POV Omnisciente
-Crees que puedas devolverle su humanidad?.-Preguntó Nicolás, después de este maravilloso reencuentro.
Naiko miró unos segundos a Edgar. Este último lo miró también. Naiko podía sentir que Edgar estaba nervioso. Le sonrió para calmarlo. Y eso fue exactamente lo que paso.
-Sí.-Respondió Naiko, bastante confiado.
-Y cómo sabemos que podrá de verdad hacerlo?.-Preguntó Manuel, hablando por primera vez desde que llegó Naiko.
Naiko lo miró, con un poco de molestia.
-Tú quién eres?.-Preguntó Naiko, molesto por solo dudar en que él no podría traer de vuelta a Edgar.
-Soy Manuel, amigo de Edgar.-Respondió Manuel, hostil.
-Bueno, Manuel, no sabes nada, yo si puedo traer vuelta a Edgar, él me ama.-Dijo Naiko, demasiado confiado.-Además a él no le gusta nadie más.
Todos se quedaron callados en ese momento, la mayoría estaba mirando a Edgar. Ahora si iba a haber un problema.
-Naiko, el Manuel me gustaba en mi parte humana.-Dijo Edgar, serio.
Estaba entre la espada y la pared. Amaba a Naiko, porque era su alma gemela. Pero Manuel era diferente, era algo desconocido que Edgar quería conocer.
Naiko quedó shockeado, eso era nuevo. A las almas gemelas no les podía atraer nadie más.
Al parecer Edgar es la excepción en eso.
-T-tú lo quieres?.-Preguntó Naiko, mirando a Edgar. Su mirada tenía algo de dolor.
Edgar miró a Manuel unos segundos.
-Es necesario hablar de esto frente a todos?.-Preguntó Edgar, evitando la pregunta.
Eso fue un claro sí, todos se dieron cuenta de esto.
-Bueno, estas encadenado, no hay muchas opciones.-Dijo Jaime.
-No evites la pregunta Edgar.-Dijo Naiko, enojado.
-No tengo porque responderte.-Dijo Edgar, bastante frío y cortante.
-Soy tu alma gemela, no significa nada acaso?!.-Preguntó Naiko, casi gritando.
-Quieres la verdad?.-Preguntó Edgar, con sus ojos de vampiro.
Naiko asintió.
-No, no significa nada para mí que seamos almas gemelas.-Dijo Edgar, sin sentimientos.-Y sí! Lo quiero en mi parte humana.
Naiko miró a Jaime. Este entendió lo que intento decir. Jaime escuchó los latidos de Edgar, y estos no aceleraron ni nada, siguieron normales.
-Dice la verdad.-Dijo Jaime, mirando algo con pena a Naiko.
-No puede ser.-Susurró Naiko para sí mismo.
-Naiko...
-Cómo pudiste?.-Preguntó Naiko, exagerando.
-No es mi culpa. Además yo no te debo ninguna explicación.-Dijo Edgar, bastante enojado.
Naiko se acercó a Manuel peligrosamente. Iba a hacerle cualquier tipo de daño.
Pero tenemos que decir que ni llegó a tocarlo.
Edgar lo había empujado lejos de Manuel.
-No lo toques.-Gruño Edgar.
Edgar antes no había podido de ninguna manera liberarse de las cadenas. Pero solo pensar en que Manuel podía resultar herido, le hervía la sangre.