Capítulo 42

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Pov Donghae

Salí de la ducha después de media hora bajo el agua caliente. No porque tardase tanto tiempo en lavarme, sino porque me había quedado embobado con el dibujo de los azulejos de la pared mientras pensaba en todo lo que estaba ocurriendo. Había salido de Corea para poder ser libre durante un par de meses y ahora estaba en un lujoso hotel de Bali, parándome frente al espejo sin que esa pervertida sonrisa que tanto me gustaba apareciera por encima de mi hombro.

La habitación en la que nos alojábamos era tan grande como un apartamento. Tenía cocina, salón y tres habitaciones con baño propio. Hyukjae y yo nos encontrábamos en dos de ellas, las cuales estaban separadas por la de mis padres. No entendía por qué odiaban tanto el hecho de que durmiéramos juntos. No solo se habían esmerado en cambiar de hotel para que tuviéramos habitaciones individuales, también se habían asegurado de que la de matrimonio estuviera en medio. Nunca me habría imaginado que mis padres fueran tan retrógrados.

Y eso que pensaban que solo éramos amigos.

¿Cómo diablos iba a salir del armario con ellos?

Me froté el pelo con las manos para sacar mi frustración. No funcionó demasiado bien, ya que seguía tan nervioso como antes. Lo único que quería era dormir, fingir que mi enorme almohada era el cuerpo de Hyukjae y abrazarme a ella toda la noche. No obstante, tenía hambre, y mis padres se iban a extrañar demasiado si no bajaba a cenar con ellos en nuestro primer día de reencuentro después de muchos meses separados.

Así que no tuve más remedio que terminar de secarme y salir del baño. Mis planes eran ponerme un pantalón corto y una camiseta ancha, algo cómodo que luego pudiera usar como pijama si no me apetecía cambiarme. Apreté la toalla alrededor de mi cintura para que no se cayera mientras me agachaba frente a la maleta. La abrí y busqué primero la ropa interior. Estaba a plena vista dentro de una bolsa. Dejar que Hyukjae la organizara había sido una buenísima idea.

—Es el mejor —murmuré para mí.

—¿Quién es el mejor? —respondió otra voz contra mi nuca.

Salté por el susto, golpeando la cara de la otra persona con mi cabeza. Le oí quejarse y luego reír, y reconocí su risa al instante. Me llevé una mano al pecho mientras me levantaba para enfrentarlo.

—¡Imbécil! —lo golpeé en el hombro— ¿Qué haces aquí? Deberías estar en tu habitación.

Se llevó un dedo a los labios para mandarme callar. Arrugué el ceño, un poco molesto hasta que me di cuenta de que lo hacía para que mis padres no se dieran cuenta de que estaba allí. Entonces me cubrí la boca con una mano. Esperaba que no me hubiesen escuchado.

—Tenía la esperanza de que todavía estuvieras en la ducha —respondió. Su voz baja era tan pervertida como la normal.

O puede que más.

—Pu-pues llegas tarde.

—No tan tarde como creía...

Me miró de arriba abajo, mordiéndose el labio inferior con lascivia. Comprobé que no se me había caído la toalla. Y no era así, seguía llevándola bien sujeta alrededor de mis caderas, pero eso no era impedimento para que su imaginación volara. Para que sus pupilas se dilataran, sus mejillas enrojecieran y sus manos acabasen tomándome con fuerza de la cintura. Noté sus dedos clavándose en mi piel.

Pero no me molestaba. Por mucho que me dijera a mí mismo que teníamos que ser cuidadosos, mi cuerpo estaba tan caliente como el suyo. Jadeé cuando pegó mi pecho desnudo al suyo, cubierto por una camiseta. Apoyé las manos en sus hombros para apartarlo.

—Hyukkie...

Me cayó con un beso, y ya no tuve más remedio que dejarme llevar. Estiré los brazos para luego rodear su cuello con ellos. Al notar esto, metió la lengua en mi boca y bajó las manos hasta mi trasero, el cual apretó tan fuerte que pensé que estaba a punto de levantarme del suelo. No fue así. Solo se dedicó a devorar mi boca y tragarse cada uno de mis suspiros.

❝Hey! Don't touch me❞ [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora