❝Hey! Don't touch me❞ [EunHae +18]

Capítulo 34

El tiempo pasó muy rápido y por desgracia, a la gente le gustaba demasiado​ la serie. Estaba contento por Donghae, porque hablaban muy bien de él tanto en la televisión como en Internet o en las revistas, porque se lo veía muy feliz cada vez que llegaba a casa de una entrevista o de grabar, porque tanto estar con la garrapata lo transformaba en un osito de peluche que solo quería estar conmigo. Pero eso no evitaba que cada día me sintiera más y más cabreado por su súper-hiper-maravillosa relación con Jung Jessica.

Cada día el estúpido HaeSica era más famoso.

En ese mismo momento, a tres días de que terminase el curso y llegasen por fin las vacaciones de verano, me encontraba preparando cafés helados para unas chicas de clase. Los hice sin demasiada prisa, ya que no parecía importarles demasiado y eran las únicas clientas sin servir. Los puse en una bandeja y se los llevé arrastrando los pies.

Tenía unas impensables ganas de terminar mi turno, cambiarme y correr a casa a esperarlo. Quería comérmelo a besos, a mordiscos y dejarlo sin poder andar. Aunque esto último no iba a ser posible. Ya lo había intentado y había terminado dos días viendo como agarraba a la garrapata de la cintura y la besaba mientras que, a mí, no me daba ni la hora.

O lo follaba con delicadeza para que no se notara, o me quedaba sin novio hasta que él era incapaz de estar sin mí. Era un alivio que fuese tan pegajoso. Era un alivio que me amara como yo lo amaba a él.

Miré la nata sobre él café con asco. Cada vez me sentía más dulce y resultaba algo irritante. Sobre todo porque no me daba cuenta.

Les serví con una sonrisa de camarero bastante practicada. Ellas, en cambio, me miraron con un amplio gesto alegre.

—Hyukjae —dijo una. Yo no recordaba sus nombres, pero no era algo que tuviese ganas de proclamar a los cuatro vientos. Sencillamente me apoyé en la mesa y esperé a que continuase— ¿Sabes quién es Lee Donghae?

—¿El cantante? Me suena...

Me encogí de hombros, sin darle demasiada importancia externamente. Por dentro estaba muriéndome de ganas de saber qué querían.

La otra buscó algo en su teléfono y luego lo estiró para que yo pudiese ver la pantalla. Era una página web. Una página de fans del HaeSica. Puse los ojos en blanco y bufé.

—Necesitamos más miembros, ¿quieres unirte?

¿Unirme a un grupo de gente que defendía la relación heterosexual de mi novio con una bruja? Claro, sonaba genial. ¡Fantástico!

—No, gracias —les mostré la sonrisa más amble que pude y me alejé de la mesa.

Sin embargo, la dueña del móvil no me dejó siquiera dar un paso antes de agarrarme del brazo y tirar de mí hacia ella. Tenía más fuerza de la que pensaba. Algo así como Donghae y sus golpes cuando se reía demasiado.

Era tan tonto, pero tan adorable.

Fruncí el ceño al mirarlas de nuevo. Apreté los labios sola y únicamente para no contarles todo lo que ocurría en mi casa cuando las cámaras desaparecían.

—Vamos, Hyukjae. Mira las fotos. ¡Son la pareja perfecta!

—¿Por qué no te sientas con nosotras? Podemos contarte su historia. Seguro que acabas amándolos tanto como nosotras. Bueno, y como todo el mundo.

Las dos se echaron a reír como tontas. Me subí las gafas con el dedo medio, en un gesto disimulado que ellas no entendieron. Negué con la cabeza.

—No me apetece.

—¿Por qué no?

—Porque... porque yo creo que él es gay —me llevé una mano a la barbilla, fingiendo que solo era una teoría. Miré al infinito y me toqueteé las gafas varias veces— Un hombre heterosexual no se maquilla ni se pone esos pantalones ni se depi... se deja el pelo así.