba los superhéroes porque su abuela tenía en sus manos a spiderman, superman, Hulk y Iron man.

- No lo era, lo seguirá siendo - afirme esperanzado de que despertará pronto y se sanara.

- Bárbara siempre dijo que eras un buen hombre y que sentía mucho que no pudieras estar con el niño - murmuró acariciando el pelo rubio de mi hijo.

Resople, no me sentía digno de aquellas palabras. Yo nunca había sido un buen hombre. Había sido un bastardo mujeriego, orgulloso y egoísta. Fui un mal hombre que lastimo a muchas mujeres.

- Gracias, pero no me considero un buen hombre - guarde silencio tragando el nudo en mi garganta-. Volveré en unas horas. Iré a comer y a ducharme. Por favor si algo ocurre no dude en llamarme.

Me despedí de mi hijo dándole un beso en la frente y le pedí que no rindiera.

Llego a mi departamento sintiéndome muy mal. Había sucedido tantas cosas en tan poco tiempo que no podía más. Constanza me odiaba, abusaron de ella y mi hijo se puede morir. Me senté en el mueble y lloré como un niño. Tenía tanto miedo de que Alexander no se recuperará. Nunca lo había tenido conmigo, pero lo amaba. Era sangre de mi sangre y lo quería más que a mi propia vida.

Quería verlo despertar, llevarlo al colegio y cuando ya fuera un adolescente, enseñarle como enamorar a una chica. No había experimentado nada con mi hijo y ahora la vida quería quitármelo. Tal vez, todo me lo merecía por el daño que había causado. ¿Mi hijo por el bebé de Dana? Seguí llorando un buen rato hasta que tome la iniciativa de ir a darme una ducha.

Estaba agotado y no podía solo con todo. Tal vez debería llamar a mi madre y decirle que tiene otro nieto.

Constanza

- No puedes seguir así. Tienes que dormir - dijo mi madre enfadada observándome de brazos cruzados.

Me habían dado el alta tres días después de que Bryan se marchará y ahora estaba en la casa de mi hermana desde entonces. Ya estaba loca por irme para que dejarán de atormentarme, pero mi madre parecía una lapa pegada a mí.

- Mira tus ojeras. Están púrpuras. Sabés que con buena alimentación y descanso mejorarás mucho más rápido - Se quejo mi madre acomodando la cama para obligarme a acostarme.

Suspire al ver que mi madre no se inmutaba.

- Mamá, te agradezco que te preocupes por mí, pero ya he cumplido con comer dejame tranquila. En unos días me iré - digo sentandome frente al tocador, pero mientras comenzaba a peinarme sentía que los ojos me pesaban.

Mi madre se pasa su pelo rubio por detrás de la oreja-. ¡Constanza Milagros Tomasa, deja de actuar como una niña consentida! ¡¿Tienes falta de atención?!

Mis ojos se abrieron por la sorpresa y me sentí muy mal. Yo no tenía falta de atención. Simplemente no quería dormir porque todo lo que veía era a Rick abusando de mí una y otra vez. Podía sentir su aliento y hasta su olor. Era repulsivo tener que vivirlo todas las veces que cierro los ojos.

- Ya mismo me largo para que no digas más estupideces.

- Arruinaste el día más importante de tu hermana por no cuidarte y actuar como una cría. ¡Eres una egoísta! ¡Ni siquiera viniste a tiempo para el vestido o pasar tiempo con tu hermana! Como puedes ser así...

De repente todo lo que estaba guardando dentro de mi exploto. No quería que me siguiera juzgando y el coraje me sobrepaso.

- ¡No fui egoísta! ¡No lo fui! ¡Mientras ustedes me reclamaban por un estúpido vestido tu hija estaba sola llorando porque un desgraciado la violó! ¡Está egoísta quiso morirse en una habitación de un hotel! ¡No puedo dormir porque solo veo a él, a él! - Brame enloquecida tirandome al suelo, llorando.

Los brazos de mi madre me envolvieron en un abrazo.

- Siento haber sido tan dura contigo cariño, pero de alguna manera tenía que saber lo que te sucedía - susurró a mi oído sin dejar de acariciar mi pelo mientras llorabamos-. Jamás has sido egoísta. Eres una mujer fuerte saldrás de esta. Debes acusarlo, Constanza.

- No puedo. Él tiene dinero y hará que nadie creá en mí - digo alzando la cabeza para mirarla.

Mi madre intentá limpiar mis lágrimas, pero es en vano porque siguen brotando por mis ojos. El dolor es demasiado grande y no puedo más con él.

- Buscaremos ayuda, cariño. No puedes permitir que un desgraciado dirija tu vida - Mamá beso mi frente-. Mírate Constanza no pareces para nada a la hippie que tenía que amenazar para que se rasurara - añade haciéndome sonreír.

- Ella no existe.

- Me vas a contar que hay entre Bryan y tú - negué-. A mi no me engañas. Él estaba muy preocupado por ti y no quería irse del hospital, ¿Qué tienen?

Limpie mis mejillas y negué-. Ya no hay nada.

- Será para tí, porque en él vi mucho más que nada - dijo con una sonrisa divertida.

- Bryan, no es para mí - susurre sintiéndome muy triste. Era imposible no dejar de sentir. Porque lo quería y ambos habíamos echado todo a perder.

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Hola subí rápido así que merezco un premio jajaja

¿Qué tal el capitulo? Yo estoy sufriendo por Bryan porque el siente que todo es su culpa. Ambos necesitan sanar sus heridas.

Un beso a tod@s y gracias por el apoyo.

¿Enamorado de la hippie? ¡No puede ser! - SNSRTE 4 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora