Capitulo cuarenta.

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A la mañana siguiente me despierto mirando el pecho de Niall.

Cierro los ojos y a continuación los abro súbitamente. Estamos yaciendo aquí, con las piernas completamente entrelazadas, y mi mano derecha sosteniendo su izquierda. Nuestros dedos están apretados firmemente juntos, y Niall los tiene presionados contra su pecho. Cuando muevo mi cabeza, nuestras caras están a escasas pulgadas de distancia. Mi agitación parece despertarlo. Niall inclina la cabeza hacia abajo para que estemos cara a cara. -Buenos días.

-Buenos días -le susurro.

Niall coloca su frente en la mía y cierra los ojos. No estoy segura de qué hacer. Esto se siente muy bien, tan increíblemente bueno, pero sé que tiene que ser malo, ¿verdad? Empiezo a tirar de mi mano y Niall parece reacciono a dejarla ir. Sin querer dar un tirón, tan sólo giro la mano. Me suelta y gira para ponerse sobre su espalda. -Lo siento -murmura-. No quiero que estés incómoda.

-No es eso -le digo, moviéndome a su lado-. Sólo quería levantarme.

Se vuelve y me mira. -Estas muy bonita esta mañana. Tu cabello son rizos desordenados colgando sobre tu cara.

-Ewwww -me quejo, poniendo mi cara en su pecho.

-No -me tranquiliza-. Es lindo.

Levanto la vista hacia él y nuestras caras están muy cerca. -Tú eres lindo cada momento de cada día, así que no creo que necesite decírtelo.

-Hey, todavía es agradable escucharlo de vez en cuando, sobre todo viniendo de ti -dice Niall.

-Bueno, entonces -comienzo-. Te ves caliente esta mañana. -Voy a rodar encima de él, y rápidamente me aparte y se sienta. Sorprendida, le digo-. ¿Qué he hecho?

Resoplando Niall responde-: Um, nada en particular. ¿Puedes ir a preparar nuestro café?

-Sí, claro, pero ¿por qué estás actuando tan gracioso?

Apartando la mirada, Niall presiona ligeramente-: Solo vete a hacer algo de café Emma.

Eso me hace sentir un poco triste y rechazada. Me levanto y voy a la cocina. Mientras preparo el café, Niall sale y se une a mí. -Lo siento.

Me aparto de él. -No entiendo lo que hice mal.

-Confía en mí, no hiciste nada malo -Niall sonríe y suspira al mismo tiempo-. Emma, si piensas en ello, creo que podrías entenderlo.

Girando, sólo lo miro. -¿Qué podría entender?

Niall gime y se frota la cara con las manos. -Un chico que se despierta con una chica apretada contra él en una manera tan íntima, hace que ciertas cosas sucedan.

Mi mente queda en blanco por un rato y luego mis ojos se abren enormes. -Oh... ¡OH! Oh, Dios mío, lo siento.

-¿Por qué demonios pedirías disculpas? -Niall ríe-. Yo soy el que se avergüenza.

-¿Estás avergonzado? -le pregunto.

Toma una respiración profunda. -Sí, sólo un poco.

-¡ANOTACIÓN! -exclamo, levantando las manos en el aire-.

Encontré la única cosa que te avergüenza.

Sus ojos casi ruedan hacia la parte posterior de su cabeza. -¿Qué vas a tratar de hacer, excitarme en público ahora? De lo contrario, no estoy seguro de cómo te vas a beneficiar de esta vergüenza.

-Podría tratar de hacer eso -le respondo, tocando mi barbilla-. Eso podría hacer las cosas interesantes.

-Sabes una parte de mi dice va a decirte que no, pero entonces la parte del chico en mí es como... yo juego.

El Arte De La Vida 《N.H》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora