capitulo 27

16 1 1
                                    


Coloque las carpetas con cuidado en la mesa de la oficina de mi mama, otra vez esa foto, esta vez la tome entre mis manos y la abrace tan fuerte que sentí que traspasaba mi pecho.

Salí de la oficina, estaba a punto de subirme al ascensor cuando sentí que alguien gritaba mi nombre.

--Ameliaaaaaaaa- voltee y me di cuenta que era la pequeña del otro dia.

-hola Maria ¿como estas?-

Le abrí mis brazos y ella se lanzó a ellos.

-Muy bien, hoy el melico rijo que ya tengo domante de rinon- sentí un nudo en la garganta al ver como sus pequeños ojitos brillaban de felicidad, ella estaba realmente feliz, saber que al fin la espera está dando sus frutos debe de ser increíble. Saber que podrá tener una vida.

-Eso es increíble pequeña- no pude evitar sonreírle.

-Tengo un amigo nuevo, es muy guapo, siemple me hace leil-

-enserio- dije soltando una pequeña risa- eso está muy bien, los amigos que te hacen reir son los mejores, ellos te endulzan la vida-

-ellos venden azucal- dijo arrugando el ceño

Mis ojos se abrieron como platos y no pude evitar reír muy fuerte.

-No, claro que no la venden, la regalan-

-Ahhhh... le peguntale porque no me a degalado azucal- dijo llevándose un dedito a la boca, para luego chiparlo.

-Claro, estas en todo tu derecho como amiga de preguntarle-

-Pueles acompañalme a mi habitación- dijo aun chupándose el dedo

-Por supuesto- no pude negarme, movió mi lado tierno, y por mi lado tierno, me refiero a toda yo.

Y de nuevo, estar aquí y encontrarme con la pequeña me recordaba a Diego, acá fue cuando lo llame sexi... solo de recordarlo me hace sonreír.

Mi teléfono comenzó a vibrar en mi bolsillo.

"hola mama... ya he hecho lo que me pediste y me tarde mucho menos de lo que había dicho"

"hola Amelia, no soy tu mama"

Pare en seco.

La pequeña paro con migo y elevo sus ojitos a mí con extrañeza.

Le regale una pequeña sonrisa para tranquilizarla y ella también lo hizo, así que seguimos caminando.

"Diego, que lindo escucharte"

"yo también te extraño, Amelia, siento mucho no poder vernos... pero,

Te prometo que lo haremos muy pronto"

Escuchar eso rompió mi corazón.

Eso significaba que no lo vería pronto.

Seguía siguiendo a la pequeña, parecía que estaba guiando a una ciega, las palabras de Diego resonaban en mi cabeza, y en lo único que podía pensar era en que no lo podría ver, todavía.

"no te veré en la secundaria" dije con un hilo de voz. No lo pude evitar.

"No" dijo en un susurro

Cerré los ojos instintivamente, las lágrimas comenzaron a picar, rogando por fin salir, no podía dejarlas salir.... Por ahora.

Silencio

Silencio

Silencio

"lo siento Amelia"

"yo... yo solo quiero la verdad, Diego" dije en susurros" te quiero y quiero estar con tigo, quiero ayudart..."

"No Amelia... ya te dije que no me pasa nada"

"Diego no me mientas"

"YA BASTA AMELIA"

Mis ojos se detuvieron en una habitación.

-llegamos!!!!!!- grito la pequeña.

Mi corazón se detuvo.

Se quebró.

Las lágrimas rodaron por mis mejillas... ya no las pude contener.

Y como podría hacerlo.

Me quede de piedra, estaba delante de mí, dentro de una habitación, era un pasciente.

Era...

-Diego!!!!- grito la pequeña.

Diego volteo.

Aun estábamos al teléfono.

Sus ojos azules me perforaron y sentí su sorpresa.

"Diego" susurre

<3


Un Café Por la Tarde©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora