POV Omnisciente
Después de eso, Nicolás intento concentrarse en la clase, pero de verdad que no podía. Sentía la intensa mirada de Jaime sobre él, ni siquiera había apartado la mirada un segundo. Sabía que si miraba a Jaime, se pondría rojo, ya que le daba vergüenza realmente. Tenía carácter para algunas cosas, como ya había demostrado, pero en cosas así, no.
Sintió a Jaime escribir algo en su cuaderno, apartando la mirada de él. Eso hizo a Nicolás relajarse un poco, ya que creía que Jaime estaba escribiendo algo de lo que el profesor decía.
Cuando Jaime terminó de escribir, sacó la hoja y la dobló y se la dejó a Nicolás en su mesa. Nicolás, curioso, miró a Jaime unos segundos, este le sonrió y Nicolás apartó de inmediato su mirada, sintiendo como se empezaba a poner rojo. De inmediato tomó la hoja y la abrió para leer lo que contenía.
"No te servirá de mucho ignorarme" leyó Nicolás en su mente.
No podía creer que Nicolás realmente creyó que estaba pasando piola.
"No lo estoy haciendo, intentó concentrarme" escribió Nicolás, pasándole rápidamente la nota a Jaime. Parte de eso era verdad, y la otra obviamente era mentira. Quería concentrarse, pero también quería hablar con Jaime, y quería mirarlo.
Jaime le entregó la nota otra vez.
"Siento que omites algo, pero hagamos que te creo" leyó Nicolás, después de eso, miró a Jaime, y este seguía mirándolo. Nicolás esta vez no aparto su mirada tan rápido.
Sentía que Jaime ocultaba algo, lo veía. Nicolás quito esa idea de su mente, tal vez estaba alucinando, había sido un día muy agitado. Pero lo que no era una alucinación es que Jaime era lindo.
Sintió que sus miradas estaban conectadas, ninguno de los dos quiso apartar sus miradas. Se sintió que en ese momento que estaban solos. Pero claramente alguien los interrumpió.
-Navarro y Gaulle están bien en su jueguito de miradas?.-Preguntó el profesor detrás de ellos, se había estado paseando cuando vio a estos dos.
Nicolás se avergonzó y se alejo un poco de Jaime. Este último miró al profesor con rabia, esto no se quedaría así.
Justo tocó el timbre. Nicolás fue casi corriendo donde su amigo Edgar, quien lo miró entretenido, hasta que vio con quien habían molestado a Nicolás.
Había escuchado historias del híbrido en su grupo de amigos vampiros, pero nunca les había creído. Sí, Edgar era vampiro, claramente nunca había tomado sangre de Nicolás, ni siquiera se atrevería a hacerlo.
Había escuchado que el híbrido podía usar la compulsión con humanos, vampiros y lobos. También le habían contado que podía a matar a cualquier vampiro o lobo en un segundo. Como Jaime era de los vampiros más antiguos y él único híbrido, era más fuerte que la mayoría de los vampiros que existían, y él más poderoso también.
-Nico, debes alejarte de él.-Dijo Edgar, tomándolo algo fuerte los brazos.
-Suéltame weon, y por qué me debería alejar de él?.-Preguntó Nicolás, mirando confuso a Edgar. De verdad le empezaba a caer bien Jaime.
-Es peligroso.-Dijo Edgar apretando aún más a Nicolás.- Solo aléjate de él.
-Suéltame!.-Dijo Nicolás, intentando soltarse.
-Tienes que prometerlo...
-Creo que Nicolás dijo que lo sueltes.-Dijo Jaime, seriamente, mirando a Edgar como si fuera un enemigo.
Edgar de inmediato lo soltó, teniendo algo de miedo a Jaime. Bueno, bastante. El solo era un vampiro de 124 años, no se podía comparar a Jaime.
-Te vas a ir ahora.-Dijo Jaime, mirando a Edgar fijamente, usando la compulsión.
Edgar se fue al tiro, sin decir ni una palabra.
Jaime lo miró irse hasta que estaba suficientemente lejos, después de eso miró a Nicolás.
-Estas bien?.-Preguntó Jaime, mirando las muñecas de Nicolás, que estaban rojas y con la marca de los dedos de Edgar.
-Sí, creo. No se que le pasó en realidad.-Dijo Nicolás algo confuso.
Jaime tomó las muñecas de Nicolás, y las acarició levemente, haciendo que una corriente recorriera por el cuerpo de Nicolás.
-Si quieres podemos estar juntos hoy.-Dijo Jaime mirando los labios de Nicolás, para después mirar sus ojos.
-Voy a retractarme de esto?.-Preguntó Nicolás con una sonrisa.
-Probablemente.-Respondió Jaime, agarrando de la cintura a Nicolás, haciendo que este se sonrojara.
Jaime le dio una mirada al profesor, lo dejaría para más tarde.
Ahora quería disfrutar a Nicolás.
