Pov Hyukjae
Me subí las gafas por quién sabe qué vez, mirando como Jessica y él hablaban con Sooyeon en la puerta de la sala. Era enorme, así que no podía oír absolutamente nada desde mi posición: sentado en el suelo de piernas cruzadas. Con los codos en las rodillas, apoyé la barbilla en mis manos y bufé. Hacía al menos diez minutos desde que Jessica había llegado tan oportunamente como siempre, había cogido a Donghae del brazo y lo había sacado del vestuario. Lo único que había hecho que me sentara más o menos tranquilo, a parte de Taeyang y Sooyeon, había sido ver cómo él la apartaba. Aunque en ese momento parecía haberse resignado a que ella se apretara contra su brazo. Bueno, a que apretara sus pechos inexistentes contra su brazo.
Era una pesada. ¿No se daba cuenta de que Donghae no le prestaba la más mínima atención? No sabía cómo era con ella cuando estaban solos, pero algo me decía que él no era precisamente caballeroso. Traté de contener una sonrisa y terminé tapándome la boca con las manos para que no se notara. Me lo imaginaba dejándola plantada en la calle en lugar de llevarla a casa como un buen novio. O quizá invitándola a cenar para hacer que luego pagara ella.
—¿Qué es tan gracioso?
Di un salto en el sitio que casi hizo que me levantara. Me aparté las manos y levanté la cabeza para mirarlo. Taeyang me sonrió y se dejó caer a mi lado con su libreta en el regazo; parecía tener todos los pasos de baile apuntados ahí. Quizá tenía todas sus coreografías en esa libreta. Dios, necesitaba leerla. Había visto todas sus actuaciones, Hyoyeon y yo nos habíamos aprendido más de una coreografía, nos sabíamos sus canciones. Realmente era tan fan de Taeyang como había visto que muchas lo eran de Donghae. Aunque yo no estaba loco ni era capaz de robarle su taza de café para venderla.
Me di cuenta de que me había quedado empanado cuando su mano se movió delante de mis ojos. Sacudí la cabeza y me salió la risa nerviosa.
—Nada —respondí a saber cuánto tiempo después.
Taeyang dejó la libreta a su otro lado y se cruzó de brazos, mirando como Donghae sacudía sus manos y Jessica continuaba pegada a él como una garrapata. ¡Que no la quería, joder!
—¿Sabes de dónde a salido?
—¿Eh? —lo miré de reojo. Taeyang me estaba hablando y quería prestarle atención. Pero no podía dejar de observar la ridícula escena.
Sooyeon puso los ojos en blanco y apoyó su mano en el hombro de Donghae, que se cruzó de brazos, dejando todo su peso en una de sus piernas. Me mordí el labio al ver cómo se fruncía su pantalón de chándal bajo su culo. Luego Jessica apareció delante de mi maravillosa vista y lo abrazó por detrás.
—Estaba esperando a que salierais y de repente ha aparecido preguntando por Hae. Te juro que no la he visto entrar. Debe de ser una bruja... —y rió, simulando que temblaba.
—Pues que coja su escoba y desaparezca —me fue imposible no mascullarlo. Me estaba poniendo nervioso. A Donghae también. Lo vi darse la vuelta con cara de cansancio y apartarla, pero ella solo volvió a hacerlo. ¿Cómo no iba a terminar resignado? Si era terriblemente insistente.
—¿Escoba? —Taeyang se inclinó sobre mi oído. No podían oírnos, pero supe que lo hacía solo porque sí. No podía creerme que estuviera bromeando con él— No creo que Jessica sepa siquiera lo que es una escoba.
—Pues hace tiempo puso una lavadora en mi casa —se apartó con los ojos muy abiertos, sin creerse lo que acababa de decirle.
—Lo que yo digo: es una bruja.
—No te cae bien, ¿verdad? —una parte dentro de mí estaba saltando de felicidad por lo que estaba ocurriendo. La otra estaba mordiendo una cuerda para no saltar contra Jessica de la rabia que me daba solo verla ahí, abrazándolo, tocándole el pelo.
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❝Hey! Don't touch me❞ [EunHae +18]
Fanfiction▶Queda prohibida la copia total o parcial de esta historia◀