Capítulo 12

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Arrugó la nota entre sus manos y la arrojó con furia al otro extremo de la habitación. Su vecina no conocía límites, ella sabía perfectamente que su libreta era algo sagrado para él y aún así la había robado.

Caminaba nerviosamente recorriendo cada centímetro del deprimente apartamento. No sabía si le seguiría el juego e iría en busca de su tan preciado cuaderno.

Lo pensó durante un momento. No sólo se había llevado ese cuaderno sino también sus lápices y colores. Comprar otros no suponía gran problema, pero tenía un par de dibujos ahí que realmente quería recuperar.

Negó con la cabeza y golpeó la pared con frustración. ______ lo estaba volviendo completamente loco.

No la mataría, pero si seguía fastidiándolo de aquel modo temía que todo se saliera de control y su instinto asesino saliese a flote en el momento menos indicado.

...

Fueron necesarios dos días para que él se encontrara parado frente a la puerta de ella y esperando a que le abriera para poder "hablar" y que le devolviera su estúpido cuaderno de una vez por todas.

______ un par de minutos después y le dejó pasar.

—Pensé que no vendrías.

—Quiero mi cuaderno —contestó cortante.

—Ya veo —murmuró—. Lo lamento, era la única forma de obligarte a venir.

—¿Qué es lo que quieres?

—Quiero disculparme, Otis. Hablé de cosas que no debía y toqué temas que no me incumbían, en realidad me siento muy mal por haberte hecho enojar por todo lo que dije.

—Mmm...

—¿Es todo lo que dirás?

—Lamento haberte gritado —dijo irritado y rodando los ojos—. Ahora, ¿podrías darme mi jodida libreta?

Ella asintió pesadamente junto con un intento fallido de sonrisa.

Si había algo que odiaba de sí misma era que su rostro era completamente transparente, todo lo que sentía sus expresiones lo reflejaban jodidamente bien.

—Está en mi habitación.

Se dirigió a su habitación seguida de Otis. Tal vez había sido mala idea provocarlo de aquella manera, no le estaba gritando pero era más que evidente que estaba furioso con ella. Y no lo culpaba. Siempre tenía que joderlo todo.

Abrió un cajón y sacó aquella libreta azul repleta de dibujos y se la extendió a Otis apenada. Él se la arrebató de sus manos en sinónimo de molestia.

Se acercó a ella violentamente y chocó sus labios con los de ella robándole un suave beso que la dejó completamente helada al punto de no poder corresponder y ni siquiera cerrar los ojos.

—No vuelvas a tomar mi libreta —murmuró cuando se despegó de sus labios—. Nunca más.

Salió de su campo de visión y supo que él ya se había ido cuando la puerta azotó fuertemente.

Aquello la había dejado confundida, ¿estaba o no enojado con ella? Y si lo estaba ¿por qué le había robado aquel beso?

Mi Extraño Vecino [Bloody Painter Y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora