Capítulo 38

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Helen le regaló una sonrisa ladina. Ella nunca contó con que él fuese a estar ahí, hablando con ella como si nada hubiese pasado.

—¿Qué significa la pintura?

________ jugó con sus dedos y evitó la mirada de Helen.

—¿Algo profundo y demasiado personal?

Le dirigió una fugaz mirada y unas inmensas ganas de correr vinieron a ella.

—Entonces es eso...

________ recorrió el salón con la mirada buscando a su novio, pero con tantas personas a los alrededores falló en el intento.

—¿Quisieras cenar conmigo esta noches?

—Tengo novio —contestó rápidamente.

Helen soltó una leve risilla que hizo que el corazón de ________ se estrujara. Aquella risa dulce y melodiosa que la llenaba y vaciaba a la misma vez.

—Te invité a cenar, no te estoy pidiendo matrimonio, aún no...

Las mejillas de ________ enrojecieron al instante.

—No puedo, estoy con Mark.

—¿Ah, sí? Pues yo no lo veo por ningún lado —se burló.

—No iría a ningún lado contigo.

Helen se encogió de hombros y tomó un buen trago de champán. Mentiría si dijera que se sentía desilusionado ante el rechazo. Pero era de esperarse. Incluso era consciente de que, al ser ella una mujer hermosa, lo más probable era que tuviese una pareja. Y la tenía.

—¿Ni siquiera para recordar viejos tiempos?

________ tensó la mandíbula y se cruzó de brazos.

—Hay cosas que no quiero recordar. Y tú eres una de ellas.

—Las cosas que hice fueron por ti.

—¿Sí? Pues nadie pidió que hicieras aquello.

Otis apretó los labios y se tomó el resto del champán de un sólo trago, tratando de que el alcohol se llevara todas sus penas.

—Tal vez no fue la mejor decisión, pero no me arrepiento de ello.

—Yo me arrepiento del día en el que te llevé a mi casa para curar la herida que te causó mi perro. Fue el peor error de mi vida.

Mi Extraño Vecino [Bloody Painter Y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora