Capítulo 18

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Pov Donghae

—¿Has dicho "Taeyang"?

Su mandíbula estaba a punto de tocar el suelo mientras yo asentía lentamente. En el coche no había podido preguntárselo cómo me hubiera gustado porque me daba vergüenza. Es decir, ¿cómo iba a mirarlo y decirle que sabía que adoraba a Taeyang y si quería acompañarme al ensayo y conocerlo? Si lo pensaba en ese momento, era una tontería, sobre todo después de lo que habíamos hecho en la entrada. Y quizá no se lo hubiera preguntado de no ser porque Taeyang me había llamado para atrasar el ensayo media hora.

—¿Quieres venir? —me atreví a preguntarle al fin, en voz más baja de la que pretendía. Luego me aclaré la garganta y lo miré, esperando su respuesta. Él no dijo nada durante mucho tiempo, tanto que terminé preocupándome.

Estábamos en la cocina, él sentado en la mesa con un vaso de leche a su lado; yo me apoyaba nervioso en la encimera. Di varios pasos hasta él para preguntarle si estaba bien. Quizá le daba igual Taeyang y no quería acompañarme. Después de todo no sonaba muy divertido eso de sentarse a mirar como yo bailaba durante más de tres horas.

—¿Conoces a Taeyang? —me miró de repente. Me paré a un par de pasos de él y asentí, metiendo las manos en los bolsillos de mis pantalones con nerviosismo— ¿Y quieres que yo vaya a tu ensayo y lo conozca... de verdad?

—Uh... sí...

Justo esa era la reacción que me esperaba y por la que no le había dicho nada antes. ¿Y si me preguntaba por qué, qué iba a responder? Me mordí el labio. Era consciente de que me pasaba algo y no quería si quiera imaginar el qué. Simplemente era algo que me hacía portarme más amablemente con él. Me encantaba que no discutiéramos, que me besara, que hubiera dicho que no a lo de Jessica.

—A Taeyang. —repitió.

No supe si reír o poner los ojos en blanco. No me creía. ¿Por qué no me creía? Había visto los Cds en su estantería y había escuchado esa música que sonaba al máximo volumen desde sus auriculares. Él era fan de Taeyang. Yo era amigo de Taeyang. ¿Tan difícil era creerme?

—Sí. —dije simplemente. Hyukjae ladeó la cabeza confuso. Solté aire por la nariz y me crucé de brazos, avanzando esos dos pasos hasta que tuvimos las rodillas prácticamente pegadas— ¿Quieres venir o no?

Jadeó. Después rió. Me miró y, de repente, me empujó sobre sus piernas. Me aferré a sus hombros sorprendido. Me esperaba cualquier reacción menos esa.

—¡Pues claro que quiero ir! —gritó, y estampó un beso contra mi mejilla.

Cuando me hizo ponerme en pie y salió de la cocina repitiendo una y otra vez que iba a conocer a Taeyang, mi mano subió automáticamente hacia mi mejilla. Miré el suelo, mis piernas temblando. Me tapé la cara con las dos manos y sacudí la cabeza.

¿Qué demonios me estaba pasando?

Tomé aire cuando oí sus pasos volviendo. Tal vez llevaba varios minutos en la misma posición y no me había dado cuenta. Levanté la cabeza y la giré hacia la puerta. Hyukjae se había vestido, ya tenía las gafas sobre la nariz y me miraba desde el umbral, sonriendo. Estaba contento, ansioso, entusiasmado. Le sonreí también.

Justo en el momento en que estábamos llegando al comedor, el timbre sonó. Me colgué la bolsa de deporte del hombro y salimos corriendo hacia el coche. En todo el camino, nadie habló una sola vez, cosa que no me pareció extraña. Sooyeon iba perdida en su móvil, Hyukjae en la ventana como siempre y yo tampoco tenía ningún tema del que hablar, ni me atrevía a comenzar una conversación. Al menos ahora podía decir que teníamos alguna... más o menos.

❝Hey! Don't touch me❞ [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora