Camine directamente hacia la habitación de Diego, me quede frente a él, estaba tan tranquilo, y los aparatos que lo ayudaban a respirar hacían un ruido apenas perceptible pero relajante.
Y no se porque, a mi mente llego la lista que escribi con los pasos paro conquistar a Andres, y sentí el nudo en la garganta, había realizado cada uno de los pasos y en el tiempo indicado sin darme cuenta, todo lo había hecho con Diego.
Me senté a su lado y tome su mano, hoy me dieron de alta después de tres días en observación.
Una enfermera entro y camino hacia diego para verificar que todo esta bien, cambio la bolsa de suero y antes de retirarse nos miró y me sonrió para luego salir de la habitación.
Odiaba cuando las enfermeras entraban a la habitación, siempre me miraban con lastima, como si con ese gesto me consolaran y dieran fuerzas.
La mano de Diego aun era tan cálida y firme y suave.
-lo siento Diego, no pude ayudarte, lo siento- dije en un susurro.
-Te amo Amelia, recuerda que soy un caminante-
Las lágrimas salieron sin cesar de mis ojos.
-ven... acuéstate a mi lado- dijo en un susurro, aun le costaba hablar a causa de la falta de oxígeno.
Me acurruque a su lado, Diego me miró fijamente a los ojos y tomo entre sus manos la concha que colgaba de mi cuello
-gracias por permitirme amarte, gracias porque a tu lado viví los momentos más felices de mi vida, gracias por ser mi corazón, gracias por amarme como sé que me amas Amelia-
Las lágrimas salían de mis ojos mojando levemente la ropa de Diego.
-Te amo Diego- me eleve en un codo y mis labios rozaron los suyos.
-Bésame, Amelia-
Lo mire directo a los ojos y lo bese, mi lengua acaricio su lengua y sentía que era el último beso que le daría a Diego.
Mis lágrimas caían una por una sobre sus mejillas.
Nuestras frentes se tocaron y en ese momento lo supe.
Me acurruque de nuevo en su pecho y sentí de nuevo, como aquel día bajo el roble, el latir de su corazón.
Ninguno de los dos volvió a hablar, solo nos sentíamos, sentíamos nuestra respiración, nuestro cuerpo.
Los recuerdos abordaron y me llevaron a cada uno de los momentos que pase junto a Diego, cuando nos conocimos, nuestro primer beso, nuestra primera sonrisa, la estúpida concha también, nuestro primer te amo, nuestra primera vez, y por primera vez en muchos días... sonreí.
Luego el cansancio de los días me llevo a cerrar los ojos y sumirme en un sueño profundo.
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Un Café Por la Tarde©
Teen Fictionsi tuviera que describir el amor... ahora, que han pasado tantos años, diría que es inusual, mágico, inesperado, doloroso.... pero nunca diría que es complicado. ahora que lo pienso, siempre fue el destino o tal vez la casualidad, la que me llevo es...