capitulo 19

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10:00 a.m.

Aun sentía los parpados pesados, de recordar la noche anterior las abejas comenzaron a revolotear en mi estomago,

Diego es mi NOVIO!!!

Y no, no era un sueño, todo había pasado en serio, comencé a patalear en la cama y tape mi rostro. Estaba feliz, más que feliz, extasiada, a mi mente regresaron cada uno de sus besos y el beso que le robe, mis mejillas se calentaron solo de recordarlo.

Con mama platicamos de Diego hasta la madruga, ella se quedo con migo, acurrucándome y acariciando mi cabello, habían pasado muchos años desde que lo habíamos hecho, y eso hacia que todo fuera aun mas perfecto.

Ella no estaría con migo en todo el día, le tocaba turno en el hospital, ¿Qué estará haciendo Diego ahora? ¿será normal llamarlo? ¿Una novia hará eso?

Pasaron 5 minutos y aun no sabia que hacer, no sabia si tenia que llamarlo o era opcional, las preguntas aun rondaban mi mente cuando mi celular sonó.

Tal vez sea Diego... la felicidad se apodero de mi y tome de la mesita mi celular, y así como vino, se fue. Es mama.

-hola Amelia, siento mucho despertarte-

-hola mama, no te preocupes hace un rato que desperté, ¿para que llamabas?

No pude evitar que mi voz sonara decepcionada, no era Diego, tal vez yo si deba llamarlo...

-Comprendes lo que te digo Amelia... ¿Amelia?-

-¿Que? Lo siento mama, estaba divagando, ¿que me decías?-

Mama rio

-Que se me han olvidado unos expedientes en casa, ¿podrías traerlos a mi consultorio?-

-Claro, solo desayuno y los llevare, ¿esta bien?

-Es perfecto, gracias Amelia-

-Ok mamá, nos vemos en un rato-

Y colgué, la decepción aun seguía latente, ¿Qué es lo que tengo que hacer? ¿Debo llamarlo? Como odio no saber las respuestas a todo.

Tape mi rostro con mis manos, el celular volvió a vibra... Diego!!... y la emoción volvió a desvanecerse. Mamá. ¿Que a caso el destino eligió burlarse de mi el día de hoy?

Creo que si.

-¿Que pasa mamá?-

Mama volvió a reir

-lo siento Amelia, ¿podrías traerme unos documentos que deje en mi dormitorio también?-

-Si, claro -

-ok querida, Adiós-

Tal vez deba tomar esto como una señal del destino de que yo debo llamar a Diego.

Mis ojos se abrieron de emoción y marque el numero por el cual me había enviado el mensaje.

-...- ocupado, volveré a intentarlo, tal vez acaba de colgar

-...- ocupado.

-...-

-...-

-...- Que!!! No puede ser, ¿acaso esta evitándome? Y si en realidad esta evitándome, y si ya no quiere volver a verme, o tal vez, después del primer beso deban darse alguna clase de pausa de un día... estaba mortificándome.

El destino me hizo entender de la manera mas dura que no debía llamarlo y que tal vez, el tampoco lo haría.

Me prepare el desayuno y cambie, tome una bolsa y coloque los documentos con sumo cuidado sobre mi cama en lo que iba a recoger los documentos en su estudio. Los metí todos con sumo cuidado y me dirigí a la parada de autobús.

Un Café Por la Tarde©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora