25.- Alisa Ravenwood

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-Estoy haciendo mal al contarte lo escrito en este libro, pero no importa comencemos con la historia de Alisa Ravenwood...-

Era una mañana soleada en Cloudbridgets, un pequeño pueblo de Canadá, y aunque el sol irradiaba su cálida luz, el frío se hacia presente y recalaba en los huesos de los nativos, a excepción de una niña.

Llevaba puesto un vestido negro con un listón azul atado en la cintura. Salió de una cabaña, y comenzó a jugar con la nieve, detrás de ella una mujer salió corriendo, llevaba un abrigo en las manos.

-¡Alisa! ¡Ven acá! No olvides abrigarte- Decía la mujer que al parecer era su madre.

-¡No quiero!- grito la niña haciendo muecas y lanzándole bolas de nieve a su madre.

-¡Tiara Alisa Ravenwood! ¡ven acá de inmediato!- Gritó la madre furiosa.

-¡No quiero!- replicó la niña.

Sonó una explosión a lo lejos. Varios disparos le siguieron. Tiara corrió hacia su madre y la abrazó.

-Tranquila hija, todo va a estar bien- dijo su madre mientras besaba su frente.

Un objeto metálico en forma de una semilla cayó frente a Tiara y su madre. El objeto comenzó a brillar y emanar humo.

-¡Cubrete!- Gritó la madre de tiara mientras abrazaba fuertemente a su hija. El objeto metálico hizo explosión, pedazos de tierra salieron volando, una nube de humo se levantó. Cuando Tiara abrió los ojos vio a su madre con muchas heridas, con sangre brotando de su frente, nariz y brazos. Al mirar el vientre de su madre vio que había un enorme hueco, los intestinos caían y sangraban a chorro. Tiara comenzó a gritar.

-No grites hija, yo estoy bien, estaré bien, solo cierra los ojos y no los abras hasta que te diga. ¿Entendiste?-

Tiara cerro los ojos. Su madre le alejó un poco, comenzó a desvanecerse hasta que desapareció, era como si nunca hubiera existido. Luego de la nada apareció como si nunca hubiera sufrido ni un rasguño, se frotaba el ojo izquierdo. Abrazó a su hija con una sola mano y susurro.

-Ya puedes abrir los ojos.-

-Mamá, ¿Que le pasó a tu ojo?- Preguntó Tiara.

-No te preocupes por eso, ve a la cabaña y escondete en el sótano.-

Las explosiones eran cada vez mas fuertes. Tres hombres salieron detras de los árboles, vestían pantalones negros y chaquetas de cuero. Uno de ellos llevaba un cetro, era de piel morena y tenia una cicatriz en la mejilla.

-Irina Ravenwood, estás acusada de tener en secreto una valkiria, entregala y tu juicio será leve- Grito el hombre del cetro. El hombre de la izquierda sacó un enorme libro y el de la derecha un gran reloj de arena.

-No es una valkiria, no tiene poder alguno, es una niña solamente...- Gritó la madre de Tiara.

Tiara regresó a donde estaba su madre, sin embargo se quedó escondida detrás de unos arbustos.

-Tiene sangre Ravenwood y Riverplate, es una amenaza para todo ser vivo, ya sabes lo que les pasa a las valkirias- sentenció el hombre del cetro.

-Elder por favor, no hagas esto, hazlo por mi que soy tu hermana, no me quites a mi hija- Escondió sus manos detrás de su espalda y comenzó a ponerse anillos en los dedos.

-El protocolo...-

-¡Deja el maldito protocolo! Somos tu familia...-

-Para un guardián no existe la familia-
-Así que esa es tu decisión...- Dijo Irina decepcionada.

Elder comenzó a recitar en un lenguaje extraño mientras la esfera que estaba en la punta del cetro comenzó a brillar. Giró el cetro frente a el formando un circulo de luz y luego apuntó hacia Irina. Un rayo salió despedido de desde la punta del cetro y avanzaba hacia Irina.

El anillo del pulgar izquierdo de Irina comenzó a brillar, una enorme esfera de energía se formó alrededor de ella y repelió el rayo. El anillo se rompió.

El anillo del dedo meñique derecho brilló de color azul y reventó. Una espada comenzó a salir del suelo. Irina tomó la espada y corrió directo a Elder arrastrando la espada en la tierra. Levantó la espada que lanzó tierra y nieve hacia Elder. Él se cubrió con su cetro.

Una fuerte explosión sonó, pedazos de tierra y nieve salieron despedidos por el aire. La espada y el cetro chocaron produciendo un brillo de color rojo y azul.

La mitad del vientre de Irina había desaparecido, comenzó a brotar chorros de sangre. Los cuatro anillos de la mano derecha desaparecieron. Pequeñas hebras de carne comenzaron a salir del cuerpo de Irina tapando el hueco en su vientre.

-¿Como es que sabes hacer eso? Irina, ¿Encontraste el taumonomicon?- preguntó Elder asombrado.

-Encontre algo mejor que esa basura- Dijo irina sonriendo.

-Acaso... ¿Encontraste el...

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-Que extraño, las páginas que le siguen están arrancadas.- Dijo el pequeño chico.

-Espera, ¿Tiara es mitad ravenwood y Riverplate?- Pregunté.

-Y no es la única-

-Siento que me estás ocultando algo-

-Se supone que yo no tenía que contarte nada-

-Esto me deja con mas dudas, pero supongo que tengo una idea de donde encontrar el pergamino, disculpame niño-

-¿Por qué te dis..- No tenía tiempo que perder, ese niño sabía mas de lo que estaba contando. Sí al morir un escriba nace otro, se supone que el anterior deja el cargo mas no los recuerdos, sí aun conservaba los recuerdos, solamente tenía que revivirlo. Todo eso pensaba mientras mi mano atravesaba el pecho del niño. De Marielize aprendí a utilizar el camino Besta, era algo que solo la había visto hacer, sin embargo era la primera vez que yo lo intentaba.

-perdón...-

Apócrifo I El Diario De Una NecromancerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora