–¡Feliz cumpleaños! –grité, dándole la gran caja empapelada como un precioso regalo azul.
Mi madre, la suya y mi abuela nos miraban desde la mesa en la que tomaban el té. Donghae chilló al romper un trozo de papel y ver inmediatamente lo que era. Soltó el regalo en el sofá y se lanzó sobre mí para abrazarme. Yo apreté mis brazos a su alrededor.
–¡Eres el mejor, mejor, mejor, mejor amigo del mundo!
–Lo sé, Hae –lo separé de mí suavemente y tomé sus mejillas–. Ahora termina de abrirlo.
Asintiendo efusivamente, volvió a cogerlo y arrancó el papel con el labio entre los dientes de puras ansias. Me encantaba verlo tan feliz. Sobre todo sabiendo que era gracias a mí y que había valido la pena pasarme todo el verano trabajando en el bar de mi tío para comprársela. La dichosa guitarra no había sido fácil de conseguir sin que mi madre se enterase de que quería algo tan caro, así que todo el mundo menos mi abuela, pensaban que era para una consola y ella me había dado lo que faltaba.
–Entonces te gusta, ¿no? –pregunté entre risas. Él asintió tanto que creí que se le rompería el cuello. Sonreí ampliamente, me senté a su lado y pasé un brazo por sus hombros– Pues toca algo.
–¿Ahora?
–Claro. Deléitanos con tu música, Lee Donghae.
Puso la guitarra en posición, pero no hizo nada. Su madre lo había apuntado a clases de guitarra con seis años, así que sabía tocar de sobra, aunque lo hacía en esa guitarra vieja de su padre. Él se había enamorado de esa guitarra en una de nuestras salidas a Gangnam y yo no había podido resistir ver su desilusión al creer que nunca la tendría.
Apoyé mi sien en la suya y cerré los ojos cuando empezó a sonar. A él le gustaba cantarme y a mí me encantaba oírlo, no había nada mejor que pasarnos horas encerrados en su habitación fingiendo que yo estaba en uno de los conciertos que seguro daría en un futuro. Aún teníamos doce años, pero sabía que, cuando le cambiara la voz, cantaría incluso mejor.
Terminó y me abrazó y yo le di un beso en la frente.
–Ha sido genial.
–¿E-en serio? –me miró con timidez, riendo nervioso– No creo que sea tan bueno.
–¿Cómo que no? Algún día serás famoso y yo estaré orgulloso de decir que eres mi mejor amigo.
Volvió a reír. Las oí reír también, pero ignoré que estaban con nosotros para revolver el pelo de Hae, que me abrazó con más fuerza.
***
–Estás burlándose de mí, ¿verdad? –negué con la cabeza, con la pajita entre los dientes y el batido de fresa pasando por mi garganta. Heechul parpadeó confuso. Puso una pierna sobre la otra, dejándose caer contra el respaldo de la silla– Te ha puesto los cuernos y no te importa, claro. Lo normal. Solo era tu novia, ¿por qué habría de molestarte?
Sus bombas de sarcasmo me atacaron casi tanto como su mirada analítica. Seguí bebiendo para fingir que no pasaba absolutamente nada. Que era así, porque lo único que ocurría eran las ganas de seguir con lo de ayer. Jessica me caía bien, me daba una mezcla de pena y risa porque le gustaba Donghae y el niñato prefería tenerme a mí tras él, muy literalmente. Sin embargo eso no evitaba que me hubiera molestado cuando lo había llamado mientras nos devorábamos la boca para un ensayo en su casa. Donghae había tenido que irse y yo que darme un maldito baño de agua fría.
–A ver, Hee –moví la mano, tranquilo–, ni siquiera sé por qué salía con Hyoyeon, ¿de acuerdo? Ella ha sido desde hace tiempo mi mejor amiga y supongo que lo confundimos.
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❝Hey! Don't touch me❞ [EunHae +18]
Fanfiction▶Queda prohibida la copia total o parcial de esta historia◀