Después de buscar y buscar dentro de mi bolsa toda la mañana y no encontrar la pastilla, decidí que antes de ir a la cafetería la buscaría en mi taquilla, y la encontré, gracias a Dios porque estaba a punto de quitarme la cabeza. Guarde mis cosas y saque los libros que utilizaría después de clases, repentinamente me sentía mejor, y no solo por el efecto de la pastilla, era como si mi cuerpo y mi mente esperaran algo que aun no sabía.
Guarde mi libro de Geografía y mi cuaderno de notas de teatro.
Mientras caminaba por el pasillo que daba paso a la cafetería pensaba en un plan para que Elena y Andrés no me vieran, si... se que dije que comenzaba a aceptarlo pero aun era doloroso pensar en que tendría que verlo con Elena y no con migo, que la vería a ella y no a mi, que la quiere a ella y n...
Sacudí la cabeza para sacar mi mente de los pensamientos abruptos que tenia, no era sano seguir torturándome así.
El recuerdo de Diego vino a mi mente.
Sonreí sin darme cuenta.
Una espalda se topo con mi cara mientras sonreía como tonta en el camino.
-Oh Dios... lo siento- dije torpemente, no podía hablar bien. Mi nariz salió fracturada durante el choque. Levante la vista y me encontré con los penetrantes ojos Azules de Diego.
Diego me miraba lleno de diversión, apretaba la boca en una fina línea para no romperse en carcajadas.
Mi cara cambio a la vergüenza. Se ríe porque es obvio que vio mi cara con la tonta sonrisa, y luego sentí mi piel ponerse roja al darme cuenta que no había chocado con su espalda sino que con su vientre. ¿Tal vez haga ejercicio?
Y luego cambio a la ira.
-¿Por qué no te has movido si has visto que venia frente a ti? ¿te has quedado parado esperando a que mi nariz se fracture con tu duro y ejercitado estomago?- mi rostro se volvió rojo de nuevo al ver que las palabras se salieron de mi boca.
Diego no pudo más y se echo a reír.
¿Se atreve a riese de mi en mi cara? Le lancé una mirada fulminante y me di la vuelta para poder salir al patio. Mientras caminaba sentí como la ira se fue disolviendo. Camine hacia el roble y me senté, luego de un minuto sentí como alguien se sentaba a mi lado.
-Lo siento, creí que me habías visto.- dijo
Ya había recapacitado y no era solo su culpa, yo no tenía puesta la atención en el camino.
-No, no te disculpes- dije viéndolo- yo no he puesto atención en mi camino, y además te he insultado- y lo ultimo fue un susurro.
-Yo no diría que alagar mi esfuerzo en el ejercicio sea un insulto- me dedico una sonrisa malévola y me sonroje.
-Yo...este ¿practicas algún deporte?- no podía ocultar mi rostro, el me retenía con su mirada, con su intensa mirada azul.
-Si...Natación. Pero mi especialidad es el estilo mariposa- abrí los ojos como platos.
-Nunca imagine que fueras esa clase de chicos que practica deporte-
Inclino su cabeza hacia atrás y se rio con los ojos cerrados. Mi respiración se corto y sentí el hormigueo en todo mi cuerpo, invadiéndolo todo, inundándolo.
-Bueno, no eres la única que lo dice- abrió los ojos y me encontró mirándole. Desvié la mirada lo más rápido que pude.
Levante el rostro y el me veía, totalmente serio, perforándome, invadiéndome, mis ojos café escrutaron su rostro y pude notar como retenía la respiración ¿acaso lo incomode? Me sentía tonta y una irrespetuosa.
El timbre sonó.
Los dos nos sobresaltamos.
Caminamos juntos hacia la clase de teatro, uno a lado del otro, sin decir ninguna palabra, y la verdad, no se sentía incomodo, al contrario, el estar con el me calmaba y me hacia sentir segura y decidida a olvidar, olvidar definitivamente a Andrés.
El ya no seria más el chico de mis sueños.
Karol Arriola <3
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Un Café Por la Tarde©
Ficção Adolescentesi tuviera que describir el amor... ahora, que han pasado tantos años, diría que es inusual, mágico, inesperado, doloroso.... pero nunca diría que es complicado. ahora que lo pienso, siempre fue el destino o tal vez la casualidad, la que me llevo es...