Dejé caer la sien en la pared. La dependienta me miró por quinta o sexta vez e igual que las anteriores tuve que sonreír y negar con la cabeza. No necesitaba su ayuda, necesitaba que Donghae saliera de una vez. O que al menos me dejase entrar al probador con él.
-¿Te falta mucho? -pregunté otra vez, jugando con su gorro entre mis manos. Él no contestó, de nuevo, y si no hubiese sido por el sonido de cremalleras subiendo y bajando que atravesaba la puerta, me habría preocupado- Sé que yo te he traído aquí y todo eso... ¿pero no crees que deberíamos volver a casa? Es tarde, estoy caliente y me da un poco igual cómo vayas vestido. Por Dios, llevas más de una hora ahí metido.
Esperé una respuesta, una maldita palabra, pero lo único que obtuve fue su mano asomando por encima de la puerta y dándome un disfraz de sirvienta. Me quedé mirándolo durante varios minutos, extrañado. Si bien yo se lo había dado, no esperaba que me lo devolviese. ¿Le habría gustado? Me reí de mí mismo. ¿Donghae sirviéndome y con falda? Era algo que solo pasaba en mis sueños.
Le devolví el traje a la dependienta e inmediatamente retomé mi posición de novio que espera al otro lado del probador. Ni siquiera con Hyoyeon había tenido este problema. Y mucho menos en un sexshop. Resoplé. Avancé hasta la puerta y la golpeé con el puño suavemente.
-Bebé -dije, aguantando las ganas de gritar su nombre completo con exasperación-. Sal de una maldita vez.
-¿Por qué todo es tan sexual?
Alcé una ceja. No podía creerme que hubiera hecho esa pregunta. Me reí, miré a mi alrededor y no pude evitar soltar una carcajada al ver el nombre en letras de neón al otro lado del escaparate.
-Estamos en una tienda erótica, ¿qué esperabas?
-N-no sé... algo normal -imaginarlo ruborizado era de los pocos placeres que podía permitirme en ese momento. Y lo estaba disfrutando con creces mientras oía cómo intentaba explicarse- Sin... sin agujeros, medias, faldas, p-penes de mentira o transparencias.
-Hay ropa interior comestible -me mordí el labio.
-¡N-no voy a ponerme nada de eso! -gritó.
-Puedo ponérmela yo -un gruñido se me escapó sin querer. No me daba vergüenza admitir que comenzaba a tener una erección solo imaginando su boca arrancándome los bóxer de un mordisco.
-Eres un... -él no terminó la frase, pero yo me encontré poniendo los ojos en blanco como si lo hubiese hecho. Di otro golpe en la puerta- Dame mi ropa.
-¿Has elegido algo ya?
-Nada. Dame mi ropa.
-A riesgo de llevarme la contraria a mí mismo... -me abracé a su ropa. La dependienta me miró y me encogí de hombros. Ella se echó a reír. Vi su mano asomar, exigiéndome que le diese sus cosas- No nos iremos de aquí hasta que te hayas decidido por alguno. O lo haré yo. Ya tengo varias cosas pensadas y...
-¡Ni hablar! Dame mi ropa ahora mismo, vamos.
-¿Sabes que te quedaría bien?
-¡Mi ropa! -la puerta se abrió levemente, dejándome ver su mano y antebrazo, que salían y se sacudieron en busca de mi cuerpo. Cuando tocó mi cadera, agarró mi camiseta y empezó a tirar de ella- Dámela.
-Sé mi sirvienta -me aparté y le puse los pantalones en la mano.
-No.
-¿Animadora? -le di la camiseta.
-No.
-¿Enfermera sexi? -reí, tendiéndole todo lo demás.
-¡Que no! -cerró la puerta de golpe. La gente que pasó por mi lado se quedó mirando el probador. Los entendía. ¿Qué hacía allí si no quería nada sexual? Me tenía a mí como novio, al fin y al cabo.
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❝Hey! Don't touch me❞ [EunHae +18]
Fanfiction▶Queda prohibida la copia total o parcial de esta historia◀