Capítulo 10

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–¿Va todo bien?

–Claro –me encogí de hombros sin dejar, en ningún momento, de acariciarme el labio con los dedos. Hyoyeon me miraba desde el portátil puesto en la mesa del comedor. Yo me mantenía apoyado en una mano con aburrimiento. ¿Iba todo bien? Teniendo en cuenta que estaba en mitad de una videollamada con mi novia y no dejaba de pensar en comerme la boca de mi irritante compañero de piso... Claro, ¿por qué habría de ir mal?

–¿Seguro?

–Solo estoy cansado, Hyo –me dejé caer en el respaldo de la silla y le señalé mi camiseta. Había tenido que ir a trabajar hasta hacía poco menos de una hora y, aunque quedarme en pie durante cuatro horas haciendo cafés no resultaba demasiado agotador, lo que había ocurrido esa misma mañana me hacía sentir mal. No quería hablar con Hyoyeon sabiendo que mis pensamientos estaban en Donghae.

–¿Has vuelto al trabajo? –se inclinó sobre la cámara, dejándome ver su escote. Por unos segundos mis ojos se fijaron en él. Solo unos segundos, porque oír la puerta cerrarse me hizo girar la cabeza de inmediato. Ella me miró con curiosidad– ¿Eso ha sido la puerta?

–Siwon –dije rápidamente.

Intenté que mi risa no fuera demasiado nerviosa mientras le indicaba con un dedo que esperase. Me levanté y salí corriendo hacia la puerta. Conseguí taparle la boca a Donghae con una mano antes de que dijera algo. Le rodeé la cintura con el otro brazo y lo empujé hacia su habitación.

Él se removió, me cogió la mano con sus uñas limadas y creí que me iba a arrancar la piel para que dejara de taparle la boca. Pero estaba seguro de que si se la destapaba, iba a ponerse a gritar, y no quería que Hyoyeon supiera que Donghae estaba aquí. Y mucho menos ahora. Me sentía mucho más tranquilo manteniéndolo todo en secreto. Porque Heechul y Siwon solo sabían que vivía conmigo y no pensaba contarles nada más.

Se movió más, mirándome con el ceño fruncido. Cuando la voz de Hyoyeon sonó desde el comedor, su pie aterrizó sobre el mío. Me mordí el labio para no gritar, pero consiguió que lo soltara. Me apoyé en la pared junto a su habitación, a pocos pasos de su puerta. Encima yo iba descalzo y él con zapatillas.

–Me has roto el pie –sabía que estaba exagerando, pero es que dolía mucho. Me acaricié el pie mientras lo veía cruzarse de brazos frente a mí, enfadado. Antes de que hablara, estiré una mano y seguí susurrando–. Iba a soltarte en la habitación.

–¿Ibas a soltarme? –jadeó en voz alta.

–Donghae... –lo miré suplicante. Pude dejar el pie en el suelo y junté las dos manos.

–¿Qué?

–Baja la voz... por favor.

Me miró de arriba abajo. No estaba analizándome como la primera vez. Tampoco sonreía. Parecía pensar en algo. No me moví mientras lo hacía. Al final se pasó las manos por el pelo y entró en su habitación, cerrando la puerta con un golpe sordo a su espalda.

Perfecto, estaba enfadado.

Solté aire por la nariz de camino al comedor. ¿Qué había sido esta vez? ¿Se había enfadado porque le había pedido que hablara en voz baja? ¿Quizá porque estaba hablando con Hyoyeon?

¿Y si Donghae estaba celoso?

Me senté en la silla y sonreí de lado. Volví a la misma posición de antes, tocándome los labios. Tal vez lo estaba. Tal vez era por eso que se había puesto así esa mañana. Tal vez me gustaba que Donghae estuviera celoso.

–¡Hyukjae!

–¿Eh? –la miré y ella rió. No se me había olvidado que estaba hablando con ella, solo estaba distraído. Muy distraído.

❝Hey! Don't touch me❞ [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora