Capitulo 7
Bryan
Solo me acostaré con ella y la dejo olvidada aquí en Pennsylvania. Sí, ya esta dispuesta acostarse conmigo si es una mujer fácil.
Entre al baño a darme una ducha rápida y así intentar no arrepentirme. No quiero hacer sentir mal a Rick, pero ellos no son nada y ambos ya lo han confirmado. Lo mejor es que no se enteré para no lastimarlo. Rick puede encontrar una mujer mejor que ella, pensé muy positivo para hacerme creer que lo que voy a hacer esta más que bien.
— Solo una noche, Bryan — murmure mientras me colocaba mis bóxers negros.
Cuando por fin estuve totalmente vestido con un jeans crema y una camiseta azul, busqué en mi maleta los preservativos que llevaba siempre de emergencia. No pensaba arriesgarme a tener hijos por ahí para que luego se aprovecharan de mi dinero.
Salí de mi habitación y muy seguro toque su puerta. Hoy estaba seguro que domaria ésa fiera.
— Llegó usted demasiado pronto — dijo con una sonrisa divertida.
La garganta se me seco por completo. Constanza parecía una diosa virginal. Llevaba su pelo rubio suelto y estaba cubierta de encaje blanco. Sostén, pantis y medias, erán en encaje y para completar llevaba una bata abierta sobre ese hermoso atuendo. Mi entrepierna se encendió enseguida.
Deseaba poseerla ya y sin preámbulos. Ambos sabíamos a lo que venimos así que para que esperar.
— No me gusta dejar a una mujer esperando — dije enviando una pequeña señal de que ella no era la única.
Cerré la puerta y la tome de golpe por la cintura e intente besarla, pero ella se echó hacía atrás.
¿Ahora qué?
— No tán rápido, señor Smith. ¿Por qué tan ansioso? — dijo soltándose de mi agarré y caminando con una sensualidad que me daja boquiabierto.
Que mujer.
— No me gustan los rodeos, Constanza. Me gusta ir al grano — digo con seriedad.
Constanza se voltea y sonríe—. Muy bien. Ponte cómodo — dice desapareciendo de mi vista. Tal vez había ido a la cocina, pensé mientras me quitaba la camisa.
Estaba en bóxers sentado sobre la cama cuando ella apareció completamente desnuda. Tragué saliva e intenté esconder la erección que se apretaba en mis bóxers.
Era una diosa completamente. Tenía unos pechos turgentes y unos pezones rosados. ¡Santo cielo! ¿Por qué se desnudo? Yo quería desnudarla. ¡Mierda!
— ¿Qué haces en la cama?
— Lógico esperandote — respondo sarcástico y ella se cruza de brazos.
— Fuera de la cama y ven al mueble — señalo un mueble blanco y largo que estaba en un rincón—. La cama yo la reservo para un hombre especial y creo que usted no lo es.
Sus palabras las recibí como un puñetazo en el estómago o peor aún en el rostro.
¿Tiene alguien especial?
Me levanto mirándola con coraje y me acerco a ella. Con brusquedad tomo poseción de sus labios y los muerdo. Mis manos recorren su cuerpo tomando todo lo que quiero, lo que deseo. Solo está noche su cuerpo es mío y lo voy a usar.
Mis labios descienden por su cuello y ella me empuja haciendo que caiga sobre el mueble. Sonrió con lascivía y ella se coloca a horcadas sobre mí. Sus manos recorren mi cuerpo como una leona. Besa y chupa mi pecho, pero estaba seguro que no estaba marcandome. Con una maestría asombrosa toma mi pene y lo libera de su prisión.
— ¿Preservativo? — jadea ella mordiendome el lóbulo de la oreja mientras acaricia mi supermiembro.
¿Qué me haces? Siento que voy a explotar en cualquier momento.
— En...la cama — susurro tirando mi cabeza hacía atrás cuando vuelve a darle un leve halon a mi amigo de muchas batallas.
Constanza se levanta y busca el preservativo. Sin mucho preámbulo lo coloca y se sienta sobre él.
— ¡Joder! — exclamó tomando sus caderas. Aprovecho para volver a besarla y acariciarla como quería.
Constanza comienza a moverse con movimientos precisos y muy sensuales. Siento que ya voy a llegar y a penas a comenzado. Sería una vergüenza si termino tan pronto.
¡Maldición!
Cerré los ojos avergonzado por haber terminado primero. Sus ojos miel me miraron como diciéndome: ¿Eso fue todo? Quería morirme. Bajo mi cabeza a dónde ambos estamos unidos y por dentro maldigo al engendro que no estuvo a la altura.
Constanza se puso en pie—. Puedes vestirte e irte — dice como si nada hubiese pasado.
— ¿Qué?
— Qué te puedes ir. Ya terminamos y ya puedes irte — dice con naturalidad. Mira un pequeño reloj al lado del mueble—. Sí, vete porque quiero descansar.
— Siento que no va ser así. Te debo un orgasmo — digo intentando sonar seguro. ¿Desde cuándo me siento inseguro?
— No me debes nada. Además no tenémos una relación para que me debas algo. Voy a darme un baño que cuando salga no estés aquí — dice muy seria para luego entrar en el baño.
Y yo todavía estaba sentado como un estúpido, con mi pene muerto y el preservativo puesto.
¿Puede ser más humillante?
Furioso tomó mi ropa y me visto lo más pronto posible. Por nada en el mundo quería encontrarme con esa diabla. Ya vestido salgo dándo un fuerte portazo y me adentro en mi habitación.
— ¡Cabrón! ¡Eso es lo eres! — exclamó a mi mismo.
Me sentía usado. Constanza prácticamente me violo y yo estuve como un maldito virgen.
¡Me boto!
Tú has hecho lo mismo con muchas mujeres.
Me alertó mi subsconciente de mierda.
— ¿Cómo pude acabar tan pronto? ¿Será qué estoy comenzando un problema?
¡No! ¡No!
****
— ¡Eres...increíble! — exclamó la morena de grandes pechos que había conocido en el bar del hotel.
Después de haberme sentido como un poco hombre, me duche y baje al bar del hotel. Quería comprobar que seguía siendo un hombre completo.
— Eso me han dicho — murmure quitandome el preservativo y me levante para tirarlo a la basura.
Me sentía aliviado de haberme asegurado que mi super amigo de guerras todavía estaba bien para la batalla.
— ¿Quieres verme esta noche?
— No — murmure intentando recordar su nombre.
¿Cómo era que se llamaba? No es importante.
— Entonces me voy — dice asomando su cabeza al baño—. Que te vaya bien, guapa — respondo mientras entro a la ducha.
Luego de largos minutos después salgo y me encuentro con la billetera en la cama. La tomo inmediatamente y la muy perra se había llevado los seiscientos dólares que traía, excepto mis tarjetas de crédito.
— ¡Zorra!
¿Pagué por servicios sexuales? ¡Mil veces mierda!
*****
Hola...
¿Qué opinan del capitulo? ¿ya tuvieron sexo? ¿La cama solo para alguien especial? ¿Que creen de la manera que ella lo trato?
Voten y comenten!!!
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¿Enamorado de la hippie? ¡No puede ser! - SNSRTE 4
HumorBryan no ha tenido suerte con las mujeres y todo porque solo busca la belleza en ellas. Bryan es un infeliz arrogante que con el paso de los años amaso su fortuna, haciendolo el hombre más deseado entre las mujeres. Nunca ha mirado más allá del fí...