POV Omnisciente
-Para qué nos reunimos acá Jaime...
No pudo seguir hablando cuando el desconocido lo besó.
-Y eso por qué fue?...
-Porque ahora...
-Nico despierta! Vamos a llegar tarde a nuestra clase!.-Dijo Edgar, despertando de inmediato a Nicolás. Edgar es su mejor amigo, pero ahora definitivamente se iba a olvidar de eso y lo mataría.
-Dime porque se me ocurrió la idea de que tu habitación este tan cerca de la mía.-Dijo Nicolás en un suspiro, levantándose de inmediato.
-Porque soy tu mejor amigo.-Dijo Edgar divertido, tirándole su ropa en la cara.
-Te juro que se me olvidara eso.-Dijo Nicolás, vistiéndose rápidamente al frente de Edgar.
-Yo creo que me adelantaré, parece que te despertaste a la velocidad de una tortuga.-Dijo Edgar, molestándolo para después irse de ahí.
-Molestoso de mierda.-Susurró Nicolás para sí mismo.
-Lo oí!.-Gritó Edgar en el pasillo, caminando hacia su sala, después de eso desapareció rápidamente.
Nicolás suspiró, ya segunda vez en el día. Hoy iba a ser un día de mierda, al igual que el día anterior, y el anterior a ese y... Bueno, como todos los días.
Cuando se terminó de vestir minutos después, se hecho perfume y desodorante. Tomó su mochila y salió corriendo de ahí. Su facultad estaba algo lejos.
Cuando por fin estaba llegando chocó con alguien.
-Cuidado weón!.-Le gritó el desconocido.
-Puta acaso tú no ves que vengo corriendo también?.-Preguntó Nicolás, recogiendo sus cosas.
Jaime miró a Nicolás, atentamente. El moreno no se veía para nada mal, y estaba seguro que su sangre debía ser deliciosa. De verdad que le iba a succionar la sangre, pero de repente Nicolás terminó de recoger sus cosas y lo miró. Había algo en su mirada, algo que le atraía.
-Mira, lo lamento, sí? Pero no es necesario que me mires así.-Dijo Nicolás, pensando que Jaime le pegaría. Al lado de Jaime, él era un palito.
Jaime se rió por lo que dijo.
-Qué pasa?.-Preguntó Nicolás, con el ceño fruncido.
-Alguien te ha dicho que eres muy pasivo?.-Preguntó Jaime, riéndose otra vez.
Nicolás ahí si que se enojó. Se fue rápidamente de ahí, tenía que llegar a su clase.
Jaime, aún con una sonrisa, se dio cuenta que Nicolás se había ido. Jaime uso su velocidad de híbrido, que realmente era más rápida que la de los vampiros y que la de los lobos.
Nicolás llegó a la puerta de su clase, cuando el profesor estaba cerrando la puerta.
-Por favor déjeme entrar.-Suplicó Nicolás.
-Lo lamento, llegaron tarde.-Dijo el profesor.
"Llegaron?" pensó Nicolás, cuando sintió otra voz a su lado.
-Nos va a dejar pasar.-Dijo Jaime, mirando directamente a los ojos al profesor. Claramente la compulsión le facilita muchas cosas.
-Pasen.-Dijo el profesor sin emociones ni sentimientos, como si fuera un robot.
Nicolás pasó rápidamente, evitando a Jaime. Se iba a sentar con Edgar, pero se dio cuenta que Edgar estaba con otro chico que no conocía a su lado. Tuvo que ir a sentarse atrás, ya que habían varios asientos libres. Nicolás dejó su mochila sobre la mesa y se sentó. Cerró los ojos intentando relajarse, cuando sintió a alguien sentarse al lado suyo.
-Vamos! No me dejarás tranquilo?.-Preguntó Nicolás, mirando a Jaime.
-No lo creo.-Respondió Jaime, con una sonrisa socarrona.-Me llamo Jaime, y tú?.
-No te importa.-Dijo Nicolás, apretando sus dientes.
-Haber, tienes cara de ser Nicolás, no?.-Preguntó Jaime, mirando a Nicolás fijamente.
Nicolás lo miró algo sorprendido.
-Cómo lo...
-Cómo lo sé?.-Preguntó Jaime, con una pausa.-Son algunos pasatiempos.
Claramente no iba a decir secretos, uno se interesa más por estas cosas ocultas. Jaime quería saber que le atraía de él, después vería que haría con Nicolás.
Nicolás le sonrió.
-Bien, Jaime, no pareces tan malo.-Dijo Nicolás, acercando su asiento al de Jaime.
Jaime, pudo sentir el olor de Nicolás. No olor como a desodorante o a colonia. Su olor natural, cuando un vampiro, hombre lobo o hasta un humano, marcaba a alguien sentía el olor de este. Pero Nicolás, felizmente para Jaime, nadie lo había marcado como suyo.
"No soy tan malo" pensó Jaime, para después agregar algo más a este pensamiento.
"Soy peor"