capitulo 20

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Toda la sala parecía dar vueltas, los colores en las paredes se intercambiaban, abrí y cerré varias veces los parpados para que el mareo cesara, me voltee y no podía dar crédito a lo que mis ojos veían, era totalmente raro, mas que raro era extraño, imposible.

Un panda y un tigre tomados de la mano, ¿Qué esta pasando con este mundo? ¿Qué acaso nadie les dijo que eso es mas que imposible? Ellos tienes un amor imposible. Mi corazón se rompió. La fe es lo único que se pierde. Verlos me hacia pensar en Diego y en su llamada nunca recibida, nunca hecha, ¿y si esto es el final de mi muy feliz historia? ¿Y si esto es el final de mi hermoso romance?

No podía seguirlos viendo, me hacían sentir aun peor, tenia ganas de llorar, por todo, por mi papa, por Diego, por el amor entre la panda y el tigre, espero que al tigre nunca le de hambre, se la comería!!! Solo pensarlo me hacia ponerme aun mas triste.

Me voltee al otro lado y el mareo regreso y en el mismo momento se esfumo, es mas deje de respirar, mi corazón literalmente dejo de latir, ¿acaso lo que se encontraba frente a mi era un león? Si, claro que lo era, era un enorme león, se ve que es muy alto, y lindo, es un león muy lindo, podría decirse que es un león sexi. No puede ser... y una pequeña risa salió de mi, la palabra sexi rosaba mi lengua y hacia cosquillas, tal vez, si lo decía mas rápido...

Sexi, sexi, sexi, sex.... Volví a reír y esta vez sin miramientos, la cabeza del león se giro en mi dirección y deje de reír, tal vez, si no me movía el león no me comería, tal vez deba advertirle que mi cuerpo es más grasa que vegetales, nunca me como los vegetales, puedo darle un infarto...

-¿Amelia?- el león sabía mi nombre... oh. Por. Dios el león lindo y sexi sabe mi nombre.

-¿Cómo es que sabes mi nombre?-

El león se ríe, tiene una linda risa, me recuerda a Diego. Solo de pensar en el me dan ganas de llorar, ya debe de estar lejos de mi, tal vez en México.

-¿Cómo te sientes? ¿Te duele mucho la cabeza?- debo de aprovechar ahora que tengo la capacidad de hablar con un león.

-León oh rey de la selva- dije tratando de transmitir mi respeto por su honorable puesto.

-Que!!!!- el león comenzó a reirse, ¿se reía de mi? En eso también me recordaba a Diego

-Solo quiero decirle que un tigre y un panda quieren ser algo mas que amigos por allá- trate de señalarle pero sentía el cuerpo muy raro, ¿Qué me ocurría?

-Debe de ser el calmante, no te preocupes, ya se pasara-

Que!!! Eso quiere decir que tengo poco tiempo para poder hablar con el

-Antes de que pierda esta habilidad de hablar con los animales...-

-Que... Amelia yo...-

-shhh- dije colocando uno de mis dedos en sus labios- solo quiero decirte que eres el león mas sexi y lindo del mundo, sobre todo sexi- deje salir una pequeña risita.

-A ¿si?-

-Si, eres muy lindo, espero que haberlo dicho evite que me comas, debo decirte que no como cosas sanas, solo pura comida chatarra, te voy a dar diabetes y un paro cardiaco.

El león rio tan fuerte y solo hasta entonces me di cuenta de algo. En su rostro se formaban las mismas arruguitas que a Diego cuando se ríe, su nariz se arruga de esa forma tan única, tan de él.

Me senté sobre lo que ubique era una colchoneta, mire a mi alrededor y todos lo recuerdos se acomodaron en mi confusa y alocada cabeza.

Mi rostro se encendió. Literalmente acababa de meter la pata.

Todos los restos de calmante salieron por mi transpiración rápida y el golpe de la realidad.

<3


Un Café Por la Tarde©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora