Capitulo Veintiocho.

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-Oh -susurro-. Umm, no... en realidad... yo vivo con él. Me acabo de mudar allí la semana pasada.

Con una expresión atónita, Mike dice:

-Entonces, ¿vives con él? ¿Cómo sin tus padres?

-Sí, por favor, Mike, no puedes decirle nada a nadie. Por favor, por favor, no digas nada -ruego.

Sacudiendo su cabeza, asegura:

-No, te prometo que no voy a decir nada, pero Emma, crees que es una buena idea. Quiero decir ¿cuánto tiempo has estado saliendo con este tipo? Es decir, sólo eres de último año.

-No estamos saliendo, por decirlo de alguna manera. Somos compañeros de cuarto -afirmo.

-¿Por qué te mudarías con un tipo con el que no estás saliendo? Estoy muy confundido.

Poco a poco, bajo mi almuerzo.

-Está bien, voy a explicarlo, pero estoy confiando en que no digas nada. Me arruinarías si lo hicieras.

-Está bien, no voy a repetir nada ―responde Mike, bajando sus cosas-. Ahora, dime.

-Bueno, la razón por la que soy tan tímida sobre mi vida en casa es porque mi mamá es una alcohólica. En realidad, no es ni siquiera una madre; ella solo me dio a luz. De todos modos, la otra noche su novio estaba en casa... y algo sucedió. -Me detengo y miro a Mike.

Él frunce las cejas.

-¿Él le hizo algo a tu mamá? -Respiro profundamente y niego. Es entonces cuando una lágrima cae por mi mejilla. Yo la limpio. Mike me mira y luego tiene una mirada de horror-. ¿¡Te hizo algo a ti!?

Ahogando mis palabras, respondo:

-Sí. -Cuidadosamente, quito la bufanda de alrededor de mi cuello. La mano de Mike se dirige rápidamente a su boca-. Él me sujetó e intentó... pero no lo logró. Niall no me dejaría volver. No quiero volver. Así que, es por eso que me mudé con él. -Rápidamente, envuelvo de nuevo la bufanda alrededor de mi cuello.

-Lo siento mucho Emma -dice Mike en voz baja-. ¿Estás bien?

-He estado mejor -me rio con nerviosismo-. Niall está cuidando bien de mí y sentí que podría lograr pasar por un día de escuela.

Mike se estira a través de la mesa y pone su mano sobre la mía.

-No le diré nada a nadie, lo prometo. Los chicos de por aquí pueden ser despiadados. Puedo entender por qué estás tan asustada. No hiciste nada malo, Emma.

-Es difícil pensar de esa manera. -Suspiro-. A veces, es como que no pasó, como si fuera tan irreal, que no podría haber sucedido.

-Me alegra que Niall estuviera, bueno, que este ahí para ti. Si necesitas algo, puedes pedírmelo. Me doy cuenta de que sólo tengo 18 y todavía vivo con mis padres, pero estoy aquí, si me necesitas.

Eso me hace sonreír.

-Gracias. No me importaría tener una bolita de queso.

Sonriendo, Mike dice:

-Puedo hacer eso.

Nos sentamos por el resto del almuerzo hablando en voz baja. El no trae a colación de nuevo lo que le dije. Es agradable no tener a alguien fisgoneando al respecto. En realidad, hay unas pocas veces en las que me río. Mientras caminamos fuera del salón, le digo:

-Gracias Mike. Esto fue agradable.

-Oye, voy a conseguirte tu propia bolsa de bolitas de queso mañana. Solo no le digas a Niall. Tengo la sensación de que no estaría muy feliz conmigo. Estoy siendo una mala influencia, tratando de conseguir engancharte en una merienda con carbohidratos de queso falso.

El Arte De La Vida 《N.H》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora