❝Hey! Don't touch me❞ [EunHae +18]

Capítulo 38

Entre los lloros de mamá y los de Heechul y Siwon, pasé toda la mañana intentando controlar mis propias lágrimas. El único que se mantuvo tranquilo fue papá, que me dijo lo muy orgulloso que estaba de mí por haber salvado de esa manera a mi mejor amigo. Yo no me sentía de esa manera. No me consideraba un héroe aunque insistieran en repetirme que lo era.

Lo único que podía pensar era: ¿Quién diablos ha intentado asesinar a mi bebé?

Estaba enfadado. Pensaba encontrar a esa persona y darle la paliza de su vida. Esta vez era yo el herido, pero no iba a permitir que lo intentara de nuevo y terminara haciéndole daño a Donghae. Sobre mi cadáver.

—Hyukjae, ¿me estás oyendo?

Abrí la boca para responderle que sí, pero mis ojos se dieron cuenta incluso sin las gafas de que Sooyeon había dejado de estar de pie a mi derecha en algún momento. Me los froté por si acaso y la busqué por la habitación hasta dar con ella a mi izquierda, sentada en una silla. Un pequeño cuerpo dormía encogido en el sillón junto a ella.

Fruncí el ceño.

—¿Aún no se sabe quién fue? —pregunté con rabia.

Sooyeon suspiró.

—No, todavía no, pero es muy probable que haya sido la misma persona que nos pinchó las ruedas. Planeaba atacar a Hae por el camino...

—Ya —murmuré. No me había dicho nada que no supiera— ¿Y cuándo sabremos si hay testigos?

—Ni idea. La policía está haciendo todo lo que puede y muchas fans están intentando recordar si vieron a quien te atacó, pero no hace ni veinticuatro horas del incidente. Relájate, ¿vale?

De alguna forma, fueron previamente esas dos últimas palabras las que hicieron que me exaltara todavía más. Apreté los puños. La mano con la vía de resintió y tuve que relajarla. Chasqué la lengua.

—¿Que me relaje? Han intentado matarlo. No me digas que tú estás relajada, porque sé que tienes tantas ganas como yo de coger a ese malnacido y...

Estaba tan nervioso que me moví más de lo debido. Un profundo pinchazo de dolor me atravesó todo el cuerpo, concentrándose sobre todo en la zona donde tenía los puntos. Me apreté el labio bajo los dientes y volví a tumbarme, sabiendo que Sooyeon no iba a contestar nada porque, de ser así, debía darme la razón, y como mánager tenía que mantenerse serena.

Cogí aire lentamente.

—¿Qué me estabas diciendo antes?

Esta pregunta la relajó. La vi respirar profundamente y se levantó; le temblaban las piernas mientras se me acercaba. Se colocó en la esquina del colchón para poder enseñarme la pantalla de su teléfono.

—Tu cara está en todas partes. No falta mucho para que tus conocidos empiecen a contar por ahí quién eres en realidad.

Me puse las gafas y miré publicación tras publicación sin ganas. Todo el rato aparecía la misma foto o el mismo vídeo tomado desde ángulos diferentes. Donghae quitándome la mascarilla y tocándome la cara con desesperación, casi llorando, pidiéndome que despertara. Éramos tendencia en Internet y posiblemente también en la televisión. Si no salía mi verdadera identidad antes de que acabara el día sí que iba a ser raro.

Hasta Henry iba a tener un titular. Ya lo veía venir.

Y la verdad era que me daba igual. ¿Qué iba a cambiar si eso pasaba? Me acosarían durante un par de meses y luego se olvidarían de mí. Pronto la única persona importante de los dos sería Donghae, su relación con Jessica y la dichosa serie. ¿Qué era lo peor que podía pasar si todo el mundo averiguaba que yo era Eunhyuk, que Lee Hyukjae era el amigo de la infancia de Lee Donghae? ¿Iban a venir a mi casa a molestar? ¿Se enterarían de que Donghae vivía conmigo?