Pov Donghae
Mis ojos querían cerrarse, mi cabeza quería caer del apoyo que tenía en mi mano derecha, mi codo se deslizaba fuera de la mesa y no podía creerme que me hubiese dejado convencer por Sooyeon. La propuesta me gustaba, hasta Hyukjae había dicho que era increíble cuando se lo había contado, pero el estar a las doce de la noche, después de haberme despertado a las cuatro, sentado en un restaurante a la espera de un hombre que solo me haría firmar un papel y se iría, no me parecía tan "increíble".
Bostecé. ¿Cómo un hombre de negocios podía ser tan impuntual? Quería meterme con Hyukjae en la cama y dormir. Claro, que también quería pasarme todo el fin de semana encerrado en casa y celebrando que había aprobado todos los exámenes y sin embargo tenía que grabar un par de canciones con Jessica para la serie.
La había oído cantar y era quizá el único momento en que no había querido ahorcarla. Pero las canciones duraban cinco minutos como mucho y las grabaciones dos días. Yo debía seguir con ella por un tiempo indefinido; era tan irritante. Nunca había odiado tanto mi propio nombre. Ya ni me buscaba en Internet porque sabía lo que iba a encontrar. Y encima ahora debía ir con más cuidado porque Henry comenzaba a sospechar dónde vivía. Si no, ¿por qué había mentido a Hyukjae?
—Hae —la miré de reojo con cansancio. Sujetaba el móvil contra su oreja y suspiró. No me había dado cuenta de con quién o sobre qué hablaba, así que esperé a que me lo dijera para suspirar también—, lo aplazan para la semana que viene.
—¿Qué?
¿Estaba casi durmiendo en medio de un restaurante para nada? Ya podían haber llamado antes. Bufé agotado y me levanté, estirándome para no caer de puro sueño. Traté de sonreír a los fans que me miraban, pero solo me salió una mueca extraña y bostezo.
Cuando por fin entré en casa un rato después, las luces estaban apagadas y tuve que andar lentamente y estirando las manos para no chocarme con nada. Pude oír su tranquila respiración al estar en la puerta de su habitación. Me quité los zapatos con los pies, pasé la camiseta sobre mi cabeza y los pantalones por mis piernas y los lancé a cualquier parte antes de subir a la cama.
Hacía mucho calor. Él también estaba casi desnudo mientras dormía tan profundamente que no se percató de que yo me dejaba caer a su lado. Aunque sí hizo un extraño sonido que me sacó una sonrisa y se tumbó de lado, justo frente a mí.
Me acerqué para darle un beso de buenas noches que no respondió, me acerqué más a él y me acurruqué contra su pecho, durmiéndome a los pocos minutos.
Al día siguiente, muy a mí pesar, tuve que despertarme porque mi móvil vibraba desde el suelo. Abrí los ojos sin querer hacerlo, me los froté, bostecé y fue entonces cuando descubrí que Hyukjae no estaba conmigo en la cama, pero seguía notando el calor de su cuerpo. No debía hacer mucho que se había levantado.
Sonreí para mí mismo, girando hasta tumbarme en la zona de sábanas arrugadas por sus movimientos al dormir. Boca abajo, enterré la cara en su lado de la almohada. Olía a él. Olía tan bien que me reí.
—¿La almohada te ha contado un chiste?
Salté del sitio en cuanto su voz llegó hasta mí. Lo miré sobre mi hombro: estaba en bóxer, despeinado, con una taza de café humeante en la mano y las gafas sobre la nariz. ¡Era tan guapo!
Él caminó hacia la esquina de la cama arrastrando los pies y lo último que pensé fue que tenía que besarlo. Así que me puse de pie sobre el colchón y corrí hasta abrazarlo desde arriba. Jadeó sorprendido. E incluso rió cuando estampé mis labios sobre los suyos.
—Te quiero —le dije.
Su rostro enrojeció y se subió las gafas. Me gustaba que se pusiera nervioso cuando se lo decía, pero sobre todo me gustaba saber que sus ojos me decían que él también a mí cuando me miraba, aunque no lo dijera con palabras.
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❝Hey! Don't touch me❞ [EunHae +18]
Fanfic▶Queda prohibida la copia total o parcial de esta historia◀