Los días siguientes estuve más cerca de Diego que nunca, eran días difíciles, lo sometieron a varias pruebas... pero ninguna daba luz verde.
Aun esperábamos un donante, yo aún tenía esperanzas en encontrarlo.
.....
Recuerdo un día en el que Diego y yo estábamos sentados bajo el roble del parque, yo estaba levemente acurrucada en sus brazos y Diego jugueteaba con uno de mis rizos, sentía y escuchaba el latir de su corazón y me sentía como en casa, quería detener el tiempo y poder pasar una eternidad así, con Diego, entre sus brazos, viendo el hermoso atardecer, aspire su aroma y llene mis pulmones de él, por algún motivo deseaba no olvidar su aroma, quería poder recordarlo los días que no estuviera a mi lado.
-Recuerdas el día que nos conocimos- escuche la voz de Diego.
-Nunca olvidaría ese día- dije con una sonrisa en mis labios y elevando la mirada hasta que nuestros rostros estuvieron de frente y nuestros ojos se chocaron como dos constelaciones uniéndose, danzando la una con la otra hasta convertirse en una sola.
-Ni yo...- dijo sonriéndome de una forma tierna que jamás olvidare- pero yo ya te conocía-
Mis ojos se abrieron como platos, ¿cómo podía el ya conocerme?
-se que te preguntaras ¿Cómo es posible? Pero es cierto, un día antes mama y yo fuimos para solicitar mi traslado y te vi... estabas tan concentrada leyendo bajo el roble con tu cabello moviéndose alborotado con el viento y parecía que no te importaba, y me pregunte como seria estar a tu lado, luego sonreí porque sabía que tenía que conocerte.
Sentí como mi rostro pasaba por mil emociones, ¿Por qué todo siempre pasa frente a mi y nunca me doy cuenta?
-al día siguiente, tenía que presentarme para entregar unos papeles y la entrevista- sonrió mientras miraba al cielo- fui a buscarte, pero no estabas, así que decidí dejarlo al destino y mientras caminaba de regreso a la entrada principal vi como salías y las lágrimas rodaban por tus mejillas, me debatí entre ir tras de ti y no hacerlo, lo menos que deseaba era asustarte, pero no pude evitarlo así que te seguí, no me arrepiento de haberlo hecho.
-asi que tu fuiste desde el principio quien moldeo de cierta forma al destino- dije con una sonrisa.
Diego sonrió y su rostro bajo hasta quedar cerca del mío, sentí el escalofrió recorrer mi cuerpo y desee tener a diego aún más cerca, no sé porque sentía esa necesidad, sentía que sus besos ya no eran suficientes, deseaba más.
-y lo volvería a hacer con tal de conocerte- sus labios se unieron a los mios en un beso lento y apasionado, mis manos se aferraron a su camisa y sus manos se encarnaron en mi espalda, y en ese preciso momento, me di cuenta de que ambos deseábamos más.
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Un Café Por la Tarde©
Teen Fictionsi tuviera que describir el amor... ahora, que han pasado tantos años, diría que es inusual, mágico, inesperado, doloroso.... pero nunca diría que es complicado. ahora que lo pienso, siempre fue el destino o tal vez la casualidad, la que me llevo es...