Mi Extraño Vecino [Bloody Painter Y Tu]

Capítulo 14

¿Qué más daba si lo invitaba a aquella cena que tendría lugar en casa de sus padres?

¿Qué era lo peor que podría pasar? Si aceptaba pasaría más tiempo con él para tratar de entenderlo mejor, si se negaba... bueno, ______ sabía que eso era lo más probable.

Conocía muy poco a ese chico de ojos profundos y misteriosos. En el par de meses que Otis llevaba viviendo ahí sólo habían intercambiado simples palabras, nada demasiado personal o profundo.

Llamó a la puerta y después de un par de minutos Otis abrió. Su cabello húmedo caía desordenado por su frente en clara señal de que acababa de salir de la ducha, su camisa estaba desabotonada en la parte superior y vestía unos jeans gastados.

—Hola, ______.

—¿Puedo pasar?

Él asintió y se hizo a un lado para que ella entrara en el departamento.

Luego de aquel beso las cosas cambiaron un poco.

Otis dejó de ser tan inaccesible y cortante con ella. ______ había insistido en que si iba a vivir ahí debía hacer su departamento un poco más hogareño. Ella misma se había encargado de comprar plantas, cuadros y pintura para darle vida a aquel frío y oscura habitación.

______ tomó asiento en la barra y miró a Otis con media sonrisa.

—¿A qué se debe tu visita?

—Bueno, mis padres organizarán una cena. Irá toda la familia, tíos, primos, abuelos...

—¿Y...?

—Y no tengo acompañante. Me preguntaba si tu quisieras ir...

—Sí —pronunció interrumpiéndola.

—¿Vas a ir conmigo? —preguntó sin creerlo.

—Eso acabo de decir.

—¿Estás seguro?

—¡Cielos, ______! Te he dicho que sí —dijo divertido—. ¿Cómo debo ir vestido? —preguntó con una sonrisa.

Ella lo observó detenidamente antes de contestar. Otis no solía sonreír muy a menudo, pero cuando lo hacía... ¡cielos! Era todo un espectáculo, era una hermosa sonrisa merecedora de un premio.

—Será una cena formal, de traje y corbata.

—¿Cuándo?

—Mañana a las ocho en punto.

—Entonces tengo que ir a comprar un traje.

—¿Te acompaño?

—No, puedo ir solo —dijo él.

—De acuerdo —dijo levantándose de un salto—. Nos vemos mañana —se despidió ella con una gran sonrisa en los labios.