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POV Omnisciente

Pasó un día y Manuel y Edgar recién llegaron a Santiago, de inmediato se dirigieron a la casa de Jaime.

Edgar fue a hablar con Nicolás por mientras. Jaime se acercó a Manuel y le hizo un gesto para que lo siguiera.

-Para qué me trajiste al sótano? Recién llegó a tu casa y ya me quieres encadenar?.-Preguntó Manuel, con una risita leve.

Jaime no le respondió y encendió las luces del sótano, notándose de inmediato la mesa con el cuerpo de Naiko sobre esta. Manuel se acercó levemente, para sacarle la manta y ver quien era. Quedó unos segundos mirando a el cuerpo inerte de Naiko.

-Mierda.-Susurró Manuel, algo impactado.-Es esto lo que se refería Edgar.

-De qué hablas?.-Preguntó Jaime, cerrando la puerta del sótano con seguro. Menos mal que el sótano era también insonoro.

-Edgar, cuando estábamos en el avión, sintió que no podía respirar, lo tomé de la mano y pareció aliviarlo un poco, me dijo que sintió como que algo se separaba de él.-Dijo Manuel, sin mirar al híbrido.-Es esto a lo que se refería. Su alma gemela murió y eso fue lo que se separó de él.

-Dijiste qué se alivió cuando lo tomaste de la mano?.-Preguntó el híbrido, algo curioso.

Manuel asintió y lo miró, intentando saber que pensaba Jaime.

-Sabes que no todos tenemos solo una alma gemela cierto?.-Preguntó Jaime, mirando al vampiro.

-Tú estas diciendo que...

-Sí.-Respondió Jaime, sabiendo lo que Manuel preguntaría.

-Se que no nos llevábamos bien él y yo, pero él no se merece esto.-Dijo Manuel, cambiando de tema de inmediato.

-Cómo sabes que yo no lo maté?.-Preguntó Jaime. Él de verdad creía que todos pensaban que él era un monstruo.

Manuel por primera vez, se acercó a Jaime y acarició su cara levemente. Pero esto sin ningún sentimiento romántico de por medio.

-Eres como mi hermano, Jaime, olvidándonos de que me había enamorado de ti hace tiempo. Y se que tú nunca harías algo así.-Dijo Manuel, cariñosamente.-Además los dos sabemos que tú apreciabas a Naiko, al menos un poco, solo que no lo quisiste demostrar.

Jaime asintió, mirando ahora el cuerpo de Naiko.

-Vamos a vengarnos de esos weones.-Dijo Jaime, con la mandíbula tensa.-La muerte del lobo no va a ser en vano.

-Cómo le diremos al Edgar?.-Preguntó el vampiro, nervioso de como el pequeño vampiro podría reaccionar.

-Bueno, quiero que des una vuelta con Nicolás, no muy lejos de aquí si, no dejaré que alguien más salga muerto, además de todas esas manadas.-Dijo Jaime con lentitud.-Y yo me encargo del resto. Ahora en verdad necesito que estén acá, no salgan sin avisarle a alguien.

Manuel asintió, algo enternecido al ver que Jaime de verdad creía que ellos eran su manada/familia.

-Bien, ahora tenemos que salir.-Dijo Jaime, siguiendo hablando.-Tú crees que Nicolás y Edgar nos estén esperando afuera?.

-Yo veo y tú tápalo y apaga la luz.-Dijo Manuel, acercándose a la puerta. Jaime lo tapó el cuerpo sin vida de Naiko y apagó la luz.

Manuel sacó el seguro y abrió un poco la puerta. Definitivamente ahí estaban el moreno con el pequeño vampiro. Manuel salió, Jaime atrás de él. Edgar y Nicolás los miraron atentamente.

-Qué pasa?.-Preguntó Manuel, mirando a Edgar.

-Qué estaban haciendo ahí dentro?.-Preguntaron Nicolás y Edgar al mismo tiempo, los dos serios.

-Bien, eso da miedo, solo teníamos que aclarar unas cosas, nada importante.-Dijo Manuel, mirando a Jaime unos segundos.

El híbrido había mantenido su mirada ante la intensa mirada de Nicolás.

-Nico, creo que tú y yo tenemos que hablar.-Dijo Manuel, tomando del brazo a Nicolás, haciendo que rompieran esta intenso juego de miradas.

Manuel casi se llevó a la fuerza a Nicolás, mientras Edgar miraba a Jaime con el ceño fruncido.

-Ven.-Dijo Jaime, abriendo la puerta otra vez del sótano.

-Cómo me digas que ahora amas al Manu...

-No weon, no es eso.-Dijo Jaime, serio, interrumpiéndolo.

Jaime prendió la luz y destapó el cuerpo de Naiko lentamente.

Edgar llegó de inmediato al lado del cuerpo.

-Qué pasó?.-Preguntó Edgar, en un susurro, tomando la mano helada de Naiko.

-Su manada lo mató al saber que estaba con nosotros.-Contestó Jaime, mirando a Edgar, algo preocupado.

-Le diste de tu sangre?.-Preguntó Edgar, al borde de un colapso.

-Sí.-Respondió Jaime.-Ayer.

-Mataré a esos weones.-Dijo Edgar, enojado, con la mandíbula tensa y los ojos llorosos.-Aunque no estábamos juntos, era mi alma gemela, la que es mi otra parte.-Dijo Edgar derramando unas lagrimas para después secárselas.-Él nunca hizo algo tan malo para que mereciera esto.

-Su muerte no será en vano.-Repitió Jaime, colocando su mano en el hombro de Edgar, para que se sienta apoyado.

-T-tú me puedes dejar solo con él? Un tiempo?.-Preguntó Edgar, sin mirar nada más que no sea su alma gemela fallecida.

-Claro que sí, pequeño vampiro.-Respondió Jaime, dirigiéndose a la salida, mirando unos segundos atrás a Edgar y salir de aquella habitación.

Edgar acarició la cara de Naiko, levemente.

-Es mi culpa.-Dijo Edgar, por fin llorando libremente.-Si yo no hubiera apagado mi humanidad, Jaime no hubiera tenido que devolverte tus recuerdos, y nada de esto hubiera pasado y tú seguirías vivo.

Edgar suspiró y miró los ojos cerrados de Naiko.

-Te amo, tal vez no te lo dije antes, pero es de verdad y me importas.-Dijo Edgar, sintiendo como se rompía un poco más su corazón.-Debo intentar algo.

Edgar mordió su brazo, haciendo que este sangrará y al igual que Jaime, guio su brazo hacia la boca de Naiko. Inconscientemente, mordió el brazo de Edgar. El pequeño vampiro esperó varios minutos, dejando su brazo ahí.

-Te perdí para siempre.-Dijo Edgar, sacando su brazo de la boca de Naiko, para después limpiarse las lagrimas que tenía en su cara.-Te amo, pequeño lobo.

Y con eso se dio vuelta, dirigiéndose a la puerta, cuando escuchó algo detrás suyo.

-E-Edgar?.-Preguntó Naiko, con sus ojos nuevos, de vampiro.

Edgar frenó de inmediato y se dio vuelta. Debía ser su imaginación, pero no era así, Naiko estaba parado, al frente de la mesa.

-Naiko.-Murmuró Edgar, de inmediato abrazando a Naiko fuertemente.

Bueno, dije que ni la sangre del híbrido podía hacer que vuelva a la vida, pero no hablé de la sangre de su alma gemela.

Hybrid. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora