capitulo 26

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Bajar del autobús es tan difícil como aceptar de que estaría de nuevo sin Diego a mi lado, no me mal entiendan, no es que toda el tiempo estemos juntos sin despegarnos el uno del otro, pero sabía que estaba cerca de mí, que estaba bien, que en cualquier momento lo vería esperándome, recostado en la pared como es su costumbre y dando la excusa de que si no me veía no podría seguir concentrado en sus clases.

Ayer mientras hablaba con Diego, lo sentí... diferente, distante, no era el Diego de siempre, se escuchaba triste.

Me siento tan inútil, el no poder ayudar a Diego, el no saber que le pasaba, que lo estaba perturbando, me perturbaba más a mí.

Hora del almuerzo.

Genial, otro recordatorio de que Diego no está con migo ahora, otro recordatorio de que no puedo hacer nada para ayudarlo, otro recordatorio de que mi alma y cuerpo sufre con él.

Elena y Andrés no me han dejado sola, no sé porque pero siento que Elena sabe algo, quería conversar con ella y tratar de que casualmente algo saliera de su boca, así que la acompañe a la cafetería.

-Amelia, qué opinas- dijo sosteniendo dos pastelillos –chocolate o fresa...Chocolate o fresa- dijo elevando uno de primero y luego el otro.

Solo reí, se miraba tan chistosa tratando de escoger uno.

-Mmm tengo una idea mejor- dije sosteniendo el de chocolate- yo compro el de chocolate y tú el de fresa y yo te doy la mitad del mío y tú me das la mitad del tuyo- dije guiñándole un ojo- ves, asunto resuelto- y leve las manos.

Elena rio.

-Ves, por eso siempre te pregunto, tu siempre tienes las respuestas a todo- y luego sus asombrosos abrazos de osos, ya estaba acostumbrada, pero aún me aturdían un poco.

-Mmm... oy quiero preguntarte algo- dije torturando mis manos.

-Claro, dime- dijo Elena mientras pagaba por su pastelillo.

-Yo... bueno, yo solo me preguntaba si, bueno, ¿si tú sabes algo de lo que le pasa a Diego? Ayer hable con él por teléfono y sentí que algo le pasaba, que me está ocultando algo, y yo solo quiero ayudarlo, solo... solo quiero apoyarlo-

Elena me observaba sin decir ni una sola palabra, no me decía nada, y eso me asustaba aún mas, me miraba como si comprendiera lo que me pasaba.

-Amelia no te preocupes- dijo colocando su palma en mi hombro- estoy segura de que no le pasa nada, tal vez mi tía le pidió que la ayudara a realizar algo en casa, no te preocupes sí, me lo prometes-

Ahora estaba más que segura de que mis sospechas son correctas, Elena sabía algo, me lo estaba ocultando, no podía obligarla a decírmelo, tal vez prometió no decir nada.

-Sí, tienes razón- no pude decir más porque sentía que si hablaba las lágrimas saldrían sin permiso.

Solo quiero saber la verdad.

Hora de salida.

¿Nunca han sentido que miran el paisaje sin mirarlo en realidad? Eso me pasa ahora, mi mente está divagando, tratando de entrar una respuesta a la actitud de Diego, tratando de encontrar una respuesta a sus inasistencias.

-Amelia, esta es tu parada-

Bob logro sacarme de mis pensamientos, y se lo agradecía, no me gustaba el rumbo que estos estaban tomando.

Sábado

Toda una semana sin saber nada de Diego, toda una semana sin perderme en sus hermosos ojos azules, toda una semana sin embriagarme de sus besos, toda una semana si refugiarme en sus brazos.

No pude dormir... de nuevo.

Lo único que puedo hacer es pensar en Diego, pensar en si esta bien, pensar si pasa algo malo en su familia.

Tengo varias teorías para tratar de encontrar una respuesta:

Teoría numero 1:

Que tenga viruela y para no contagiar a los demás decidió mantenerlo en silencio y amenazo a Elena para que no me dijera nada.

Teoría numero 2:

Que le haya crecido un barro en la nariz y por vergüenza y para que nadie se burle de él, prefirió no asistir a la secundaria. Y obligo a Elena a no decir nada

Teoría numero 3:

Que su mama lo obligue a realizar trabajos forzosos y por eso no puede llegar a la secundaria, ya que sus manos están llenas de cayos. Y amenazo a Elena para que no dijera nada.

Aún estaba tratando de pensar en más teorías, si... llegar a esas tres me había tomado toda la noche.

Mi teléfono vibro en la mesita de noche.

Ya se estaba volviendo costumbre de mama llamarme los días sábados para que fuera al hospital.

Aun me da vergüenza entrar al área de pediatría, siento que todos se burlan de mi a mis espaldas, y no los culpo.... Yo también lo haría.

"hola" digo sin animos, y como lo predije, es mama "mama estoy muy cansada"

"Amelia lo sé, pero enserio necesito que me traigas unas carpetas que están dentro del despacho"

"Mama, estoy comenzando a creer que odias verme dormir hasta tarde los sábados sabiendo que tú no puedes"

La risa de mama resonó por el auricular del celular, eso me hizo sonreír.

"bueno, creo que mi plan fracaso"

Solté un fuerte resoplido

"llego en 30" dije sin animos

"te espero mi niña"

Me vestí con unos pantalones que llegan arriba de la rodilla con una camiseta de nirvana que era de mi padre, obviamente la tuve que modificar, me quedaba gigante!!!! Pero era su favorita, fue lo único que se quedó con migo, solía ponérmela todo el tiempo, creo que representa que estoy aprendiendo a superar la muerte de mi papa.

Me dirige al despacho luego de comer un poco de cereal de almendra, tome las carpetas y las coloque con cuidado en mi mochila, Salí de la casa para dirigirme a la parada de autobús.

<3


Un Café Por la Tarde©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora