Capitulo 25
Bryan
El coraje que había utilizado Constanza me dejo boquiabierto. ¿Por qué estaba tan alterada? En el mes y medio que no la había vuelto haber la extrañé terriblemente, pero ahora que la veo siento que me muero por tenerla cerca, por besarla y abrazarla. Nada sería igual, lo sabía y lo sentí en ella cuando entre a su habitación.
También note que estaba demasiado delgada y que la manera nerviosa en que reaccionaba no era usual. Parecía triste y abatida. Parecía como si estuviera a punto de quebrarse y eso me preocupaba. ¿Acaso soy yo el culpable? Si en realidad es mi culpa voy a sentirme peor de lo que ya me siento.
— La vi salir, ¿Por qué no vas a interceptarla? — murmuro mi hermana apareciendo detrás de mí.
Sonreí con tristeza—. No, debo darle su espacio. Ahora esta molesta y no serviría de nada — digo desolado por como se estaban dando las cosas.
— Tal vez tienes razón — susurro Dana sin dejar de lanzarle miradas perversas a su marido.
— Por favor Danatella respeta la boda de tu amiga. No hagas de las tuyas.
Danatella soltó una carcajada—. Laura se sentirá defraudada si no hago algo morboso por aquí — dice divertida y yo ruedo los ojos.
— No seas pervertida...
— ¡Ayuda! — La inconfundible voz de la pelirroja se escucho y al mirar en su búsqueda para ver que pasaba la vi intentando sostener a mi... a Constanza.
¿Qué diantres había pasado? Preocupado corrí a ella, pero Arnold llego justo a tiempo para levantarla en sus brazos.
Constanza estaba inerte y su cabeza colgaba hacía atrás. Se le veía débil y muy pálida. Arnold la intento sentar en una silla y en cuestión de segundos ya muchos estaban rodeandola.
— ¿Qué le paso? — pregunte a Cereza sin apartar los ojos de la mujer de mi vida. Su madre en éstos momentos tenía una botella de alcohol para intentar que reaccionara.
— Estábamos hablando y se desplomó. Si no la sostengo a tiempo se cae por las escaleras.
Asentí sin mirarla. Mis manos sudaban deseando poder tocarla. Quería asegurarme de que estaba bien y sabía que no lo estaba. Desde hace horas me había dado cuenta que algo andaba mal, muy mal y no iba a para hasta saber que sucedía.
Poco a poco fue abriendo los ojos, pero la veía demasiado débil. Ni siquiera podía ponerse en pié. Como quería estar cerca de ella ne ofrecí a llevarla al hospital. Agradecí a Dios, que no se opuso porque si no explotaría. Yo no puedo creer como pueden haber mujeres tan orgullosas.
Llegamos a urgencias en silencio. Ella permanecía con los ojos cerrados y yo solo me ocupe de manejar. En realidad estaba preocupado por ella. Cuando la ayude salir del auto su móvil comienza a sonar, pero lo ignora.
— Ya falta poco, cariño — murmure agarrandola fuertemente de la cintura.
Constanza asintió, pero no dio dos pasos más cuando volvió a desplomarse se sobre mis brazos. Estaba tan pálida que me asuste.
— ¡Un médico! ¡Necesito ayuda! — exclamé tan pronto las puertas se abrieron.
Rápidamente dos enfermeras se acercaron con una camilla y la coloque sobre ella. Las enfermeras preguntaron por sus datos y desaparecieron. Me quede con su pequeño bolso, muy preocupado. ¿Qué le estaba pasando? Constanza había logrado romper todas mis barreras y por eso era mi hada. Una mujer que con su magia había conseguido enamorarme y hacerme ver que había más allá en el corazón de una mujer y del mío propio.
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¿Enamorado de la hippie? ¡No puede ser! - SNSRTE 4
HumorBryan no ha tenido suerte con las mujeres y todo porque solo busca la belleza en ellas. Bryan es un infeliz arrogante que con el paso de los años amaso su fortuna, haciendolo el hombre más deseado entre las mujeres. Nunca ha mirado más allá del fí...