Bajo del auto con la caja de pizza y el recipiente del pie de limón, lo aseguro antes de entrar a casa, está a oscuras y eso no significa algo bueno, mis mujercitas siempre tienen alguna trampa cada vez que me visitan.
Abro la puerta principal, con una mano sujeto la comida y con la otra enciendo la luz de la sala, me dirijo al comedor y dejo las cosas ahí, cuando salgo, solo me doy cuenta que estoy en el suelo con dos mujeres encima mío, una dándome besos en mi rostro y la otra haciéndome cosquillas.
La risa no cesa, y estas mujeres tampoco, siguen con su intención y yo no aguanto, me revuelco y aún así no se quitan.
-Ya... Ya ¡pa...ren! -grito entre las risas.
De repente ya no siento ni cosquillas ni besos en el rostro, y me doy cuenta que estoy siendo jalado por mi madre y mi hermana, una me toma las manos y la otra, los pies.
¡No sé de dónde mierda sacan tanta fuerza!
-¿A dónde me llevan, locas? -exclamo entre risas y tratando de soltarme.
-Locas tus pelotas -dicen al unísono.
Y me doy cuenta donde me llevaron por el simple hecho de que el agua de la ducha me empapa totalmente.
-¡Bienvenido Sean! -gritan.
-¡Es mi casa! -les grito poniéndome de pie.
Ellas chocan las cinco y se comienzan a reír de mí pero esto no se queda así. Las tomo a las dos de un jalón y ellas estaban desprevenidas porque seguían riendo.
Sí, seguían, porque ahora están gritando porque el agua también las ha empapado.
-Ahora ¡fuera! -les grito haciéndome el "enojado".
Ellas me sacan la lengua antes de darse la vuelta e irse. Cierro la puerta y me despojo de mi ropa mojada, me introduzco en la ducha y me comienzo a bañar.
Cierro los ojos mientras el chorro de agua cae encima de mi cabeza y desciende hasta mis pies pasando por cada centímetro de mi piel.
Y no puedo evitar pensar en Aaliah. Me siento feliz y a la vez extraño, Kaden tiene razón tengo que parar con todo esto. No puedo seguir lastimándola, tengo que dejar mis sentimientos claros de una vez por todas.
Pero antes tengo que estar seguro.
Narra Aaliah
No he visto a Sean desde la fiesta, después de la llamada que atendió, duró en volver y cuando volvió se despidió de mí de una manera rara.
Al rato Kaden me regreso a mi casa pero lo observé muy pensativo y callado, no decía sus típicas cosas, no me dijo nada en todo el camino hasta que toco el momento de despedirse y no lo hizo normal con su toque y eso me extrañó demasiado.
He visto últimamente a Nicole y ella sigue normal conmigo, es muy amable y divertida. Estos cuatros días he ayudado a mi madre con la mudanza, he ido a la disquera en las mañanas a practicar, en las tardes Luciana viene a mi casa y me ha enseñado a caminar con tacones, a vestirme con toda la ropa que tengo en mi armario, en conclusión saber de la moda actual.
Ella ha sido de muy útil ayuda, sin ella estuviera perdida en este mundo nuevo. En este mismo momento estoy de camino a la disquera a grabar mi primer canción que sale en unas cuantas semanas.
Cuando llegó, voy directamente al área de grabación.
-Buenos días -saludo.
-Buenos días, Aaliah.
Allan se levanta y me saluda con un beso en la mejilla, mientras el chico que controla los niveles de sonido y graba los sencillos, me saluda con una sonrisa.
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Do It Again ©
RomantiekAaliah Miller, una costarricense soñadora de 16 años, desea que su talento sea conocido por el mundo pero tiene que creer en él , tal como un diamante, que está a punto de ser pulido por aquel chico rubio que coloca su confianza en ella, sabe que pu...