Capitulo 36

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Ahí estaba mi madre: Hasilon rosem.
Al verla sus ojos castaños se abrieron de tanta alegría, claro. No me veía desde casi un año, y es normal.
Su cabello pelirrojo se desordenóal abrazarme. De reojo vi a mi padre saludando con la mano al padre de Cedric, que ya hecha a camino hacia su casa.

Escuche un «Gracias» de mi padre.

-hija, que gusto -dijo mi madre mientras me acariciaba la mejilla.

-que bien que estas aquí otra vez, _____.

-lo mismo digo -dije sonriéndoles.

Claro que luego de eso tuvimos una larga conversación  acerca del torneo, y no fue menos. Estaban preocupados así que les conté a cerca de todo lo que había sucedido en el año. Al menos casi todo.

El verano fue espantoso.
No recibí ni una sola carta.
Ni Ginny, ni Harry, ni hermione....
Nadie.
Le escribí a Ginny al menos 4 veces, pero no recibí ni una sola carta de vuelta.
Tampoco de Draco, aunque no le escribí. Quizá fue por eso, tal vez el Quería que yo le escribiera.
El tiempo fluyó normal hasta que...
Un día los Weasley vinieron a por mi.

No pude escuchar mucho de lo que el señor Weasley habló con mi padre, pero luego de hacerlo mi padre me dijo que subiera, ordenara todas mis cosas y lo acompañara.

Ginny vino con él, así que me ayudó.
No le quise preguntar nada, pues tenía una cara bastante extraña.

Luego de salir de mi casa, llegamos a un edificio ancho y negro.

-ven -me había dicho el señor Weasley-. Tenemos que ser discretos y no te preocupes, luego te hablaremos de todo. Adentro ¿vale?

Entramos por un pasillo angosto y por poco me había tropezado con un paragüero que había en la entrada.

-ven -había dicho Ginny.

La seguí y llegamos a un tipo de comedor, o mejor dicho la puerta donde se oían una voces.

-Luego veremos que sucede -dijo Ginny virando a la derecha donde había una escalera -. Mamá está cocinando, así que luego cenamos.

Subimos por una escalera que hacia crujidos cada vez que pisaba un escalón.
Toda la casa tenía un aspecto lúgubre y oscuro, que llegaba a dar la sensación de que en algún momento todo iba a quedar obscuro y no sabrías a donde ir.

Unos murmullos sonaron y un cuerpo de aspecto arrugado y con una nariz prominentemente grande apareció haciendo rezongo.

-deja -había dicho Ginny moviendo la mano como si no le importara-. Es Kreacher.

El elfo me miró con asco arrugó la frente.

Me condujo a una habitación cuadrada muy fría, que incluso me provocó un escalofrío.

Ginny estaba algo pálida y tenía aspecto cansado.
Además, la gélida habitación parecía una jaula donde un montón de gatos hubiesen arañado.

-No soy la más indicada -me sacó de mis pensamientos de golpe, mirándole fijamente -. Pero quizás pueda adelantarte algo.

Silencio.
Solo se escuchaban nuestras respiraciones. Andantes, como si el oxígeno se fuese a congelar.

-Luego de lo que pasó el curso pasado -continuó -. Dumbledore creyó necesario crear una organización. La llamamos "la orden del Fénix" -tragó saliva, como si estuviera a punto de hacer una arcada y eso lo hubiese impedido -. Es para luchar contra el-que-no-debe-ser-nombrado.

Me froté las manos en mi regazo intentado generar algo de calor, pero el frío no lo permitió.

-¿y qué hago yo acá? -dije.

-no estoy segura.

No dijo nada más, pero vi algo en su cara que indicaba que no lo estaba pasando bien.

Una historia con Draco Malfoy [draco y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora