Plan A; sección B.

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Capitulo 16.- Plan A, sección B: Desaparecer.



Pov. Ritsu



¿Qué demonios paso?


Ya basta. Todo esto es ridículo, desde aquel día en que por casi metí la pata con Takano-san al tratar de invitarlo a mi departamento, el ha desaparecido frente a mis ojos, ¿Qué juego es este?


Insistir, ser persistente a un punto que llega a cansar, esa es la forma de ser de Takano-san y lo sé por experiencia, el no se cansa ni mucho menos retrocede. Cuando se propone algo, lo logra sin importar cuanto pueda llevar alcanzar aquello que tanto quiere. No entiendo porque ahora, de la nada, sin previo aviso, se esfuma de mi vida una vez más.


Ha pasado unos días desde que lo vi en la editorial por última vez, podría sentirme angustiado o molesto por todo esto sin embargo lo único que siento es confusión, ¿Takano-san estará evitándome?


Es extraño, es rara la manera en que se ha comportado los últimos días. De pronto de un día para otro irrumpe en mi vida, afirma que me recuperara y se ganara el amor de Hikari, y para el otro día, simplemente se aleja de mi lado aunque, por las pequeñas cosas que me cuenta mi princesa, aquel oji-miel sigue pendiente de ella pero evadiendo cualquier contacto conmigo. 

¿Qué diablos está pasando?



-¡Mamiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!- Muy apenas logre escuchar antes de ser atacado por una pequeña castaña. –He vuelto a casa.- Pronuncio con la gigantesca sonrisa en sus labios, viendo hacia arriba en busca de mi mirada, mientras seguía aferrada a mis piernas.


-Bienvenida mi Princesa. – Respondí alzándola en brazos y así poder besar la mejilla de la niña que tanto amo. -¿Cómo te fue? ¿La tía An ya se fue?


-¿Eh? Mi tía no fue por mí. –Detuve mi paso al escuchar las palabras confundidas de mi hija. Estaba a unos pasos del recibidor de mi departamento, y no se encontraba nadie ahí más que los zapatos y mochila de mi pequeña.


-Hikari, ¿Quién te trajo a casa?-Pregunte con algo de temor, no fue necesario esperar tanto su respuesta, ya que con entusiasmo e ingenuamente solo respondió...


-¡Masa-chan!



Diablos...



-¿Así? ¿Y donde esta "Masa-chan"?-Pregunte al bajarla, regresándola al piso para poder caminar hasta la entrada y poder abrir la puerta y salir del pasillo para no ser capaz de cruzar mirada con un azabache.


-No sé, dijo que debía hacer algo y por eso no podía quedarse. Mami, ¿Podemos pedir pizza para la cena?-Pronuncio eso ultimo cambiando de tema evitando poder preguntar algo mas, dando pequeños brinquitos frente a mí, llamando mi atención para dejar de buscar por el pasillo al oji-avellana que solo se filtra por mis pensamientos.


-Sí, pero primero tomaras un baño y después nos pondremos a hacer la tarea. -Advertí tomando su mano y así poder entrar una vez más al departamento.



No tengo ni idea de a que estás jugando Takano-san, pero esto no funcionara.


Prometió recuperarme, hacer que mi corazón latiera desenfrenado una vez más por cada uno de sus toques, juro que me haría decir que lo amo por tercera vez, y no entiendo como lo hará si solo se limita a sonreírme cuando me ve por los pasillos o evitando tener algo más de un simple cruce de miradas.


No sé lo que planea ni lo que hace, pero odio tener que pensar en él a cada segundo de mi vida.


¿Acaso quieres volver de mi mente, un espacio en el que puedas vivir?




Pov. Takano



Desaparecer, esfumarse, huir.


Nunca había considerado hacer algo como esto, jamás creí que fuera capaz de seguir con ello sin embargo, es la mejor opción que tengo.


Ser persistente para conquistar a Onodera me dio resultados años atrás, aunque ahora las circunstancias son otras y quizás el ser insistente con el amor de mi vida no me lleve a ningún lado.


No lo conozco.



Onodera Ritsu, el castaño del que me ha mantenido en las nubes por un ridículo y fuerte amor, es un chico del cual no sé nada. Ritsu es la persona de la que me enamore dos veces en mi vida, se que la primera vez que lo conocí era solo un dulce y tímido chico que lograba cautivarme con cada pequeño gesto que hacia sin pensar, una personalidad inocente y libre de toda mancha, un chico del cual no quedo nada al pasar de los años. La segunda vez que lo vi, un fastidio y dolor de cabeza llegaron a mi tras lidiar con la nueva actitud que se cargaba, pero tras esas barreras que se había empeñado en construir evitando que lastimaran al dulce chico que alguna vez fue, se encontraba una nueva y retorcida personalidad del castaño, un malhumorado y cascarrabias oji-esmeralda que me hacia valorar cada pequeño y minúsculo gesto de atención que pudiera darme. Por segunda vez, caí rendido ante el chico de ojos esmeraldas, me enamore de sus sonrojos, del nerviosismo que le causaba que lo tocara, de su ceño fruncido cuando no le parecía algo, me enamore por completo de la desagradable personalidad de Onodera que no se comparaba con nada al chico de quince años que me declaro su amor en una librería, caí como idiota por él y yo simplemente lo lastime.



El Onodera Ritsu actual es un completo desconocido.



La manera en que sonríe al ver a Hikari-chan, como su mirada cambia al hablar de ella, o su manera de ser al estar fuera de la editorial, son demasiadas facetas que no conocía, muchas expresiones que jamás creí que Ritsu pudiera hacer. Creí ser el único que conociera todas las expresiones que Ritsu fuera capaz de hacer, pensé que ya no podía caer más bajo de lo que ya estoy por él, ahora me doy cuenta que sin importar el tiempo que pueda pasar, nunca terminare de enamorarme de ese castaño oji-verde que responde al nombre de Onodera Ritsu.



Me he enamorado de un extraño, de un Ritsu del cual no sé nada.


¿Cómo debería luchar por él, si ni siquiera sé cómo hacerlo?



Si presionar no funciona, intenta retroceder.

Quizás de resultado.



Continuara... 

Otra oportunidad; Sekaiichi Hatsukoi (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora